Blas Piñar, el histórico y emblemático líder de la ultra derecha más radical durante décadas, falleció el pasado 28 de enero. Con él desaparece quizá el último símbolo del franquismo, el hombre al que todos los distintos grupúsculos herederos de la dictadura siempre han venerado y considerado su líder natural. El político, escritor, doctor en Derecho y notario, nacido en Toledo en 1918, estaba retirado de la actividad política, continuaba escribiendo artículos sobre actualidad. Y mantenía su puesto como presidente de Fuerza Nueva Editorial. Una de las últimas entrevistas que concedió tuvo lugar en el año 2003. Con 84 años mantenía una voz clara y contundente, aunque más sosegada que la que exhibía el 20-N para arengar a los nostálgicos del franquismo. El encuentro se producía por la presentación del Frente Español, una nueva formación que pretendía aglutinar a las fuerzas de la ultra derecha, entre ellas Fuerza Nueva, que él fundó en 1966.
Político, doctor en Derecho y notario, siempre fue fiel al lema de su partido: «Dios, Patria y Justicia». Recuerdo vagamente la decoración de su casa madrileña: un busto de Franco, un crucifijo y libros de Historia apretados en su biblioteca. A pesar de su dolor de cervicales, seguía levantando el brazo con orgullo. Era un facha como Dios manda, inteligente y educado. Descanse en paz: él y sus ideas.
- ¿Le ofende que le llamen «momia entre las momias», como escribió no hace mucho un columnista?
- Esa expresión no la he leído nunca, pero me trae sin cuidado.
- ¿Está acostumbrado a este tipo de desprecios?
- Después de 37 años de recibir insultos, uno acaba acostumbrándose.
- Me han soplado que va a rehabilitación por un dolor de vértebras…
- Sólo he estado en dos ocasiones por una molestia de cervicales…
- Habrá quien se pregunte si es para seguir levantando bien el brazo, como en los viejos tiempos. Para levantarlo con orgullo
- Últimamente tengo que levantarlo para hacer gimnasia. Pero no me avergüenzo de levantarlo para otros menesteres, por supuesto. El brazo levantado es un signo de paz, mientras que el puño cerrado es un signo de odio. Y creo que mientras el puño se cierre, es lícito que también se levante el brazo.
- ¿Por qué considera que España está en trance de disolución?
- En primer lugar, hay un separatismo engreído al cual el régimen actual ha entregado todos los medios para fomentarlo. Además, el terrorismo tiene el amparo no sólo en HB, sino en los partidos nacionalistas que siempre han pedido la independencia. Un país al que Sabino Arana tachaba de «mentecato, afeminado y débil». El PP, por ejemplo, en vez de hacer una política moralmente correcta, ha desbordado al PSOE en todos los sentidos: desde la permisividad de la homosexualidad en la Guardia Civil hasta el aborto libre.
- ¿Ha llegado a dudar de los principios fundamentales de Fuerza Nueva: Dios, Patria y Justicia?
- Nunca. Al contrario, me he reafirmado cada vez más en ellos. Yo no soy de los que afirma que posee la verdad, sino que la verdad y El Verdadero le poseen a uno.
- Tengo entendido que fundó Fuerza Nueva para mantener vivos los principios que justificaron el levantamiento de Franco.
- Nacimos como una revista desligada por completo del Movimiento, aunque seguía leal a los principios que conformaban el Estado Nacional y la cruzada que le dio origen.
- La «cruzada» a la que usted se refiere es la Guerra Civil española…
- Esa calificación la hicieron en repetidas ocasiones las más altas autoridades espirituales de la Iglesia. Yo no hice más que propagarla.
- ¿Aún reivindica esa cruzada?
- La vida es milicia, ya lo dijo Job. Y por tanto, mientras no haya guerra caliente, la lucha ideológica continuará hasta el fin de los tiempos.
- En 1975, Carrero le propuso como ministro de Justicia. Sin embargo, Franco lo rechazó diciendo que era usted un exaltado.
- Sí, Franco entendió que yo era un hombre de cruzada. Cuando uno tiene que exaltarse para que la gente despierte, se exalta, como un corredor se exalta en el sprint final de una carrera. Pero por aquel desprecio no le negué mi lealtad.
- ¿Tiene usted alma de caudillo?
- No, yo tengo alma de ser humano.
- ¿Sigue anclado en el 36?
- Pasa el tiempo, pero las ideas permanecen.
- ¿Es usted un facha?
- Si por facha se entiende un hombre católico practicante, que ama profundamente España y que está dispuesto a sacrificar todo lo que tiene en sus manos por su España… Pues sí, yo me considero facha.
- Según el diccionario, «facha» es sinónimo de fascista o simpatizante de los regímenes totalitarios…
- El fascismo es un fenómeno político italiano basado en una doctrina para mí respetable. Pero la gente generaliza y acaba llamando facha a cualquier cosa. Los asesinos de ETA, por ejemplo; a Fraga le han llamado facha muchas veces… Es decir, el término facha se usa con una ligereza enorme. Se ha tergiversado tanto que prácticamente no significa nada. Sigue leyendo