Cuidado con lo que se avecina

CUIDADO… con lo que se avecina… es mas gordo de lo que os imagináis… un gobierno Europeo impuesto por los Neocon que irá quitando a corto plazo a los políticos demócratas y manipulando las elecciones… y colocando tecnócratas, nos queda poco. Los Indignados tienen más razón de lo que os podáis llegar a imaginar. No es una cuestión de PSOE ni de PP, nada tiene que ver. Esto solo se para negándonos a esas mentiras de pagar la deuda en que ellos nos han metido falsamente para tenernos hipotecados hasta nuestros nietos… se acabaron los Estados/Nación… adiós España.crisis

Hay un problema laboral del colectivo de controladores aéreos que afecta al 1,2% de la población española (600.000 personas) y casi todos saltáis como energúmenos pidiendo hasta el linchamiento de ese colectivo cuando el día anterior hacen otra reforma del sistema laboral más restrictiva, quitan los 420 euros de ayuda a 688.000 parados que están en la ruina y anuncian cambios drásticos a peor en la ley de pensiones que afectan al 80% de la población y nadie se indigna ni dice nada. ¿Sois tan insensibles?.

Estáis pidiendo a gritos al Gobierno que se apliquen medidas que quitan el derecho a la baja laboral, a permisos retribuidos y a las horas sindicales, sacar militares a la calle ¿sois idiotas?.

Estáis leyendo que mintieron en los vuelos de la CIA, en el caso Couso, que González era la X del GAL, que gente del PP cobraba de la trama Gürtel, que hay políticos que cobran más de 230.000 euros al año, pero que nos cuestan más de 3 millones de euros, que la corrupción en la política no es excepción, sino norma, que ellos mismos se adjudican el derecho a cobrar la jubilación máxima con pocos años en las Cortes y a nosotros nos piden 40 de cotización, banqueros que consiguen del gobierno medidas duras contra los trabajadores y que tenían que estar en la cárcel por delitos demostrados de fraude fiscal y no decís nada, os quitan dinero para dárselo a esa gente que cobra cientos de miles de euros año, especula con nuestro dinero, defrauda a Hacienda y seguís callados ¿sois idiotas?.

Tenéis una monarquía que se ha enriquecido en los últimos años, que apoya a los poderosos, a EEUU, a Marruecos y a todo lo que huela a poder o dinero, hereditaria como en la Edad Media ¿sois idiotas?.

En Inglaterra o Francia o Italia o en Grecia o en otros países los trabajadores y los jóvenes se manifiestan hasta violentamente para defenderse de esas manipulaciones mientras en España no se mueve casi nadie ¿sois idiotas?.

Consentís la censura en los medios de comunicación, la ley de partidos, la manipulación judicial, la tortura, la militarización de trabajadores sólo porque de momento no os afecta a vosotros ¿sois idiotas?.

Sabéis quién es toda la gentuza de las revistas del corazón, futbolistas supermillonarios pero jamás escucháis a nadie como Saramago o Chomsky u otros mil intelectuales veraces y comprometidos con vuestros problemas ¿sois idiotas?.

Si mucha gente responde sí, aún nos queda un poco de esperanza de conseguir acabar con la manipulación de los políticos y poderosos. Si la mayoría contesta no, entonces estamos jodidos.

EL GOBIERNO: Ha bajado el sueldo a los funcionarios, congelado las pensiones y reducido la ayuda al desempleo, para afrontar la crisis que han generado los bancos los políticos y los especuladores bursátiles.

Nos gustaría transmitirle al Gobierno lo siguiente:

Dediquen su empeño en rebajar LA VERGÜENZA DEL FRAUDE FISCAL, que en España se sitúa alrededor del 23% del P.I.B. (10 puntos por encima de la media europea) y por el que se pierden miles de millones de €uros, fraude que repercute en mayores impuestos para los ciudadanos honestos.

TENGAN LA VERGÜENZA de hacer un plan para que la Banca devuelva al erario público los miles de millones de euros que Vds. les han dado para aumentar los beneficios de sus accionistas y directivos; en vez de facilitar el crédito a las familias y a las empresas, erradicarlas comisiones por los servicios bancarios y que dejen de cobrar a los españoles más humildes €30.01, cada vez que su menguada cuenta se queda sin saldo. Cosa que ocurre cada 1º de mes cuando les cargan las facturas de colegios, comunidades, telefonía, Etc. y aun no les han abonado la nómina.

PONGAN COTO a los desmanes de las empresas de telefonía y de ADSL que ofrecen los servicios más caros de Europa y de peor calidad.

ELIMINEN la duplicidad de muchas Administraciones Públicas, suprimiendo organismos innecesarios, reasignado a los funcionarios de carrera y acabando con los cargos, asesores de confianza y otros puestos nombrados a dedo que, pese a ser innecesarios en su mayor parte, son los que cobran los sueldazos en las Administraciones Públicas y su teórica función puede ser desempeñada de forma más cualificada por muchos funcionarios públicos titulados y que lamentablemente están infrautilizados.

HAGAN que los políticos corruptos de sus partidos devuelvan el dinero equivalente a los perjuicios que han causado al erario público con su mala gestión o/y sus fechorías, y endurezcan el Código Penal con procedimientos judiciales más rápidos y con castigos ejemplares para ellos.

INDECENTE, es que el salario mínimo de un trabajador sea de 624 €/mes y el de un diputado de 3.996, pudiendo llegar, con dietas y otras prebendas, a 6.500 €/mes. Y bastantes más por diferentes motivos que se le pueden agregar.

INDECENTE, es que un profesor, un maestro, un catedrático de universidad o un cirujano de la sanidad pública, ganen menos que el concejal de festejos de un ayuntamiento de tercera.

INDECENTE, es que los políticos se suban sus retribuciones en el porcentaje que les apetezca (siempre por unanimidad, por supuesto, y al inicio de la legislatura).

INDECENTE, es que un ciudadano tenga que cotizar 35 años para percibir una jubilación y a los diputados les baste sólo con 7, y que los miembros del gobierno, para cobrar la pensión máxima, sólo necesiten jurar el cargo.

