El problema de España era político y ninguna opinión favorable o no a la integración en la CEE lograba disimular su fundamental carga política. Se toman posiciones a favor o en contra según la posición política en la que se milite. Cuantos deseaban para España un régimen político distinto estaban a favor de la integración, sobre todo por el resultado político que dicha integración podría tener de fronteras adentro.
Dentro del gobierno de Franco las posturas eran variadas pero todas chocan con el muro político. Así, un europeísta como el ministro de Comercio, Alberto Ullastres, se veía obligado a decir en las Cortes (21/XII/62) cosas tan contradictorias como estas: ‘A largo plazo, la integración en Europa es inevitable’, y ‘No lo consideramos vital, pero nos interesa’. Como el galimatías es difícil de entender, sobre todo cuando no se puede aludir claramente a los problemas, Ullastres se vio obligado a explicar estas contradicciones con un argumento de escasa solidez: ‘Hemos montado una política económica que nos ha de servir igual para la integración que para quedarnos fuera de ella. Naturalmente que deseamos integrarnos, porque si no, no lo habríamo solicitado con unas palabras tan claras: negociaciones para una asociación con vistas a una eventual adhesión. No somos integracionistas a ultranza ni hemos hecho la solicitud de integración en condiciones que no estamos pensando en cumplir’. Estas piruetas verbales en que se consiste la política del régimen se aclaran cuando el ministro habla después de presentar la postura española ‘poco a poco’ y ‘a medida que las circunstancias nos van dando elementos nuevos’. Tan poco a poco, y menos, como sea posible.
Esa es la posición del régimen que, expresada de forma más ruda, la hacían los pensadores de andar por casa de la Falange madrileña, ante las centurias de la Guardia de Franco: ‘Ingresaremos cuando la CEE se trague al régimen y no antes’. Lo que han hecho ha sido repetir la consigna: ‘Europa viene hacia nosotros, adopta nuestro régimen, reconoce que teníamos razón. Ahí está De Gaulle, con sus presidencialismo, enciando ministros y generales a Madrid’. Visto de una forma u otra, la asociación y posterior adhesión serviría para potenciar políticamente y autorizar al régimen en el mundo internacional. Lo demás, el ingreso en la OTAN por ejemplo, sería coser y cantar. La difícil tarea que tenía entre manos la diplomacia de Castiella era intentar que el régimen apareciera de fronteras afuera como lo que no era de fronteras adentro.
El problema político español no es algo que interese especialmente a los Seis. Si lo fuera, advertirían que estaba en sus manos, nada menos, confirmar al régimen o hacerlo derivar hacia formas políticas más afines con las occidentales. Porque los europeístas más decididos del Gobierno español y los otros, los más calculadores, pero cuyo juego no podía ser el de la agonizante Falange, estaban dispuestos a manejar la presión que se hiciera sobre ellos para reclamar esa derivación que permitiese vestir al régimen de manera más “presentable”. Y para ello contaban con la vejez del sistema, resultado de la vejez de quien lo encarnaba, la inquietud por el futuro sentida sobre todo por el Ejército, y las exigencias de la realidad económica. Más todavía, estos europeístas, puestos a escoger, preferirían una derivación calculada hacia formas políticas que les liberasen del cerrilismo expresado por la desasosegada Falange residual, siempre que esa derivación no les llevase demasiado lejos hasta una situación que se les fuese de las manos. Nada les gustaría tanto como aparecer ante la opinión pública española y ante la opinión pública internacional, en coincidencia con el patrón “liberalizador” que ellos mismos han lanzado a la circulación para “definirse”.
Pero en “vigilancia tensa, fervorosa y segura” estaban los falangistas y sus compañeros de viaje que, ante la sospecha de defección de los europeístas respecto del “espíritu del 18 de julio”, se han agrupado las fuerzas que un día sostuvieron y se beneficiaron de la autarquía. La solicitud de ingreso en la CEE despertó en los meses siguientes toda una panoplia de actos y dicursos donde reaparecieron falangistas como González Vicén hasta los carlistas más empecinados, pasando por toda clase de Hermandades, desde la de los Alféreces Provisionales hasta la de Ex Cautivos. Es decir, todo el extenso sindicato de intereses que temía por sus prebendas y se escudaba en la fidelidad a los “ideales de la Cruzada”. Para éstos, el problema de Europa era un problema de resistencia basada en el argumento de autoridad siguiente: “Ante el peligro comunista, sólo hay una solución: la firmeza de los regímenes fuertes. De Gaulle es el ejemplo”. El presidente francés no sospechaba cuántas esperanzas había alentado en España el referéndum que trajo la V República en Francia y la concepción gaullista de Europa.
¿Y Franco? ¿Cuál era su idea sobre la integración en Europa? Franco, al decir de sus ministros y según se apreciaba en sus apariciones en TVE, era más que nunca una esfinge. Deja que europeístas y carpetovetónicos hagan su juego, él ya jugará los ases que pinten. Pero todo indicaba que estaba cada día más perplejo: ‘Franco se ha topado con la economía’, comentan en su círculo íntimo. El crédito conseguido por los ministros estabilizadores en los medios capitalistas europeos, los había hecho ya indispensables. Era preciso contar con los ministros que inspiraban confianza en los medios económicos de Europa afines al “hecho” franquista. Porque a Franco no se le escapaba las dificultades que existían para armonizar la asociación de una “democracia orgánica” en el ámbito de una integración políticamente basada en la democracia representativa. Sin embargo, la doctrina oficial del régimen consistía en esperar que madure en el seno del Mercado Común el suciente derechismo para que pudiera encontrar una fórmula de acomodación entre la democracia orgánica española, vestida con la mejor apariencia europea posible, y la democracia representativa. La consigna era esperar a que ‘Europa venga hacia nosotros, hacia nuestra fórmula’.
