¿Vivían mejor los sindicatos con Franco?

La pregunta puede parecer del todo ridícula para cualquier lector mínimamente informado sobre la historia del movimiento obrero bajo la dictadura franquista. Sin embargo, por increíble que parezca, el discurso de la derecha que afirma que los sindicatos han heredado del franquismo una posición privilegiada en la sociedad, cuyo precio lo pagan millones de parados condenados a estar excluidos del mercado laboral en democracia, se halla fuertemente arraigado en la cultura política popular de la derecha española. Esta cultura salió a relucir con el discurso público que lanzaron autoridades políticas del PP con ocasión de las reformas laborales. La ahora defenestrada Esperanza Aguirre, por ejemplo, afirmaba que la reforma acababa con el marco franquista de relaciones laborales y acusaba a los sindicatos de defender políticas anticuadas, reaccionarias y antisociales.

Nada refleja mejor esta concepción del mundo que un artículo para Bloomberg de Ana Palacio. En él, la ex ministra de exteriores de Aznar y ex vicepresidenta del Banco Mundial, le explicaba a un público internacional cuál había sido, según ella, la verdadera condición privilegiada bajo la que vivían los trabajadores y los sindicatos bajo Franco mediante afirmaciones como ésta: «La legislación laboral franquista ofrecía a los trabajadores una seguridad laboral de hierro y unos fuertes derechos de negociación colectiva. Estos eran elementos críticos de los sistemas de bienestar que fueron adoptados por regímenes fascistas o nacionalsocialistas que intentaban preservar la armonía social en Europa en ausencia de la democracia. Cambiar estos elementos ha sido una prueba crítica de la madurez de la democracia española desde su establecimiento en 1977 y los gobiernos sucesivos han fracasado en este intento. Al contrario de lo que se podría esperar, ha sido la izquierda política la que se ha opuesto más a cambiar leyes que fueron adoptadas bajo la dictadura fascista de Franco».

Si uno tuviera que basar su conocimiento de la historia de la Europa de posguerra en esta especie de Cuéntame cómo fue surrealista de la derecha Española podría llegar a pensar que el estado de bienestar en realidad lo inventó el fascismo y que en los verdaderos estados de bienestar que se establecieron en las democracias liberales de posguerra (en Alemania Federal, Inglaterra, Francia o Italia) reinaba el despido libre, no existía la negociación colectiva y los sindicatos no jugaban ningún papel relevante, mientras que en la España de Franco sucedía lo contrario. Por lo visto en el ideario político de Palacio sólo los regímenes fascistas promueven seguridad en el empleo y sistemas de bienestar mientras que democracia debería de ser sinónimo de despido libre y libertad de contratación.

En realidad este relato revisionista de la derecha Española se apoya en una selección interesada de ciertos elementos históricos de las relaciones laborales durante un periodo concreto del franquismo para tergiversarlos de manera interesada. El marco de relaciones laborales franquista no fue homogéneo durante los casi 40 años de dictadura y con el paso del periodo autárquico al periodo de liberalización económica bajo el Plan de Estabilización, a finales de los años cincuenta, estas relaciones sufrieron transformaciones.

En 1958 el régimen de Franco promulgó la famosa Ley de Convenios Colectivos Sindicales que rompía el monopolio del gobierno a la hora de fijar las condiciones laborales, existente bajo el periodo de autarquía. Esta ley sentó una de las bases para la liberalización de la economía bajo el Plan de Estabilización. Al contrario de lo que predica Ana Palacio, en aquel contexto histórico, el marco de relaciones laborales regido por convenios colectivos fue introducido por el franquismo precisamente para facilitar la liberalización de la economía, tratando de adaptar los salarios a la productividad, tal y como hoy pretende la CEOE.

Sin embargo, los convenios colectivos fueron introducidos por el franquismo en un marco normativo en el que el que no se reconocía la existencia de las partes en las relaciones laborales y por tanto, tampoco su autonomía. De este modo, los convenios se negociaban en el seno de la Organización Sindical Española (OSE), el Sindicato Vertical, que integraba obligatoriamente tanto a patronos como a obreros en un mismo sindicato controlado por el estado. Los convenios colectivos se introdujeron para flexibilizar los salarios y las condiciones de trabajo y adecuarlos así a la situación de las empresas. En realidad, un paso en la misma dirección en la que ahora quiere avanzar el PP, descentralizando la negociación colectiva todavía más para dar más peso a los convenios de empresa. Sigue leyendo

La represión franquista

Es de sobra conocido que el franquismo reprimió todas las actividades que consideraba subversivas, ya fueran políticas, sindicales o religiosas. La intensidad de esta represión adquirió tonos diversas, desde la aniquilación de los restos de población roja, en la inmediata posguerra, hasta la lucha contra los elementos que atentaban contra la seguridad del régimen franquista. En fecha tan tardía como 1969 encontramos documentos clandestinos en los que se ofrecía un prontuario de acción en caso de ser detenido por la policía.Represión franquista

El pequeño manual de instrucciones que aquí reproducimos se  publicó en medios sindicales de Bilbao con fuertes vinculaciones con los movimientos obreros patrocinados por la Iglesia Católica. Se titula “Normas útiles y observaciones”, en caso de ser detenido e interrogado por la policía. El aire sencillo y asequible para cualquier obrero lo hace más valioso aún de lo que fueron aquellos años de la dictadura.