INDECENTE, es que los diputados sean los únicos trabajadores (¿?) de este país que están exentos de tributar un tercio de su sueldo del IRPF.

INDECENTE,es colocar en la administración a miles de asesores = (léase amigotes con sueldos que ya desearían los técnicos más cualificados).

INDECENTE, es el ingente dinero destinado a sostener a los partidos y sindicatos pesebreros, aprobados por los mismos políticos que viven de ellos.

INDECENTE, es que a un político no se le exija superar una mínima prueba de capacidad para ejercer su cargo (ni cultural ni intelectual).

INDECENTE, es el coste que representa para los ciudadanos sus comidas, coches oficiales, chóferes, viajes (siempre en gran clase) y tarjetas de crédito por doquier.

INDECENTE, es que sus señorías tengan seis meses de vacaciones al año.

INDECENTE, es que ministros, secretarios de estado y altos cargos de la política, cuando cesan, son los únicos ciudadanos de este país que pueden legalmente percibir dos salarios del ERARIO PÚBLICO.

Y que sea cuál sea el color del gobierno, todos los políticos se benefician de este moderno “derecho de pernada” mientras no se cambien las leyes que lo regula. ¿Y quiénes las cambiarán? ¿Ellos mismos? Já.

Juntemos firmas para que haya un proyecto de ley con “cara y ojos” para acabar con estos privilegios, y con otros.

Haz que esto llegue al Congreso a través de tus amigos.

ÉSTA SÍ DEBERÍA SER UNA DE ESAS CADENAS QUE NO SE DEBE ROMPER, PORQUE SÓLO NOSOTROS PODEMOS PONERLE REMEDIO A ESTO, Y ÉSTA, SI QUE TRAERÁ AÑOS DE MALA SUERTE SI NO PONEMOS REMEDIO, está en juego nuestro futuro y el de nuestros hijos.

¿DÓNDE ESTÁ LA GENTE? SE LEVANTA POR EL FÚTBOL Y NO PARA DEFENDER DERECHOS.

(Arturo Pérez Reverte, 13/02/12)

El déficit y la deuda pública no son el problema

Vergüenza e indignación es lo que siento cuando observo la obsesión de la Comisión Europea por que todos los países tengan que reducir el déficit público: vergüenza porque sus premisas y proclamas son falsas y equivocadas y las venden como verdades absolutas (y los medios de comunicación se hacen eco de ellas sin verter un ápice de crítica); indignación porque detrás de estas exigencias de política económica se esconde el particular interés de reducir el tamaño del sector público todo lo posible a favor tamaño del sector privado, independientemente del coste social y ecológico que ello pueda conllevar.Condecorados

No existe ningún motivo científico-técnico serio que lleve a pensar que los Estados tengan que disminuir su déficit público  por debajo del 3% del PIB (¡y mucho menos presentar superávit, como últimamente se atreve a exigir la Unión Europea!). Recordemos que el tope del 3% sobre el PIB de déficit público fue inventado en menos de una hora y sin ninguna reflexión científica, sólo con el objetivo de disponer de una regla sencilla –y que pareciese seria– que obligase a los Estados a disminuir su gasto. ¿Qué demonios hacemos recortando en pensiones, sanidad, educación, dependencia, salarios, desempleo, etc, para cumplir con esa maldita regla a-científica e improvisada por cuatro personas? Estamos organizando nuestras sociedades de una forma absolutamente absurda, estamos viajando con una brújula trucada, y a pesar de ello parece que muy pocos se dan cuenta. Nos han engañado como a chinos y aquí nadie dice nada.

Necesitamos desprendernos de las mentiras y mitos que han contaminado nuestra mente cuando pensamos en cuestiones como el déficit público o la deuda pública. Repitámoslo hasta la saciedad: las finanzas del Estado no tienen nada que ver con las finanzas de una empresa o de una familia. El déficit de un Estado no significa que éste esté “viviendo por encima de sus posibilidades”, así como la deuda pública no es dinero que el Estado tenga que ingresar de algún modo para devolvérselo a quienes le prestaron el dinero. ¡Cuánto daño ha hecho la famosa falacia de la falsa analogía entre un Estado y una familia! Derrumbemos estas falsas creencias y sustituyámoslas por razonamientos técnicos que expliquen mejor la realidad.

El déficit de un Estado no es más que la diferencia entre el dinero que éste inyecta en la economía a través del gasto público y el dinero que éste retira de la economía a través de los ingresos públicos (como los impuestos). El déficit público no es otra cosa. Miren a su alrededor: todo el dinero oficial que existe ha nacido del gasto público. Las monedas, billetes y anotaciones electrónicas creadas por los bancos centrales se ponen en circulación cuando el Estado inyecta más dinero del que retira.

La anécdota que cuenta siempre Warren Mosler es muy clarificadora. Estaba él de visita por Pompeya cuando el guía turístico, señalando unas monedas del imperio romano, explicó que era dinero que el imperio tenía que recaudar de los ciudadanos romanos para poder gastarlo en construcción de acueductos, en guerras, y en otros gastos públicos. Entonces el economista estadounidense preguntó: “y de dónde salían esas monedas?” El guía respondió: “las creaba la autoridad del imperio romano que tenía esa competencia”. Mosler volvió a hablar: “entonces, si el imperio romano creaba las monedas, ¿por qué has dicho que para llevar a cabo políticas tenía que recaudarlas de los ciudadanos romanos? En todo caso primero tendría que crear las monedas, luego ponerlas a disposición de la gente a través de alguna política de gasto, y finalmente recaudarlas. Pero no puedes recaudar algo que no existe porque no lo has creado todavía”. El guía turístico se quedó pensativo, y finalmente respondió “Eh… sigamos con la visita”.