La oposición estaba casi toda por el ingreso en el Mercado Común, en tanto que eso supondría una presión sobre la estructur política vigente en España. La izquierda europea estaba enredada en problemas bizantinos, creían que la normalidad política de España era un problema para tratar desde dentro y no desde fuera del mercado Común. Parecía que los políticos que estaban construyendo la Europa económica, con vistas a la Europa política –en lucha a brazo partido con el bonapartismo gaullista – no tenían conciencia suficiente de las esperanzas que la opinión democrática española ponía en ellos, en su capacidad de presión sobre las vacilaciones del régimen. Les preocupaba esto demasiado poco frente al “hecho consumado” que es Franco. Y quizá no valoraban suficientemente las posibilidades que tenían de influír sobre su régimen, a través de los européistas, que representaban la faz que el régimen quería presentar a Europa, y de los cuales lo menos malo y más positivo que puede decirse es que eran de un oportunismo tácticamente aprovechable.
Era curioso que en su oposición a la CEE se encontraran unidos comunistas y ultramontanos sostenedores del régimen. Ya vimos que sus más conspicuos adalides, como Sánchez Bella, preferían una España abocada económicamente a Hispanoamérica. Esta tesis basada en el nacionalismo se sazonaba en el caso de los opositores al régimen con otra argumentación: “En una Europa capitalista, no es pensable una revolución que transforme las estructuras socioeconómicas, y como éstas sólo tienen en España, como en Hispanoamérica por similitud estructural, el remedio violento de la revolución, se impone el apartamiento de Europa”. En este planteamiento “revolucionario” les acompañan algunos de los “eternos revolucionarios” de la Falange. El PCE guardaba un significativo silencio, conocedor de los inconvenientes que entraña ir contra la corriente de opinión pública, y se limita a combatir la OTAN, en cuyo campo puede obtener mejores réditos en la opinión; pero ni siquiera se refiere al problema de la evidente interdependencia que existía entre una cosa y otra.
Para el hombre de la calle, la cuestión de Europa era un problema económico, y el ingreso en el Mercado Común aparecía matizado en función de sus realidades más inmediatas y los intereses de cada cual. El asalariado, más o menos influido por los emigrantes que van y vienen a través de los Pirineos, piensa que peor que lo que está ahora no estará, tras el duro ajuste del Plan de Estabilización, si España ingresa en la CEE. Piensa que se trata de una necesidad económica insoslayable y cree que su nivel de vida no podría elevarse si no se relaciona con los niveles de vida europeos que le servían de modelo. Es una idea primaria, sin matices ni fisuras, y tan arraigada que ha llegado a constituir casi un mito. La prosperidad europea tiene el valor de una esperanza apara el obrero español, que además, aunque en segundo término, piense en las libertades sindicales que conoce por referencias y cuya eficacia había podido comprobar con las huelgas de primavera del año anterior. Todos miran al Mercado Común como solución a los “males de España”.
Entre los empresarios, hay que distinguir varios grupos. Los que dependen de la exportación de productos agrícolas o manufacturas llevan tiempo pidiendo esa integración que les beneficiaría por las ventajas arancelarias anejas. El precio político que habría que pagar, de acuerdo con el Tratado de Roma, no les importaba mucho porque la situación española no dehaba lugar a sistemas que pudieran poner en peligro sus intereses económicos y su preponderancia social. Aunque se trata de pequeñas y medianas empresas, y la competitividad escasa, tres factores le empujan hacia la integración: la convicción de que es inevitable; que el Plan de Desarrollo va a poner en tela de juicio, de todos modos, la estructura de sus empresas; y la escasez de mano de obra especializada, que estaba emigrando a Europa. Quieren los empresarios que la integración salvaguarde la autoridad del Estado franquista, y que la transformación hacia un régimen de libertad, que consideran inevitable, se haga sin prisa. Posición que era la del Gobierno: negociación económica, aplazamiento del debate político. Por supuesto, la Banca, aliada y cómplice del Estado, tiene una posición similar.
