Como viene ocurriendo en los últimos años, la llegada del verano nos trae un nuevo debate sobre las corridas de toros en Catalunya. Prohibidas por ley en buena parte del territorio catalán, los amantes del toreo no se resignan y piden se restablezca la costumbre, mientras sus detractores señalan la brutalidad del espectáculo y lo oportuno de su prohibición.
La pervivencia de estos espectáculos en las comarcas ribereñas del Ebro añade morbo al debate, que lleva camino de convertirse en un clásico veraniego. Pero el tema taurino en Catalunya ha sido objeto de intensa polémica, también durante el franquismo. El escritor Joan Fuster publicaba a comienzos de 1970 una serie de cinco artículos en el diario La Vanguardia sobre el arraigo de las corridas en tierras catalanas. Estas líneas corresponden al segundo de dichos artículos, publicado el 18 de enero de 1970. Sigue leyendo