Esta simpática anécdota sirve para ilustrar algo de lo que jamás se habla, a pesar de lo evidente que es: el dinero oficial lo crea el sector público gracias a los bancos centrales (que no son independientes ni pueden serlo). Y en las sociedades modernas ese dinero se crea a través del déficit público. Cuando hay déficit público, se anota más dinero en las cuentas bancarias de las familias y empresas del que se borra de esas mismas cuentas. El déficit público es creación de dinero. Esto es incontestable. Sigue leyendo

Informe de Cáritas sobre la pobreza

El 15% de los trabajadores son pobres, casi el 45% de los parados están en situación de pobreza, más de 700.000 hogares no tienen ingresos y un millón de personas están en riesgo de exclusión social muy severa. Con esta radiografía, Cáritas alerta de que, a pesar de la supuesta recuperación económica y de los vaivenes de los datos de empleo, aumentará la bolsa de exclusión social.Contenedores

La ONG dice al Gobierno que la reducción de la pobreza no pasa solo por la creación de empleo y pide una inversión de 10.000 millones de euros que garantice la protección social de los vulnerables: la crisis ha roto España por la mitad, creando un país de dos velocidades con una enorme desigualdad económica y social entre las comunidades del norte y del sur.

El informe anual “Análisis y Perspectivas 2016” de la Fundación FOESSA, que este año se publica bajo el título Expulsión Social y Recuperación Económica, constata una España a dos velocidades en términos de exclusión social.

Natalia Peiró, directora del Área de Comunicación, Sensibilización e Incidencia de Cáritas, y Guillermo Fernández, miembro del Comité Técnico de FOESSA, han alertado que “el análisis territorial de la desigualdad, la pobreza y el desempleo muestran un país a dos velocidades, y que, como consecuencia de la crisis, se ha generado un proceso de divergencia entre las Comunidades Autónomas”.

Un país a dos velocidades. La conclusión de este diagnóstico se basa en cuatro factores:

1. Las diferencias en el eje norte-sur no sólo se mantienen, sino que tienden a aumentar: mientras Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, la Comunidad Valenciana, Canarias y las Islas Baleares se encontrarían en peor situación ante una eventual salida de la crisis, Cantabria, País Vasco, Navarra, La Rioja y Aragón se encontrarían en mejor situación, desde el punto de vista de la pobreza, la desigualdad y el desempleo más grave.

2. En segundo lugar, los indicadores de desempleo analizados, que serían el desencadenante más claro de una buena posición de salida para la población en peor situación, muestran una recuperación muy débil y, en algunos casos, muy alejados del ritmo necesario para impulsar una reducción intensa de la pobreza y la desigualdad. De los cuatro indicadores analizados, sólo en uno de ellos hay cuatro CC.AA. que consiguen mejorar su situación desde el primer impacto de la crisis en el año 2009.

3. Las diferencias regionales de la pobreza apuntan a una salida divergente de la crisis. Esta disparidad seguirá provocando aumentos en las diferencias de desigualdad y bienestar.

4. La «situación de salida» para el conjunto de las CC.AA. ofrece una peor situación respecto a los datos recogidos en 2009 en el primer impacto de la crisis. Este resultado nos permite afirmar que la probabilidad de que aumente la bolsa de la exclusión social, a pesar del crecimiento económico, es muy elevada.

Para elaborar el Informe, los expertos de FOESSA han utilizado los indicadores que cualifican la cohesión social y miden la fractura social de un país: la desigualdad, el desempleo, la pobreza y la exclusión social. Y se evalúan en qué medida las CC.AA. parten con mayores fortalezas y debilidades. Se ha comparado el año 2009, en el que se produjo el primer impacto de la crisis, con el período 2014-16, donde los datos económicos y de desempleo comienzan a cambiar. La lectura de estos indicadores muestra estos resultados.

Renta

Los ingresos de los hogares han caído espectacularmente desde el primer impacto de la crisis, con una reducción que supera el 10%.

Las CC.AA. con mayor renta media inicial experimentan las menores caídas, de manera que aunque las posiciones relativas en el ranking se mantienen casi constantes, las diferencias entre regiones aumentan en este período.

Desigualdad

Las diferencias han aumentado y las rentas medias se han reducido, lo que ha producido un hundimiento de las rentas más bajas. En la mayor parte de las CC.AA. el 20% más rico de la población está soportando mejor la crisis. Andalucía, Asturias y Castilla-La Mancha son las CC.AA. donde el 20% más pobre ha caído más. Las dos únicas CC.AA. donde ha crecido la renta de los más ricos han sido Aragón y Galicia.

Las variaciones en la desigualdad en las CC.AA. indican que existen diferentes razones que las originan y que ahondan en la heterogeneidad territorial de nuestro país. Por ejemplo, mientras Navarra apenas ha crecido en las rentas medias pero sí en los extremos, Aragón ha aumentado la desigualdad tanto en las rentas medias como entre los más ricos y los más pobres. Sigue leyendo

Neoliberalismo: la raíz ideológica de nuestros problemas

Imaginen que los ciudadanos de la Unión Soviética no hubieran oído hablar del comunismo. Pues bien, la mayoría de la población desconoce el nombre de la ideología que domina nuestras vidas. Si la mencionan en una conversación, se encogería de hombros; y, aunque su interlocutor haya oído el término con anterioridad, tendrá problemas para definirlo. ¿Saben qué es el neoliberalismo?Neoliberalismo

Su anonimato es causa y efecto de su poder. Ha sido protagonista en crisis de lo más variadas: el colapso financiero de los años 2007 y 2008, la externalización de dinero y poder a los paraísos fiscales (los «papeles de Panamá» son solo la punta del iceberg), la lenta destrucción de la educación y la sanidad públicas, el resurgimiento de la pobreza infantil, la epidemia de soledad, el colapso de los ecosistemas y hasta el ascenso de Donald Trump. Sin embargo, esas crisis nos parecen elementos aislados, que no guardan relación. No somos conscientes de que todas ellas son producto directo o indirecto del mismo factor: una filosofía que tiene un nombre; o, más bien, que lo tenía. ¿Y qué da más poder que actuar de incógnito?