Buena entrada. Sobre todo porque pone en primer lugar el problema político que tenía el franquismo para ser aceptado en el Mercado Común. Los voceros del régimen siempre insistían en el problema económico cuando el problema era que España tenía un sistema político autocrático, y no podría ser aceptado en el club de países democráticos europeos
De acuerdo con Iker. La visión correcta es la que los europeos tenían de nosotros (negativa: éramos una dictadura), y no la que quería dar el régimen (positiva: una democracia orgánica, que nadie sabía en qué consistía exactamente). De hecho, hasta 1985 no no admitieron, 33 años después de pedirlo
El régimen franquista jugó la carta de las relaciones comerciales con el Mercado Común, pensando que los europeos olvidarían las exigencias del Tratado de Roma de tener un sistema democrático. Pero no lo olvidaron, y nos dieron largas durante tres décadas. El problema era político, como bien apunta Zaratiegui
Franco escondía debajo de la alfombra sus fechorías en temas de orden público y represión, pero eso no pasaba inadcertido a los europeos. «Ustedes no entrarán en la CEE hasta la muerte de Franco, como muy pronto», dijo un embajador belga a Castiella. Fueron muchos más años
Así era, incluso declaraba que España era el país donde más se respetaban los derechos de las personas, y donde más tranquilo se podía transitar por las calles. No como sitios peligrosos tipo París o Londres
Lana, pues en eso tenía razón, según me cuentan mis padres, la España del franquismo era un mundo con escasa criminalidad, seguridad en las calles, etc. Claro que ellos quizá no sabían lo que pasaba al otro lado de los muros de Carabanchel …
Ullastres cambió hacia posiciones abiertamente europeístas a medida que viajaba por Europa y veía lo que se cocía por ahí. Cuando cesó en 1965 en Comercio, él mismo pidió ir a Bruselas para ser el primer embajador permanente ante la sede del Mercado Común. Luego conseguiría el Acuerdo Preferencial de 1970
Y en 1985 Felipe González le hizo el feo de no invitarle al acto de firma o entrada en la CEE, una guarrada muy típica del sevillano, que se la guardaba a todos los que no le caían bien. Ahora es un socialista millonario (una nueva clase de socialista) con mansiones en Tánger y dueño de media Televisa. El pobretón de Sevilla …
FG tiene unas cuantas cosas que esconder, y no me refiero solo al señor X del organigrama de los GAL. Su actitud con Ullastres le retrata de cuerpo entero: un tipejo rencoroso, sin altura de miras, y mezquino. Ha bastado seguirle la trayectoria en los años sucesivos para conocer al personaje
Ahi le has dado!! Así son todos los socialistas, intentan robar cuanto pueden y si sobra se lo dan a los joranaleros que trabajaban sólo 3 meses y descansaban 9, no fuese a ser que les diese una insolación.
Ahí le has dado!! Desde Felipe viene toda la corrupción del PSOE, este es dueño de una cantidad increíble de empresas en Republica Dominicana, y luego van de ayudar a los trabajadores, es de chiste!!
Y aun piden el voto en estas elecciones, debería estar prohibido votar a estos mamones!!
No hace falta llamar mamón a Felipe González, ex presidente del Gobierno español, para criticar su enriquecimiento posterior, que supongo será lícito
¿Por qué había de invitar a un fascista cuyo fascismo cómplice de la dictadura impidió la entrada de España en la CEE? ¿Como florero de anticuario?
Veo que iñaskis contesta a un viejo comentario mío. Ullastres era franquista pero no fascista, y desde luego le respetaban mucho más los políticos democráticos de toda Europa que trató que lo que lo haces tú. A lo mejor si lees un poco más te sacarás esos clichés ya raídos y pasados de moda
Ullastres firmó el «enterado» de la pena de muerte de Grimau, sin hacer ni siquiera las salvedades hipócritas que hicieron el ministro de Exteriores, Castiella, y el titular accidental de Gobernación, el general Vicente Fernández Bascarán, ambos temerosos y previsores de las reacciones que despertaría el ajusticiamiento fuera y dentro del país: «¿Qué dirá el Santo Padre,/ que vive en Roma?»… Unos meses después, en agosto de 1963, hizo lo propio con las penas de muerte de los anarquistas Granados y Delgado, agarrotados 17 días después de ser detenidos y tras otro juicio-farsa como el de Grimau… También sin una palabra de «paz, piedad, perdón» (Azaña, 18 de julio de 1938).
Me da igual para tildar al fascismo que se arropen con cruces, gamadas o cristianas, u hoces y martillos.
En cuanto al respeto con que trataran a Ullastres «demócratas europeos», no creo que trates de culparme a mí. Yo tengo claro a quién tratar con respeto y a quién como se merece.
Pocos «enterado» podía firmar un simple ministro de Comercio, otra cosa es que no se opusiera a lo que eran sentencias de tribunales militares (y él lo había sido). Era consciente de lo poco que se podía hacer en ese terreno que no era el suyo (económico), quizá fue algo ingenuo y como franquista no se marchó del gobierno por ese motivo. Ningún ministro lo hizo. Creo que los europeos sabían distinguir lo que era consecuencia de vivir en un régimen fascistoide y la manera de pensar de Ullastres como persona
Me cuelo en la discusión entre iñaskis y juan. Para mí el drama de tantos católicos como Ullastres es que no supieron ver que era del todo incompatible el apoyo a un régimen fascista con las doctrinas cristianas de la caridad y el perdón a los otros. Él no pudo o no quiso dar ese paso que sí dieron otros muchos católicos comprometidos en movimientos de base o en la HOAC/JOC
La pregunta que se hacían muchos era bien simple: ¿puede un católico apoyar en conciencia a un régimen que se dice católico pero vulnera los principios básicos y los derechos del hombre? Ministros en el gobierno los hubo que se taparon los ojos y los oídos para no enterarse de lo que pasaba, como ocurre hoy todavía con mucha gente que no sabe bien qué hizo el franquismo (quizá porque eran ellos los franquistas que oprimían a los demás)
No me resisto a escribir el comentario 4000, vanidades que se puede permitir el administrador. En el debate ahora en marcha sobre la actitud de Ullastres solo quiero apuntar que quizá tenía una visión muy equivocada de lo que significaba ser un ministro técnico y que hizo oídos sordos, como decía Anisakis, a lo que eran vulneraciones clamorosas de la Declaración de Derechos del Hombre
Pues me parece que la Iglesia Católica tenía sobradas razones para mostrar agradecimiento al general Franco.
