La regla de gasto, en realidad, es un artículo dentro de una ley mucho más potente, más heavy, que abarca muchas más cosas. A un articulito en concreto le llaman la regla de gasto. Podríamos ignorar el artículo 12 de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, que es el que se refiere a la regla de gasto, porque con todo lo demás que dice la ley estaríamos prácticamente en el mismo sitio. En realidad, esta ley se aprobó en 2012, en un momento muy crítico, y se enmarca en una serie de acontecimientos que nos traen hasta la regla de gasto.
En setiembre de 2011 se modifica el artículo 135 de la Constitución, que dice dos cosas. Una es que las administraciones tienen que gastar lo que ingresan, que no pueden hacer déficit sistemático, lo que es una especie de declaración de intenciones. Pero tiene un segundo párrafo, que no estaba antes en el artículo 135 y que es el grave, que dice que los intereses de la deuda y la deuda misma gozarán de prioridad absoluta sobre el resto de partidas de los Presupuestos Generales. Esta modificación se hace porque se impone desde Europa. Todo lo que viene a continuación llueve tras la modificación del 135.
En noviembre de 2011 hay una directiva europea sobre los requisitos aplicables a los marcos presupuestarios de los Estados miembros. La UE intenta que todos los países lo aprueben. Es aquella famosa «regla de oro» de la Constitución, que España ya la tiene introducida. Poco después, en marzo de 2012, hay unos Pactos de Estabilidad y Crecimiento de la UE, que, en el fondo, actualizan lo que ya decía el Tratado de la Unión de 1997. Pero ahora todo va rápido.
En abril de 2012, España aprueba la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera. O sea, que aprendan a gastar lo que tienen y que no se salgan de madre. Esta ley ya se hace en consonancia con la directiva europea que ha venido un poco antes, con el Pacto de Estabilidad y la reforma de la Constitución.
Llegamos a junio de 2012 y, cuando has cumplido todos tus deberes, viene el No Rescate de M. Rajoy. Se dejan 100.000 millones de euros para los bancos, pero se dejan cuando se ha demostrado verdaderamente que ese dinero se va a devolver. ¿Cómo se asegura la Troika como prestamista de que se va devolver el dinero? Se asegura porque antes se ha aprobado una ley y se ha modificado la Constitución. El rescate vino precedido de una serie de condiciones que España tuvo que cumplir.
Finalmente, en julio de 2012 se firmó el Memorándum de Entendimiento. Todo en ocho meses. El Memorándum de Entendimiento es el programa de cualquier partido que gobierne en España, sea quien sea. Adiós soberanía, no hay soberanía. El Memorándum dicta –y la palabra ‘dicta’ no es casualidad– España deberá cumplir, gobierne quien gobierne, una serie de obligaciones.
Dentro de esta batería de sucesos que obligan forzosamente porque estamos rescatados –y estar rescatados significa que «te rescato pero eres mi esclavo»–está la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera. Dentro de esa ley, hay un montón de artículos que operan en el mismo sentido, básicamente el de no gastar más de lo de que se ingresa como Estado. Pero, ¿y si…? No. Pero, ¿y si…? No. ¡Que ya no hay soberanía porque ha habido un rescate, aunque se niegue! No hay capacidad de decisión. Además, cada año hay que informar a Europa de cuál es el compromiso de lo que se va gastar para que dé el visto bueno. Hay que pasar información. Hay que supervisarla. Hay que llevar la contabilidad como dice Europa y no como se hacía hasta entonces… Hay una vigilancia permanente. Está en el Memorándum de Entendimiento también. Si eventualmente hay un ingreso raro, no previsto, como que ha tocado la lotería, o, como le ha pasado a Navarra, que por una negociación del Convenio llega un ingreso no contemplado, su destino ha de ser el que dice al artículo 135: el pago de la deuda y de sus intereses. Siempre que haya algo de más con lo que no contabas, lejos de celebrarlo, irá a pagar la deuda. Entre otras cosas, porque el nivel de deuda está al 100% del PIB y el Estado español ha adquirido el compromiso de llegar al 60%. Mientras no se llegue a ese 60%, hay que olvidarse de tener libertad alguna sobre los presupuestos. La regla de gasto es solo un artículo de una ley, que a su vez es un paso más de todo un aparato de sometimiento que se produce entre setiembre de 2011 y junio de 2012.
¿Qué significa se puede? ¿Se podía proclamar la República Catalana? No. Pero la proclamaron. Otra cosa es las consecuencias que tenga. ¿Puede España como Estado o una Comunidad Autónoma romper con la regla de gasto? Se han llevado muchas propuestas de reforma fiscal sabiendo que no se podía hacer. Cuando era chaval, yo tampoco podía salir más allá de las dos de la madrugada porque mi padre no me dejaba. Pero eso cambió. Cambió porque yo, alguna vez, llegué pasadas los dos. Y tuvo consecuencias. Pero mi padre, poco a poco, también fue cambiando su postura.
A veces hay que forzar y hay que valorarlo. No critico a quien toma decisiones, porque hay que valorar hasta qué punto se puede forzar. Por poder, según esta famosa ley, no se puede. Te lo dice bien claro. Si hay un ingreso extraordinario, se debe destinar al pago de la deuda. Probablemente, dentro de la negociación entre Navarra y el Gobierno español para la reintegración de ese dinero podría estar el compromiso de que se destine a cancelación de deuda. ¿Por qué? España ha de rendir cuentas ante la UE. Si España le da un dinero y Navarra lo usa para cancelar deuda, la suma de la deuda que se presenta ante Bruselas no ha aumentado. Si Navarra va y se lo gasta, habría un aumento de 215 millones en esa deuda total. No he estado en la negociación, pero es posible que se haya pactado.
Desde el punto de vista legal, me vería con el coraje de discutirlo. Pero conociendo cómo funciona el Estado, no sé si sale a cuenta. Por poder, uno puede hacerlo y enfrentarse al Estado plantandole cara. ¿Consecuencias? En Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera hay varios artículos. Algunos hablan de las sanciones. Y uno de ellos, el 26, habla claramente de aplicar al artículo 155 de la Constitución a quienes no cumplan la regla de gasto. Incluso habla de disolver una corporación local. O sea, si una corporación local, como estaba haciendo el Ayuntamiento de Madrid con Sánchez Mato, le planta cara al Estado, a este no le duelen prendas en disolver el Ayuntamiento de Madrid. Lo han hecho con Catalunya y se ha abierto un melón. El 155 ya vale para todo. Aquí ya estaba escrito y nunca lo habían puesto en marcha. Ahora ya lo han aplicado una vez. Ya saben cómo hacerlo. Te arriesgas. Y tenemos el ejemplo catalán de qué supone el 155. De entrada, pasan a controlar todas tus instituciones, tu televisión, la enseñanza, la sanidad, eligen a quién pagan primero y a quién pagan después…
El Estado es muy fuerte. ¿Quién es el valiente? El cementerio está lleno de valientes. No voy a criticar a nadie por cumplir lo que dice esta ley. Sí creo que habría que plantear una estrategia de confrontación meditada en la que no solo entrase esto.