El neoliberalismo es tan ubicuo que ni siquiera lo reconocemos como ideología. Aparentemente, hemos asumido el ideal de su fe milenaria como si fuera una fuerza natural; una especie de ley biológica, como la teoría de la evolución de Darwin. Pero nació con la intención deliberada de remodelar la vida humana y cambiar el centro del poder.

Para el neoliberalismo, la competencia es la característica fundamental de las relaciones sociales. Afirma que «el mercado» produce beneficios que no se podrían conseguir mediante la planificación, y convierte a los ciudadanos en consumidores cuyas opciones democráticas se reducen como mucho a comprar y vender, proceso que supuestamente premia el mérito y castiga la ineficacia. Todo lo que limite la competencia es, desde su punto de vista, contrario a la libertad. Hay que bajar los impuestos, reducir los controles y privatizar los servicios públicos. Las organizaciones obreras y la negociación colectiva no son más que distorsiones del mercado que dificultan la creación de una jerarquía natural de triunfadores y perdedores. La desigualdad es una virtud: una recompensa al esfuerzo y un generador de riqueza que beneficia a todos. La pretensión de crear una sociedad más equitativa es contraproducente y moralmente corrosiva. El mercado se asegura de que todos reciban lo que merecen.Che Guevara

Asumimos y reproducimos su credo. Los ricos se convencen de que son ricos por méritos propios, sin que sus privilegios (educativos, patrimoniales, de clase) hayan tenido nada que ver. Los pobres se culpan de su fracaso, aunque no puedan hacer gran cosa por cambiar las circunstancias que determinan su existencia. ¿Desempleo estructural? Si usted no tiene empleo, es porque carece de iniciativa. ¿Viviendas de precios desorbitados? Si su cuenta está en números rojos, es por su incompetencia y falta de previsión. ¿Qué es eso de que el colegio de sus hijos ya no tiene instalaciones de educación física? Si engordan, es culpa suya. En un mundo gobernado por la competencia, los que caen pasan a ser perdedores ante la sociedad y ante sí mismos.

La epidemia de autolesiones, desórdenes alimentarios, depresión, incomunicación, ansiedad y fobia social es una de las consecuencias de ese proceso, que Paul Verhaeghe documenta en su libro What About Me?. No es sorprendente que Gran Bretaña, el país donde la ideología neoliberal se ha aplicado con más rigor, sea la capital europea de la soledad. Ahora, todos somos neoliberales.

El término neoliberalismo se acuñó en París, en una reunión celebrada en 1938. Su definición ideológica es hija de Ludwig von Mises y Friedrich Hayek, dos exiliados austríacos que rechazaban la democracia social (representada por el New Deal de Franklin Roosevelt y el desarrollo gradual del Estado del bienestar británico) porque la consideraban una expresión colectivista a la altura del comunismo y del movimiento nazi.

En Camino de servidumbre (1944), Hayek afirma que la planificación estatal aplasta el individualismo y conduce inevitablemente al totalitarismo. Su libro, que tuvo tanto éxito como La burocracia de Mises, llegó a ojos de determinados ricos que vieron en su ideología una oportunidad de librarse de los impuestos y las regulaciones. En 1947, cuando Hayek fundó la primera organización encargada de extender su doctrina (la Mont Perelin Society), obtuvo apoyo económico de muchos millonarios y de sus fundaciones.

Gracias a ellos, Hayek empezó a crear lo que Daniel Stedman Jones describe enAmos del universo como «una especie de Internacional Neoliberal», una red interatlántica de académicos, empresarios, periodistas y activistas. Además, sus ricos promotores financiaron una serie de comités de expertos cuya labor consistía en perfeccionar y promover el credo; entre ellas, el American Enterprise Institute, la Heritage Foundation, el Cato Institute, el Institute of Economic Affairs, el Centre for Policy Studies y el Adam Smith Institute. También financiaron departamentos y puestos académicos en muchas universidades, sobre todo de Chicago y Virginia.

Cuanto más crecía el neoliberalismo, más estridente era. La idea de Hayek de que los Gobiernos debían regular la competencia para impedir monopolios dio paso entre sus apóstoles estadounidenses −como Milton Friedman− a la idea de que los monopolios venían a ser un premio a la eficacia. Pero aquella evolución tuvo otra consecuencia: que el movimiento perdió el nombre. En 1951, Friedman se definía neoliberal sin tapujo alguno. Poco después, el término empezó a desaparecer. Y por si eso no fuera suficientemente extraño en una ideología cada vez más tajante y en un movimiento cada vez más coherente, no buscaron sustituto para el nombre perdido. Sigue leyendo

12 datos que desmienten la recuperación económica

Uno de los ejes que vertebran el discurso electoral del PP es que Mariano Rajoy ha sacado a España de la crisis. Sin embargo, son numerosas las estadísticas que desmienten esa afirmación y demuestran que en esta legislatura que ha terminado deja una España marcada por el aumento de la desigualdad y la pobreza.Recuperación

El presidente del Gobierno se escuda en las grandes cifras macroeconómicas para repetir machaconamente que con él la economía española ha empezado a crecer y crear empleo, que en suma es lo que «les importa a los españoles», según ha dicho en varias ocasiones el propio Rajoy. Por si eso fuera poco, Rajoy presume, además, de «no haber dejado a nadie en el camino» en estos años de dura travesía del desierto, con recortes sociales por doquier. Si uno mira los datos de la evolución del PIB o del paro de los dos últimos años, puede llegar a creer que ese mensaje es verdad. Sin embargo, otras muchas estadísticas —muchas de ellas sacadas de organismos públicos—, esas que hurgan en el día a día de los ciudadanos, dejan en evidencia el mensaje triunfalista de Rajoy y confirman una realidad que sólo el PP y el Gobierno se niegan a ver: la España de 2015 es peor que la que había en 2011.