No es tan sólo que las cifras de la represión contra la Iglesia Católica en España, durante la II República y la Guerra Civil tal vez sean merecedoras de récord Guiness y que se va a poblar el cielo católico de beatos españoles mártires por su fe. Es que, siguiendo una inveterada tradición carpetovetónica, nadie pidio humildes disculpas por aquella brutal persecución. Y esto es inquietante, puesto que los perseguidores tienen quienes dicen ser sus orgullosos herederos
La cuestión de conciencia me parece claramente resuelta para un católico cualquiera: de una parte el agradecimiento a quien terminó con la persecución anticatólica en España, de otra los nobles sentimientos humanitarios a favor de un reputado chekista, condenado a muerte en un juicio cargado de irregularidades.
De la brutalidad de la persecución republicana de la Iglesia católica no hay dudas: 6.845 víctimas, con nombres y apellidos, según el historiador Antonio Montero Moreno, que fue arzobispo de de Mérida-Badajoz, seguramente la mayor persecución documentada de la historia. Pero, ¿qué hay de la persecución franquista a los católicos? Y no me refiero a la docena y media de curas vascos asesinados por los nacionales sino al 80% de los civiles, los cuales, según la propia Iglesia, murieron confesados y católicos…
Juan90: sin ánimo de eternizar la polémica: el «enterado» lo firmaban todos y cada uno de los ministros (si no se enteraba era problema suyo) y «técnicos» lo eran todos, cada uno en lo suyo. Incluso el fiscal militar del juicio de Grimau, el sinvergüenza Manuel Fernández Martín, que contribuyó a llevar a decenas de inocentes al paredón sin ser técnico abogado, era un artista de la simulación.
En cuanto a mis lecturas: las tengo, incluso las publico y poseo «borlas académicas», que decía don Miguel (de Cervantes). Las suyas no las pongo en duda.
Hasta donde se me alcanza, no hay persecución franquista de los católicos: los católicos ejecutados, o asesinados, o simplemente represaliados por el bando de Franco no son ejecutados, o asesinados, o represaliados por profesar la fe católica, sino por otras motivaciones. Y no es que sea mi opinión: es cosa de la Iglesia Católica, que sólo concede galones de santo y beato a quienes considera que mueren por su fe, no por su militancia política.
Lo cual lleva a que quizá sea un poco excesivo pedir a los católicos que, además de perdonar a Diocleciano -quien nunca pidió ese perdón- le hagan la ola, entusiasmados, y renieguen de quien les salvó de la persecución. Hubieran sido unos desagradecidos.
Rotador, ¿cree usted que los 6.845 católicos asesinados durante la República lo fueron exclusivamente por «su fe»? Ya le adelanto yo que no. Pondré por ejemplo, entre miles, el caso del último obispo asesinado, Anselmo Polanco, de Teruel-Albarracín: había sido condenado a muerte en los tribunales por haber organizado y financiado, con fondos de la Bula de la Santa Cruzada, una guerrilla que, desde Albarracín, se introducía en la zona republicana con el fin de realizar actos de sabotaje; Indalecio Prieto, ministro de la Defensa, lo indultó, a pesar de que el Vaticano ignoró su oferta de ponerlo en libertad si lo acogía en Roma: el futuro Pío XII, secretario de Estado, ni contestó; en la retirada del las tropas republicanas tras la caída del frente catalán, con las que iba preso, Polanco fue asesinado en una «saca», con su vicario y otros treinta presos, como represalia por un bombardeo franquista de la columna militar y los civiles en retirada hacia la frontera franco-española.
Aunque hubiera casos, sin duda, de católicos asesinados por esa sola «razón», me parece que fue una cierta minoría. Otra minoría fue la de los llamados «curas republicanos» –exceptuando el clero vasco, que fue la mayoría–, contra los que nadie atentó contra ellos pudieron ejercer su ministerio con discreción, no clandestinamente, y algunos fueron asesinados por los franquistas.
Y en la postguerra ampliada, está el ejemplo del obispo de Calahorra-La Calzada que fue «asesinado» civilmente en 1952, montándole una farsa de obispo disoluto, frenético consumidor de sexo prostituido, entre los servicios secretos militares y cierta cúpula católica y obligándolo a dimitir. Su pecado: interpretar el catolicismo contra los nazis (como Pío XI y Pío XII) y sus epígonos.
En cuanto a las santidades de la Iglesia, ¿qué quiere que le diga? Desde que hicieron «san» al Vicente Ferrer (el malo), un exterminador asesino; se inventaron a otro, san Mauricio y la Legión Tebana, simplemente para sacarles los cuartos a los peregrinos y, en fin, hicieron «san» exprés al desahogado Escrivá, como ahora lo perpetran contra Juan Pablo II, uno de los encubridores de la pederastia eclesiástica. Mire, prefiero caminar por la vereda opuesta y ellos verán a quiénes hacen la ola y a quiénes condenan.
Perdone la extensión.
Así que le parece a usted, Iñaskis K, que de los miles de católicos -obispos, curas y personal de tropa- asesinados por las gloriosas fuerzas del Frente Popular, sólo una minoría, que no cuantifica pero compara con los diecises curas del PNV asesinados, murió por su fe.
La autoridad competente, que en materia de santos y beatos católicos es el Papa de los católicos, opina de otro modo, como hace saber, urbi et orbi, mediante los procesos de beatificación y santificación.