1) Objetos que conviene llevar en caso de detención. Si la detención arranca de casa y no han efectuado registro domiciliario, procurar no llevar ninguna anotación (agenda o papel con direcciones o teléfonos) ya que en la Comisaría es objeto de registro la persona y pueden por lo tanto ser causa estas anotaciones de otras detenciones

Si es transportado en el furgón metálico, pueden destruirse estas cosas, dejarlas dentro del furgón diseminadas o en los recovecos del mismo, comerlas, o bien en el momento y trayecto desde el furgón hasta el edificio de Comisaría dejarla caer, esto si es de noche es fácil hacerlo (Se entiende que estas anotaciones se han roto en partículas pequeñísimas). Si el transporte a Comisaría es en coche acompañado por policías, no es posible hacerlo

Necesario es ir provisto de algún dinero, pues siempre hace falta y más si se permanece en Comisaría y precisa un suplemento de alimentación, ya que siempre que la guardia sea benevolente y las órdenes no sean en contrario, esta misma guardia permitirá la entrada de comida y bocadillos, cervezas, etc. También es necesario el dinero si le trasladan a uno a la cárcel. O si es deportado rápidamente

Otras cosas útiles, pueden ser un saco para dormir o una buena manta, el que disponga de colchón de goma puede llevarlo y quizá se lo dejen usar, todo ello contribuye a que las condiciones físicas del detenido se mantengan en forma, pues si encima de la agitación nerviosa que padeces, pasas frío y no logras dormir, sobre todo en caso de larga permanencia, como es ahora con el Estado de Excepción, ello contribuye a que el espíritu se deprima

Por supuesto llevar el carnet de identidad y pastillas de vitaminas para la alimentación, como las que suelen tomar los que practican submarinismo, para estar en plenas condiciones al ser interrogado. Pueden llevar cepillo de dientes, peine, toalla. La ropa puede ser una camisa de franela con jersey y anorak, abrigo o trinchera y bufanda, ello te evitará coger resfriados de garganta

2) Actitud ante los interrogatorios. La policía actúa por confidencias, pocas veces presentan hechos de los que hayan sido testigos o fotografías. Se valen de la información que recogen en las empresas ya que hay trabajadores que informan a la dirección de lo que pasa, lo que se dice por algún trabajador en el taller, en la calle o en los bares. Las empresas juntamente con el “sindicato” son fuentes de información para la policía. El sindicato facilita el censo con domicilios de todos los cargos sindicalistas y los policías tienen a mano esa lista por si salen nombres de cargos sindicales en el interrogatorio. (Hay que informar a la gente que vaya para Enlace, que ponga el domicilio de la Empresa y se niegue a dar el personal) Es ilegal que la empresa dé esa información, pero ya sabemos que en estado de excepción todo vale. Lo mismo sucede con los estudiantes que la universidad les obliga a dar domicilio Sigue leyendo

Lo último sobre el franquismo

Franco a caballo

Para facilitar el acceso a las últimas investigaciones sobre el franquismo incluyo las comunicaciones del congreso que sobre ese tema tuvo lugar en Santiago de Compostela (XI/10). Yo también presenté una ponencia. Están ordenadas en siete temas:

I. Dinámicas políticas durante el franquismo

II: el mundo del trabajo

Los sindicatos franquistas

Hace 60 años que la Organización Sindical inauguró en Pamplona su Casa Sindical, luego Edificio de Sindicatos. Obra del arquitecto Domingo Ariz, el inmueble comenzó a construirse en 1951 y en dos años se había terminado.
¿Por qué lo traigo a colación? Una razón es que vivo enfrente y lo veo desde mi balcón. Pero más importante es recordar que ese plan de obras del sindicato vertical promovido desde 1950 por Fernández-Cuesta y Solís, que llenó el país de edificios como este, se hizo con las cuotas de los trabajadores que vieron cómo se gastaba su dinero en obras de prestigio, en vez de usarlo para crear un sistema de pensiones decente o de seguro de paro. También para que los mandos sindicales viajasen por Europa y para mantener la costosa maquinaria del único sindicato.

Volviendo al edificio que veo todas las mañanas, tiene un grado de protección 3 (como las cremas solares) ya que se le considera un «ejemplo típico de la arquitectura oficial de los años 40 dentro de un lenguaje clasicista muy elemental». Desde el balcón donde aparecen las siglas de UGT se arengaba a los productores (así se les llamaba a los obreros en el lenguaje oficial del franquismo) congregados donde ahora hay unos muy hermosos árboles. El último sindicato en llegar fue CCOO en 2003 tras dejar el coqueto chalet que hay enfrente y donde luego se construyó la sede de los empresarios, la CEN. Ironías de la vida. Cuando hay manifestaciones ya solo tienen que recorrer cien metros los «productores» para increpar a los del sindicato empresarial