Rajoy deja una España maltrecha: pese al crecimiento económico de los dos últimos años, la pobreza y la desigualdad han aumentado a lo largo de la legislatura. Las estadísticas reflejan que aunque se haya creado empleo -precario y mal pagado en su mayoría- y aunque la economía crezca, mucha gente sí que se ha quedado en el camino. Valgan algunos ejemplos: cada vez hay más pobres; la renta media por persona ha bajado y por tanto, cada vez hay más gente a la que le cuesta llegar a final de mes o pagar la calefacción de su casa. Y a todo ello hay que sumar los recortes en el Estado de bienestar que protegen a los ciudadanos. En definitiva, hay indicadores de sobra que demuestran que el triunfalismo de Rajoy tiene pies de barro. Aquí hemos escogido algunos.

1. Un paro similar al de 2011, pero menos empleo

Mucha gente ya no se acuerda, pero cuando estaba en la oposición, Mariano Rajoy se pasó la legislatura anterior prometiendo milagros. Incluso llegó a decir que con él en el Gobierno el paro bajaría a la mitad. Sin embargo, a día de hoy hay menos gente trabajando en España que hace cuatro años. En cuanto al paro, la legislatura termina con unas cifras muy similares a las que había 2011, sólo ligeramente por debajo. ¿Cómo es posible entonces que si ha bajado el paro se haya destruido empleo?

La respuesta hay que buscarla en la Encuesta de Población Activa (EPA) que publica el INE cada 3 meses. Según la EPA, a finales de 2011 en España trabajaban 18,15 millones de personas y en octubre de 2015 lo hacían 18 millones, en concreto 104.300 personas menos. En diciembre de 2011, cuando el PP accedió al poder, la tasa de paro era del 22,5% y había 5.287.300 parados. En octubre de 2015, dicha tasa era del 21,2% con 4.850.800 personas sin empleo. Es decir, 436.500 parados menos 4 años después. Pero la población activa (personas en edad de trabajar que tienen un trabajo o buscan) ha descendido en 540.800 personas en la legislatura de Rajoy; de ellas 436.500 han encontrado trabajo, lo que significa que otras 104.300 han sido expulsadas del mercado laboral. Por lo tanto hay menos empleo en España que hace cuatro años. Y si hay menos empleo, hay menos riqueza.

2. Menos protección a los parados

Aquellas personas que han perdido su trabajo son los grandes sacrificados de la crisis. Entre diciembre de 2007 y diciembre de 2013 se perdieron 3,6 millones de empleos. Aunque a partir de 2014 empezó a crearse empleo, muchos trabajadores, sobre todo los mayores de 45 años, no volverán a trabajar nunca. Pese a que el paro de larga duración se ha disparado, pese a que hay gente que no volverá a trabajar, el Gobierno del PP apenas ha mostrado sensibilidad alguna hacia los parados: no ha hecho nada por ampliar la tasa de cobertura del paro, que se ha reducido 18 puntos entre 2008 y 2015. Ahora, la mitad de los parados (51%) percibe la prestación por desempleo, cuando al principio de la crisis 3 de cada 4 desempleados estaban cubiertos (72%).

Además, la cuantía media de la prestación por desempleo ha bajado desde que el PP llegó al poder. El Gobierno la recortó en julio de 2012; pese a ello en octubre de aquel año la prestación media aún era de 859,3 euros. Tres años después, en octubre de 2015 —último dato conocido—, dicha prestación había bajado hasta los 801,5 euros. Son 57,8 euros menos al mes y casi un 8% menos en términos porcentuales.

3. Trabajar por menos dinero

Aquellos que tienen la suerte de trabajar, o que han podido conservar su empleo, tampoco pueden echar las campanas al vuelo. En estos años, el Gobierno de Mariano Rajoy ha apostado sin tapujos por la devaluación salarial como vía para que la economía española gane competitividad. A Rajoy y a su Ejecutivo no les ha importado condenar a los trabajadores españoles a cobrar salarios bajos con tal de maquillar las estadísticas. El gráfico adjunto, que recopila datos de la Agencia Tributaria, demuestra que el punto de inflexión se produjo en 2012: ese año bajó abruptamente el salario medio, y no ha dejado de hacerlo desde entonces. Ahora el sueldo medio de los españoles está al nivel del año 2007.

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Podemos: radiografía del cambio

La formación liderada por Pablo Iglesias se encuentra en una encrucijada formidable: no en vano, cualquier escenario le es favorable. Acaso participe en un gobierno “progresista y de reforma” presidido por el socialista Pedro Sánchez. Pero, de formarse cualquier otra fórmula de gobierno, Podemos estaría, ahí, en la oposición, dispuesta a recoger todos los réditos del desgaste de las demás formaciones. Y, de no forjarse tales, de celebrarse nuevas elecciones, a principios de verano tal vez, deglutiría Izquierda Unida y captaría votos socialistas, convirtiéndose en el segundo partido español; materializándose el temido sorpasso a un PSOE en declive como partido hegemónico de las izquierdas. No obstante, persiste sin ser elaborado todavía un diagnóstico compartido, y en todo caso decisivo, acerca de su naturaleza. Podemos, entonces: ¿es neocomunista?, ¿es populista?, ¿ambas cosas? ¿O estamos ante otra cosa?Podemos

¿Neocomunistas o populistas?

Es innegable que muchos de los líderes y de los activistas de Podemos proceden del marxismo-leninismo. Así, el propio Pablo Iglesias militó durante años en las Juventudes Comunistas (rama juvenil del Partido Comunista de España) al igual que la que fuera su pareja Tania Sánchez, la eficaz “submarino” de Podemos en Izquierda Unida. También estuvieron vinculados con ambas formaciones de izquierda, en diversos niveles y circunstancias, Juan Carlos Monedero y numerosos “cuadros medios” de Podemos. Íñigo Errejón, por su parte, se movió inicialmente en el entorno de los trotskistas de Izquierda Anticapitalista, ahora Anticapitalistas a secas; colectivo de larga trayectoria que ha generado no pocas tensiones en el seno de Podemos y que contribuyó, particularmente en sus inicios, a su lanzamiento, extensión y configuración.