Sorprende que usted, tan crítico con el proceso contra Julián Grimau por las irregularidades de su procedimiento, no exprese dudas sobre los méritos de los Tribunales del Frente Popular, que dice que condenaron al obispo don Anselmo, con tanta justicia como para apiolarle en esta vida y hacerle perder las delicias del Paraíso en la otra, por mucho que el Santo Padre, que vive en Roma, le crea merecedor del cielo de los católicos.
Aquella voladura de los Budas en Afganistán disipó toda duda sobre la perversa y totaliría naturaleza de los talibanes; la de la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo, o el esperpéntico ejercicio del fusilamiento del Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles, también fueron clarificadoras del componente de odio vesánico que se alentó desde las fuerzas del Frente Popular y que dio lugar a un genocidio de móvil religioso, del cual dejó escrito don Salvador de Madariaga que: «Nadie que tenga a la vez buena fe y buena información puede negar los horrores de esta persecución».
Y en fin, a lo que íbamos, que me alargó en exceso. Que hubieran sido unos grandes ingratos los católicos de no haber agradecido a quien los salvó de una genocida persecución. Y que me asusta que, a estas alturas, no sólo se ponga en duda este concreto genocidio sino que, además, haya quien se presente como orgulloso heredero de quienes la perpetraron.
Ulastres tuvo que comerse muchos marrones que Su Excelencia el Jefe del Estado le puso delante, y estas declaraciones en las Cortes son prueba de ello. Había que negar lo obvio (que España era una dictadura) y afirmar lo dudoso (que Europa no nos importaba demasiado). Piruetas verbales que nunca escondieron la cruda realidad
Uno muy conocido fue negar ante Radio Nacional que fuera inminente una devaluación de la peseta, en enero de 1959, cosa que se hizo a los pocos días. Fue la primera fisura seria entre los dos ministros económicos, Ullastres y Navarro Rubio
Las Cortes franquistas eran una simple caja de resonancia de los rollos que soltaban los ministros. Una intervención como esa del ministro de Comercio tenía menos interés que aprenderse la guía telefónica de Nueva York. No hay que darle mayor importancia
La Guardia de Franco tenía ideas muy claras sobre lo que pasaba: «Ingresaremos cuando la CEE se trague al régimen y no antes». Bonita respuesta de un ente filo-nazi que se pasaba la vida perdonando la vida a los rojos que se cruzaban en su terreno. Se puede uno imaginar lo que pensarían los europeos al respecto
Son los mismos que hoy siguen pidiendo a gritos por las calles de Madrid que se corte el cuello a todo el que esté vinculado con el terrorismo. Somos un país de fanáticos, incapaces de dialogar serenamente y de formarnos un juicio con mente abierta
Qué ridícula actitud la del régimen ante una Europa que nos tenía bien calados, sabían de qué pié cojeaba Franco, y no les engañaron sus mentiras, sus pasos en falso, o las declaraciones de europeísmo, que no se creía nadie
Recuerdo de mi trabajo en Bélgica cómo nos preguntaban los obreros belgas por qué no tirábamos al dictador, si todos ellos nos pensaban apoyar. No se creían el estado tan lamentable en que se encontraba la oposición del interior, muchos en la cárcel. Una pena
Callados y bien calados. No se quedaron tranquilos casi hasta el 82 con el triunfo socialista, de que se podían fiar de nosotros. Y en solo 3 años, adentro
Vaya papelón el del ministro Castiella tratando de que la imagen de España en el exterior no fuera demasiado negativa, pero no se lo ponían fácil sus colegas de Gobierno. El desprecio a Europa, y lo que ella significaba, estaba muy metido en el coco de los «hombres delo 18 de julio»
Sí, sobre todo porque, como alguien dice más arriba, no había modo de darles gato por liebre. Sabían bien los franceses, los alemanes, los británicos, cómo se las gastaba el régimen franquista. Pero hacían negocios con él: la pela es la pela
Negocios con Franco hacía todo el mundo: los rusos, la Cuba de Castro, el Mercado Común, la comunista Polonia. Ahí no se andaban con tiquismiquis políticos y en esto los auténticos reyes eran los franceses, y lo siguen siendo. Con tal de firmar un acuerdo comercial son capaces de vender su alma al diablo
¿No le sacáis un parecido a Franco con De Gaulle? No quizá en esta foto, pero sí en otras. Uno era alto y el otro un taponcete, flaco uno y regordete el otro. Pero hay algo común, quizá más psicológico que real …
Conrado, creo que el parecido viene por su carácter. Militares de ideas conservadoras, autoritarios, formados en ambientes africanos, suspicaces de los políticos, en fin, que se entendían bien. Franco expresó muchas veces su admiración por De Gaulle, en el que veía un modelo a imitar
Yo también los veo en la misma onda, entendían mejor la organización de un cuartel que la de un país. La idea de orden, sana economía, control administrativo, les gustaba a los dos. Aunque las ideas económicas de Franco son bastante anacrónicas
RS, tú lo dices, España era para Franco como un gran cuartel que había que dirigir con orden y disciplina. Los que hemos hecho la mili sabemos qué significa eso y cómo los furrieles son los amos del cotarro. Un buen furriel hubiera sido el Caudillo
He leído alguna biografía de De Gaulle y se ve el parecido. Los británicos acabaron hartos de la grandeur francesa del General, y el General les pagó negándoles la entrada en el Mercado Común. En lo de rencoroso se parecía a «nuestro» General
Hoy 9 de mayo se cumplen 61 años de la Declaración Schuman, que supuso el arranque del Mercsado Común. Como dice la prensa, hay poco que celebrar este año: el proyecto político está parado y el económico en graves dificultades. Pero lo superaremos
Yo tengo poco que celebrar, estoy en paro, acogotado por la hipoteca, pensando en marchar con mi esposa a otro país (americano, desde luego). La UE es un quiero y no puedo, se quiere avanzar pero todos van a lo suyo, una lástima
Iñaki, sin papeles no vas a encontrar trabajo decente en EEUU en la vida. Vete a UK, Holanda o Alemania, pero vete defendiendote en el idioma o preparado para aprenderlo MUY rapido. En cuanto a America Latina, no tengo ni idea de como esta en cuanto a visas de trabajo. Esta yendo hacia arriba economicamente, desde luego, pero yo diria que aun esta peor que Espana. Mucha suerte.
Ah, se me olvidaba! otra opcion muy valida es Canada, porque puedes conseguir los papeles desde España siempre que reunas los puntos necesarios (informate en su web oficial). Con esos papeles ya podrias residir y trabajar legalmente. Tendrias que pasar un examen medico tambien, para convencerles de que no vas alli a abusar de su seguridad social.
El aniversario ha coincidido con una triste escena. Una reunión que pretendía ser secreta de sólo unos pocos países del euro para intentar ‘re-rescatar’ a Grecia tras admitir que la intervención internacional y los 110.000 millones de préstamos de mayo de 2010 han servido de poco. Cada uno ha tirado por su lado y la solidaridad es moneda rara
La crisis del euro condiciona el resto mientras la Política Exterior de la UE sigue sin despegar con la escasa coordinación de Catherine Ashton, la poco presente representante de Exteriores de los Veintisiete. El empuje europeo en la crisis árabe sólo ha venido de algunos gobiernos, como el británico y el francés, y no de la UE
Por mucho que la crisis marque la agenda, las instituciones de la UE se resisten a ahorrar en sus presupuestos. No sólo gastan más cada año, sino que rechazan cualquier gesto simbólico de austeridad mientras los Estados recortan sueldos e inversiones públicas. Todos tienen elecciones a la vista y los recortes presupuestarios no son muy populares entre la población
Los primeros que no dan ejemplo son ellos. En abril, los eurodiputados rechazaron una propuesta para congelar sus sueldos y volar más a menudo en clase turista en los trayectos cortos. Dejar ‘business’ para los vuelos de menos de cuatro horas, ahorraría 15 millones (dentro de un presupuesto de 1.700) al año. Casi nada
A pesar de los pesares, Felicidades Europa. Con el paso de los años creo que nos daremos más cuenta de lo grande que es este invento que nos hace navegar en transatlantico en vez de chalupa
Sin Europa, España hubiera ido a pique en los años 90 cuando la crisis económica nos arrastró. Sin el anclaje de las grandes potencias europeas y la disciplina que nos impusieron, hubiera sido imposible salir preparados para los 10 años de crecimiento que siguieron
De acuerdo con Suso, en este país nos falta disciplina: hacemos planes económicos dejando todo tipo de puertas para no cumplirlos. Los alemanes, por ejemplo, se atienen a lo que hay y punto. Así les va y así nos va
Un ejemplo, ahora que tanto se habla del copago en la sanidad. La tan admirada sanidad sueca tiene un presupuesto estricto por operaciones. Si en octubre se acaba el de prótesis, y te rompes la cadera en noviembre, pues te toca esperar hasta enero. Y son inflexibles en estas cosas. No digo que tengamos que imitarles en eso, pero sí en la seriedad para evitar el cachondeo en que vivimos
Esto del copago es campo para todas las demagogias. La izquierda se niega a permitirlo pero no dice cómo piensa acomodar la ecuación: dinero disponible, destinos posibles del dinero. Los recursos no son infinitos, si quieren odontología gratis, gafas a bajo coste, etc. tendrán que explicar qué servicios van a ser cancelados para pagar esos. Pero no lo hacen
Yo también me opongo al copago, introduce un caos administrativo para cobrar los 3 o 4 € a cada persona que acude al centro de salud. Puede costar más dinero en personal los que cobran esa cantidad que el ahorro por la reducción de pacientes. No lo tengo claro
¿Tanto cuesta gastar lo que está previsto recaudar? ¿No se puede parar los pies a estos administradores manirrotos que solo piensan en ganar voto? Después de mí, el infierno, parecen pensar muchos de ellos
Me hace gracia la resurrección de González Vicén, un falangista de la línea dura, que había sido el artífice principal, junto a Arrese, del intento de golpe de estado falangista en 1956. Seis años después se ha recuperado del batacazo y está de nuevo entre los duros, poniendo dificultades a los ministros económicos
Franco se topó con la economía en esos finales de los 50 y comienzos de los 60. Tenía la caja vacía y Arburúa estaba ya tan desprestigiado por sus «operaciones» con las licencias de importación y exportación (se haría millonario con ese sistema), que el dictador tuvo que buscar gente nueva, así llegaron Navarro Rubio y Ullastres
Es que nadie entendía en Europa qué era ese invento de la democracia orgánica, viendo como veían un país donde no se repetaban los derechos de la persona. Pensaban que era una patochada de un dictador que no sabía ya cómo mantener el sillón. Así que se dijeron: hasta que no desaparezca Franco ni hablar de integración
Europa sigue igual que hace 50 años. Alemania nos niega el pan y la sal, y no obligará a un ajuste brutal de la economía. Si no, al tiempo
Vaya con el optimista. Sin Europa estaríamos más quebrados que RUMASA
De acuerdo con Lairon. Nos han aceptado en un club serio donde se nos garantiza cierto status y ganamos en credibilidad. Sueltos por ahí estaríamos haciendo el ridículo (más aún del que hacemos)