El tercer ingrediente humano de Podemos es el de los procedentes de diversos colectivos asociados -de un modo a otro- al Movimiento del 15 M; es el supuesto de la cofundadora de la formación Carolina Bescansa. Cuestión aparte y más compleja es su relación con los agregados en algunas comunidades, por ejemplo las Mareas municipalistas gallegas. Por último, otras fuerzas se les han asociado electoralmente, caso de Compromís en Valencia; otra coalición de múltiples ingredientes a su vez.

En cualquier modo, pervive un razonable interrogante en torno a su verdadera naturaleza; no en vano ésta determinaría su programa político en toda su extensión, del que en realidad, se sabe muy poco. Por ello, es lícito preguntarse, ¿existe, tal vez, una agenda oculta?

Es incuestionable, antes que nada, que la figura de Lenin genera, entre la mayoría de líderes podemitas, un enorme atractivo. Es más, Pablo Iglesias, alardea de ello sin ningún recato. Pero, ¿qué significa ser leninista en pleno siglo XXI? Pues, ante todo, la conquista y el ejercicio del poder a cualquier precio. Y para conseguirlo, servirse de un tacticismo despiadado; lo que explica las contradicciones, lagunas, pronunciamientos demagógicos y oportunistas -también las mentiras más o menos veladas- de los líderes podemitas. Recordemos la polémica y comentarios que generó su invocación, en la asamblea fundacional de Podemos en octubre de 2014, al “asalto de los cielos”; como horizonte activista ideal. Una invocación al impulso revolucionario de los comunistas, desde la experiencia frustrada de la Comuna, según palabras de Karl Marx, hasta llegar a la mismísima Revolución rusa de 1917. Pero todo aquello hoy día parece muy lejano, carente de interés e incomprensible, salvo para iniciados. Y, ciertamente, no nos encontramos en un contexto de guerra mundial con millones de movilizados, desplazados y víctimas. Ni sufrimos un régimen autocrático con millones de desposeídos al borde de la insurrección y espoleados por diversas fuerzas revolucionarias de naturaleza violenta. Tampoco existe un partido bolchevique o similar que maneje unos miles de militantes fanáticos, decididos y despiadados, dispuestos a jugárselo todo. El mundo se encuentra interrelacionado, globalizado, con una economía de alcance planetario. Ya no existen fuerzas insurreccionales, al menos en Europa, que aspiren a una transformación radical del capitalismo, hacia un renovado “socialismo real”, al precio del aniquilamiento de la burguesía y de todo opositor. Es más, lo que queda de proletariado aspira, más que a nada, a vivir como buenos burgueses. Y el modelo vital de gran parte de las izquierdas es el de la gauche-caviar. Si el marxismo-leninismo “clásico” se sustentaba en el control de los medios de producción, en la eliminación de la propiedad privada, y el ejercicio terrorista de un poder político centralizado y omnipresente, los izquierdistas de hoy quieren vivir bien y sus modelos vitales están por completo alejados de aquellos militantes austeros, rudos y disciplinados, capaces de sacrificar todo confort y proyecto personal en aras de los intereses del partido. No existen, pues, “condiciones objetivas” para el despliegue fatal de un estallido revolucionario.

 

El socialismo del siglo XXI

Las diversas izquierdas, especialmente desde la caída del Muro de Berlín allá por 1989, se encuentran, sobre todo las del espectro “comunista” (ya pro-soviéticas, estalinistas, pro-maoístas, pro-albanesas, pro-yugoslavas, trotskistas o castristas), en un período de debate y remodelación. Para ello vienen buscando nuevos instrumentos teóricos; de ahí la importancia del análisis gramsciano, de su interés por la conquista de la “hegemonía cultural” y su vocación de “intelectuales orgánicos” catalizadores de novedosos modelos de transformación social potencialmente revolucionarios. De ahí ese constructo denominado “socialismo del siglo XXI”, enunciado por primera vez por Heinz Dieterich Steffan, y al que se remitiera Hugo Chávez en el V Foro Social Mundial; de modo que la denominada “Revolución Bolivariana” era su criatura más desarrollada. No es casualidad, pues, que algunos de los dirigentes de Podemos (y los de las CUP, ETA, etc.) hayan mantenido –o mantengan- estrechas relaciones con el régimen chavista. Y, en el caso de sus vínculos con el régimen iraní actual, no se trata tanto de abiertas simpatías políticas, como de mero oportunismo: soportes técnicos accesibles, financiación de laque beneficiarse, alianzas tácticas para poder avanzar, coincidencias revolucionarias en suma. Una vinculación que escandaliza a tantos, dado el trato dispensado a la mujer en aquél país tan alejado en sus usos del modelo feminista implantado en nuestra decaída Europa; lo que se antoja como una alianza contra-natura que, sorprendentemente, desde las izquierdas se ignora por completo. Pero, ya dijimos, el leninismo es, ante todo, oportunismo y ausencia de escrúpulos; o si lo prefieren, puro y duro tacticismo.

El continuo reclamo de Podemos, entre otras, a nuevas fórmulas de democracia directa y representativa, les ha generado la acusación de “populista”; término empleado a modo de insulto, o descalificativo apriorístico, indiscriminadamente. Y, es bien cierto, no pocas de las actuaciones de Podemos pueden calificarse inequívocamente como tales: sus discursos altaneros, sus propuestas de “empoderamiento” de determinados colectivos (especialmente “las mujeres”, lo que les hace abrazar la ideología de género), sus ataques sentimentales a “la vieja casta” y a “los poderes mediático-financieros” (de los que también se han beneficiado y mucho, caso de diversas televisiones privadas), su persistencia en la denuncia de hipotecas abusivas, sus continuas invocaciones al hambre y la supuesta degradación de amplios sectores populares, su denuncia de la expatriación de muchos de los integrantes de la “generación mejor formada de la historia”, etc., etc. Acaso la naturaleza última de Podemos no sea populista, pero muchas de sus tácticas sí lo son.

En todo caso, decíamos, el proletariado ya no es un actor revolucionario. Entonces, ¿qué sectores sociales son susceptibles de una acción transformadora? Hablemos, ya, del precariado.

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Ciudadanos, ¿falangista?