RUMASA ya se le veía venir pagando al 10 % la compra de obligaciones, eso no lo daba ni Madoff, y apuntaba a una situación patrimonial muy delicada, y a falta de liquidez. Al final, se derrumbó el castillo de naipes
A los del Rayo nos ha hecho polvo. A ver si viene un jeque y pone la pasta
Sin el apoyo de Europa, Franco hubiera durado mucho menos, se le habría acabado la cuerda para los 50. Lo toleraron porque les era útil para mantener en orden la península, nada más
Hemos cerrado el círculo. Europa no acaba de resolver su problema político, mientras que la rueda económica cada vez funciona peor. Pero cuando se pregunta a la gente por sus preocupaciones, Europa aparece en el 10 o 11 lugar
La UE puede romperse en pocos años. Si no impera un poco de sentido común, cada uno va a ir a su bola. Adjunto un link a un artículo que aclara bastante este asunto:
http://www.elpais.com/articulo/reportajes/razones/Europa/resquebraja/elpepusocdmg/20110515elpdmgrep_1/Tes
Muy bueno el artículo de El País. Una cosa me parece evidente: por mucho que se empeñen Merkel y Sarkozy a la UE le falta el liderazgo claro que tuvo en otras épocas, por ejemplo, De Gaulle, Giscard, Adenauer
Ahora Merkel está enredando con el tema de las jubilaciones y pretende una unificación ene l ámbito europeo. Me parece que es excesivo. Cada país es muy libre de organizarse como quiera, siempre que cumpla los objetivos de déficit, deuda, etc. que tienen todos los países de la UE
Merkel ya puede enredar lo que quiera. Veo difícil que consiga nada. Cada país tiene sus peculiaridades y lo que se le debe pedir es que tenga las cuentas claras, si eso es con jubilaciones a los 67, los 90 o los 40, es cosa de cada cual
El movimiento 15 M puede poner patas arriba a toda la Unión Europea. Y me alegraría que fuese así. Es el proyecto más anti-democrático que se ha parido en el mundo, a españdas de los ciudadanos. Viene bien que se le cuestione y se trate de refundar sobre bases más reales. DEMOCRACIA REAL, YA !!!!!!!
Europa puede y debe salir de esta crisis que era, para mí, muy necesaria. No podemos seguir dentro de una estructura que no hemos ayudado a crear, que no conocemos, que no nos interesa, y en la que últimamente pintamos bien poco
Yo también soy optimista, veo que una puesta en la picota de los principios de la UE y de la supuesta democracia en la que vivimos, es muy saludable. Y de ahí solo pueden salir cosas buenas. POR LA DEMOCRACIA REAL, YA !!!!!
Que les pregunten a los de la puerta del Sol qué piensan de la UE y de la opacidad de sus mecanismos de decisión. O de las dietas de nuestros euro-parlamentarios. Hay que refundar la UE
Todas esas reivindicaciones parecen sacadas del programa electoral de IU, no lo digo en broma, el que no se lo crea que vaya y lo compruebe. Pero es lo que hay
Los obreros españoles en Europa vieron lo que era el sindicalismo libre, la huelga, los partidos políticos, la prensa libre, la libertad de expresión. Y eso generó un clima de contestación que el régimen no pudo evitar
Las dos Españas de entonces se están viendo ahora con motivo del movimiento 15 M. Para unos, son una panda de colgaos, alternativos, folloneros y aburridos. Otros los ven como un nuevo mayo del 68
Hay mucho aprovechable en este movimiento. Si los políticos toman nota de que hay cosas que no se puede hacer, sería suficiente. Pero, ¿han dicho algo en la campaña de los imputados que tienen en las listas? Nada de nada, no recibido, mala cobertura en la zona PSOE y PP
GRANDE OSASUNA, EN PRIMERA. LO SIENTO POR EL DEPOR Y LOTINA
Echo en falta partidos realmente europeístas en las elecciones. Teóricamente todos lo son, pero no veo muchas propuestas en sus programas de cara al futuro de la Unión
Con el lio que tenemos en casa, como para pensar en Europa. No veo mucho debate, en los próximos meses, mientras haya 5 millones en el paro
… Y un gobierno que se pasa el tiempo haciendo «reflexiones» que luego no cumple. Así les ha ido en las elecciones. Miedo me da esta panda de iluminad@s que creen que el papel lo aguanta todo
Qué gran decepción la de este presidente que llegó prometiendo el oro y el moro, y ha resultado un auténtico bluff. Ni liderazgo ni sinceridad ni nada de nada, es una decepción total para mí. Otro, por favor
ZP reflexiona tanto que no sabe ni lo que quiere. Se han perdido dos años negando la evidencia de la crisis, para acabar doblando el espinazo ante la señora Merkel
Un artículo bien interesante relacionado con la irrupción del concepto de «dos Españas»:
http://www.abc.es/cultura/20140512/abci-intelectuales-liberalismo-dictadura-201405112128.html
Viva España, pero la actual, la democrática. Abajo las dos Españas, la republicana y la franquista.
Entiendo que durante la Guerra Civil ambos bandos incurrieron en enormes excesos el uno contra el otro. Espero que llegue el momento en que esta España, la del siglo XXI, les haga justicia a todos quienes padecieron dichos excesos y que finalmente se resarcen los agravios históricos. Lo peor que puede hacer España es seguir postergando ese momento.