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, por obra y gracia de Pilar Rahola, que le profesa una cordial animadversión, ha sido comparado en varias ocasiones con José Antonio Primo de Rivera, el fundador de Falange, y no solo por el aspecto físico, sino también por su ideología ¿Es Ciudadanos un partido de derechas comparable a Falange? ¿O no tiene nada que ver?Albert Rivera

En la ruidosa cacofonía de voces del debate político español resulta difícil hacerse una idea del posicionamiento ideológico de unos y otros partidos. En lo que sigue, se analiza tres propuestas económicas de Ciudadanos sobre algunos de nuestros problemas sociales: (1) la “dualidad”, (2) la precariedad y (3) el paro de largo plazo. Para hacerlo se contraponen a las propuestas de Podemos sobre esos mismos temas. La comparación con Podemos no es aleatoria. Se trata también de un partido nuevo, y que es el único que ha publicado sus propuestas económicas.

1. Dualidad. La enorme brecha entre los costes de despido entre trabajadores fijos y temporales hace que nuestro mercado laboral sea un sistema enormemente injusto que penaliza de manera desproporcionada a los jóvenes, además de ser ineficiente en términos económicos: la seguridad laboral no la determina la productividad o el esfuerzo del trabajador sino el tipo de contrato que tiene. Además la alta rotación hace que las empresas no invierten en la formación de sus trabajadores. Ningún partido hasta ahora se ha atrevido a abordar el problema de la dualidad seriamente, entre otras cosas, por la fuerte presión de los sindicatos que representan los intereses de los trabajadores con contrato fijo.

¿Qué propone Ciudadanos para solucionarlo? Ciudadanos propone un contrato único con costes de despido crecientes para eliminar la barrera artificial entre contrato fijo y temporal. La propuesta incluye también un seguro contra el despido que consiste en aportaciones mensuales de la empresa a una cuenta para cada trabajador (para despido o jubilación) y una bonificación en cotizaciones a la Seguridad Social para las empresas que despidan menos.

Algunos en la izquierda argumentan que el contrato único “es de derechas” y que aumentará la precariedad. Ese diagnóstico es engañoso. Lo que hace el contrato único es terminar con la diferenciación entre fijos y temporales. El nivel medio de protección de los trabajadores viene determinado por la curva de costes de despido. Por tanto, si Ciudadanos decidiera mantener “los costes medios de despido” a un nivel similar, la nueva regulación eliminaría la dualidad sin disminuir la protección media de los trabajadores.Jose Antonio

¿Qué alternativa ofrece Podemos? Pues bien, en el programa que firman los economistas Navarro y Torres no se menciona el término “dualidad”. Y aunque se reconoce parte del problema, “los puestos de trabajo a tiempo completo e indefinidos se transforman en otros temporales y a tiempo parcial”, no se ofrece ninguna propuesta específica para solucionarlo. El único cambio regulatorio que se propone es la “derogación de la reforma laboral”, aunque no queda claro si eso implica volver a la regulación anterior a la crisis (la más disfuncional de Europa), o a otro modelo.

2. Precariedad y pobreza: en gran parte como resultado de la mala regulación laboral, España tiene alrededor de 7,5 millones de personas que no alcanzan el salario mínimo anual y que viven en la pobreza y la precariedad.

¿Qué propone Ciudadanos para solucionarlo? Ciudadanos propone un complemento a la renta de las familias que cobren por debajo de una determinada cuantía anual, dependiendo de la situación familiar, del número de hijos, etcétera. En vez de pagar impuestos, los que estén por debajo de esa cuantía recibirán una transferencia del Estado. La gracia de la medida, que toma como referencia el Earned Income Tax Credit que se aplica con bastante éxito en Estados Unidos, es que ofrece incentivos a trabajar. Está dividida en tres tramos, uno creciente, uno plano y uno decreciente.

Digamos que los que ganan por debajo de 10.000 euros al año reciben un impuesto negativo (transferencia) proporcional a su sueldo (un porcentaje, digamos del 25%, que hace que aumente el monto de la transferencia a medida que uno se acerca a 10.000 euros). Entre 10.000 y 15.000 euros un importe fijo (digamos de 2.500) y entre 15.000 y 18.000 euros una transferencia decreciente. A partir de 18.000 euros se empezarían a pagar impuestos “positivos”.

La medida es muy original, aunque es pronto para saber cuáles podrían ser los efectos redistributivos finales. Habría que saber qué otros complementos reciben los que no trabajan, qué pasa con el salario mínimo, etcétera. También habría que saber lo que cuesta, aunque Ciudadanos dice que alrededor del 1% del PIB, lo que parece razonable. Pero en principio no es una medida “de derechas” puesto que tiene el potencial de beneficiar a millones de personas con sueldos muy bajos. Sigue leyendo

Es la economía, estúpido !

Hay un principio básico en economía que este gobierno parece haber olvidado: no poner todos los huevos en la misma cesta. Es prudencia elemental.  Pues bien, Rajoy está apostando fuerte a la única carta que le queda de cara a las elecciones: asegurar que hemos salido de la crisis. No parece que el presidente del Gobierno viva esa virtud tan importante y tan poco cultivada a veces por los políticos como es la prudencia, cuando hace poco afirmó en un foro empresarial que “en muchos aspectos la crisis es historia del pasado y 2015 será el año de la recuperación”. Decir esto cuando en España hay cuatro millones y medio de personas en paro; o hay 1.700.000 hogares donde ninguno de sus miembros tienen ingresos; o muchos jóvenes tienen que emigrar a otros países porque aquí no encuentran empleo, parece, al menos, un poco temerario.