La Guerra Civil no fue una guerra entre monárquicos y republicanos, como a veces se presenta, sería una explicación tan simplista que dejaría sin sentido el 14 de Abril; fue una guerra entre fascismo y comunismo, éstas dos fueron las principales ideologías, radicales ambos, que canalizaron a las dos Españas en las que quedó dividida la Península a partir del 18 de julio. La democracia, ganara quien ganara la guerra, había perdido.
Muchas veces la real politik, el cinismo y el regate en corto por los pasillos de Bruselas pueden resultar un juego inteligente, apasionante e incluso excitante. Pero esos mimbres son los que han hecho que la gente del continente se aleje de Europa. Juncker disfruta con la partida, pero es el mejor representante de lo lejos que está la burocracia y la alta política europea de la gente. Aunque sólo sea en clave interna, tal como está el país de postrado (más del 25% de paro y demás datos), un socialismo renovado no puede votar junto al PP por un líder europeo de derechas. No se puede, y punto. Entiendo que en la Alemania de la abundancia el SPD pacte con la CDU para blindar el paraíso, pero aquí el caso es diametralmente opuesto. Seguramente estaría a favor de la gran coalición PP-PSOE para el 2015 y así salvar el «Sistema». Una pena.
La pobreza y destrucción (sería mejor decir aniquilación) son daños colaterales de la política neo-liberal de Europa, y que a todo Bruselas, le importa un pito, si aquí, en España, hay niños que pasan hambre o hay familias enteras, sin recursos y desahuciadas, o si el futuro de varias generaciones de jóvenes y no tan jóvenes es trabajar como en Afganistán o como en Zimbabwe. Eso a Europa le importa un bledo, a los Europeos excepto a los españoles, les importa dos bledos, y por tanto, ignorando la realidad visible a diario, pues no hay problema. Esta Europa de Juncker no es la Europa que yo pensaba que contruiríamos. Repleta de desigualdades, y considerando la pobreza un mal colateral, como con las bombas que algunos lanzan en algunos sitios.
Antes de la Guerra Civil, había «dos Españas»: una era la de los terratenientes, caciques, banqueros, militares, curas y grandes empresarios y otra era la del pueblo sometido y esclavizado por los primeros.
La violencia llevada a cabo tanto por las derechas como por las izquierdas antes de la Guerra Civil, era perpetrada por grupos minoritarios, que no eran representativos de la mayoría de la población. Sólo a raíz de ese golpe de estado que divide el país en dos mitades, es que la población civil en su mayoría se ve implicada en una guerra, con cientos de miles de muertos.
Una de las causas para las dos Españas es precisamente esa, que los representantes no representaban. Y otra, que estos se saltaran protocolos, lo que demuestra esa división con la ciudadanía.
La división no es necesaria, para que exista se tiene que cultivar, y se cultiva desde actitudes desconsideradas de políticos e intelectuales, que son la cara pública de la sociedad.
¿Qué poder de negociación puede tener España cuando el BCE tiene en sus manos ya 250 billones de deuda pública y privada española y sus principales y más rentables empresas se han vendido al extranjero y se siguen vendiendo a día de hoy? ¿Algún iluso piensa que Alemania va a dar marcha atrás en sus posiciones cuando ellos consideran que tienen cogida la sartén por el mango? Hasta los dos bancos más grandes españoles tienen su capital controlado por los fondos de inversión más grandes del mundo. La única solución posible a la reforma de la UE y del euro pasa por la intervención de EEUU. Nada nuevo bajo el sol porque siempre han sido los Americanos los que han salvado a Europa cada vez que se ha encontrado en las situaciones más difíciles. Dentro de unos años la tendencia a renacionalizar las empresas estratégicas de cada país será imparable y no será por motivos ideológicos o políticos sino simplemente por una cuestión de mera supervivencia. En el momento en el que algún país empiece a nacionalizar los otros le seguirán de forma acelerada, porque no quedará otro camino, excepto ese.
Cuidadín con las ocurrencias de este menistro Guindos, al igual que el incompetente y mendaz Soria, o la ciega Mato, o el figura super democrática Fernández Díez fué elegido por Rajoy y ya sabemos cómo resultan. Mejor que se dedique a prender fuego en Venezuela y que deje Europa a la gente preparada, que alguno habrá en la UE ¿no?
España, vamos Rajoy, tras apoyar incondicionalmente las políticas económicas de Merkel y ver que la oposición estaba en lo cierto respecto a los resultados reales de dichas políticas, ahora se apunta a la línea Macron, o sea, «si salen barbas San Antón, si no, la Purísima Concepción», siempre se acierta cuando se está dispuesto a cambiar sin admitir haber estado confundido, y a cuando se le pregunta qué planes tiene respecto a… la respuesta es: «depende…, eso que me pregunta es muy interesante…, o ya lo he respondido, en fin». Si el Gobierno cambia y define la dirección correcta en beneficio de todos los ciudadanos, no solo del «PIB actual de propiedad limitada», mejor para todos, también para el «PIB de todos».
Solo hay una vara de medir. La del mercado y la voluntad mayoritaria de los estados. La mayoría de estados y los mercados decidieron que Alemania podía saltarse el déficit y no pasaba nada. Con España todo el mundo pensó que eso era equivocado. Resulta que tenían razón y ahora Alemania está pagando por nuestros errores.