Demo Crazy

Negar que hay algunos datos macroeconómicos que indican que la recuperación, aunque de manera lenta, ha comenzado, es una cosa y afirmar que la crisis es “historia del pasado” es otra muy distinta. La equivocación de Rajoy estriba en pensar que los datos positivos que sus ministros económicos o sus asesores le ponen encima de la mesa son compartidos y percibidos de esa manera por el resto de los ciudadanos y eso no es así. La recuperación económica no es percibida todavía como tal por la opinión pública y me temo que aún pasará bastante tiempo hasta que eso sea así.
El problema que tiene Rajoy es que desde que llegó a la Moncloa ha jugado su futuro político a una sola carta: a la salida de la profunda y grave crisis económica que heredó del ejecutivo anterior. Y el tiempo se le acaba, porque hay elecciones municipales y autonómicas dentro de tres meses y generales en un año. Pero el Presidente del Gobierno no debería confundir ni mezclar sus intereses electorales y partidistas con los de los ciudadanos. Cuando un país como España tiene una tasa de paro del 24%, o cuando sólo el 9% de los contratos que se hacen en la actualidad son indefinidos y el resto precarios, hay que tener mucho cuidado con las cosas que se dicen. Los sacrificios económicos que se han pedido a los españoles durante estos últimos años han sido enormes: desde una subida muy fuerte de bastantes impuestos, hasta recortes en muchas partidas presupuestarias importantes. Es indiscutible que este Gobierno con su Presidente al frente se ha empeñado en sacar a España del fondo del pozo y que para ello haya tenido que tomar medidas impopulares. Eso no justifica que cuando se empiezan a atisbar en el horizonte algunas señales de recuperación, el capitán de la nave afirme que todo es ya “historia pasada”, mientras que todavía hay muchos marineros que necesitan urgentemente un salvavidas o el barco requiere reparaciones por los daños causados. Prudencia señor Rajoy, mucha prudencia.

10 estrategias de manipulación

El reciente debate (por llamarlo de alguna forma inteligible) sobre el “estado de la nación” ha confirmado lo que todos sabemos desde hace mucho tiempo: que se trata de juegos de salón, ajeno a la realidad de la sociedad, donde unos y otros escenifican unos papeles previamente establecidos ¿Y del estado real de la nación? Ni se sabe cuál es ni hay interés en averiguarlo. ¿Los 6 millones de parados, los jóvenes que emigran al extranjero, las familias que no llegan a final de mes, la liquidación del presupuesto en investigación, las listas de espera, la crisis económica que sigue ahí? Franco, al menos, no montaba estos paripé y se conformaba con que sus leyes fueran gloriosamente aclamadas en las Cortes.

Manipulacion

Como recogía la prensa, a Rajoy se le vio convencido de que sus votantes no están entre los afectados de la reforma laboral o entre los que se han visto abocados a ir a los comedores sociales. Nada se dijo de los graves problemas y las iniciativas legislativas que, con hábil táctica del rodillo, están siendo aprobadas en nuestro país. La resignación parece haberse instalado como guía práctica de conducta. Pensar y expresarlo públicamente es actividad peligrosa, insana para la mente y merecedora de una multa ejemplar. La táctica de adormecimiento de la sociedad es conocida, como apunta Noam Chomsky en “10 Estrategias de Manipulación”.

1. La estrategia de la distracción. El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. “Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales”. Sigue leyendo

Carta de un economista a Rajoy

Las cosas claras. Es doloroso observar este autismo suicida de nuestros dirigentes cuando se trata de analizar la actual situación social y económica, y las medidas que posibilitarían ir saliendo de la crisis. Una mirada miope, cortoplacista, atenta a la próxima cita electoral pero no a la calle. La versión para niños de la vida española en el año que finalizaba produce dolor al constatar una vez más en manos de quién está nuestro futuro. Medias verdades, engaños, datos trucados, versión edulcorada de problemas graves. Con lo fácil que sería decir la verdad y atenernos a lo que hay, no a los sueños de una noche de verano de nuestros dirigentes. Ya no es posible distinguir su ignorancia de sus mentiras. Aportan datos que sus asesores han cocinado, y no hay manera de que expliquen luego nada (porque no saben).Crisis

Seguir esperando una solución milagrosa, cuando no se ponen los medios para ello, es un grave insulto a la inteligencia y a la dignidad de las personas. Parece ser que sólo él y el señor Botín ven brotes verdes, cuando los demás vemos un secarral. Los que pueden se marchan y los que deben quedarse malviven con lo que tienen (que suele ser poco) ¿Tan difícil es que nos digan la verdad? Hay una crisis que no nos están contando y que nos retrotrae a niveles de renta del franquismo.

Escuchar al presidente del Gobierno decir que todo va bien, que el año próximo será el del inicio de la recuperación económica, comprobar su tono firme cuando asegura que no habrá consulta soberanista en Cataluña, sus promesas de respeto a los jueces, reconforta a muchos. Lo que ocurre es que Rajoy, el hombre satisfecho por la marcha de los asuntos económicos, aunque luego la cosa no sea para tanto, es un político veterano … que se ha olvidado de hacer política. Con esa calma angelical con la que despachaba los temas más espinosos dijo que no pasa nada , todo son fuegos artificiales montadas por la oposición. Una decepción política más, procedente de alguien a quien casi nunca comprendo, con su silencio ante los proyectos, ante el porvenir. Este «balance» tan sesgado del año 2013 ha provocado que el economista José Carlos Díez se haya dirigido a él en estos términos:

Señor presidente: he decidido hacer pública esta carta al escuchar los datos que usted ha usado en su rueda de prensa de balance de 2013. Las parados registrados en el INEM no disminuyen por haber encontrando un empleo. Han tirado la toalla y han dejado de confiar en usted y en la recuperación. Muchos han dejado de buscar empleo y otros muchos han huido de España ante la incapacidad de encontrar empleo en nuestro país y al no tener expectativas de encontrarlo en el futuro.

La Seguridad Social no va bien. A su ministro de Hacienda se le escapó que cerrará el año con un déficit de 1,8% del PIB o sea 18.000 millones. Es debido a que acabaremos el año con casi 300.000 personas que han perdido su empleo y han dejado de cotizar. Además, las empresas destruyen empleos estables de personas mayores de 45 años y los están sustituyendo por empleos a tiempo parcial y con salarios precarios de jóvenes. El resultado es menor recaudación. Sigue leyendo