De la misma manera que puede saborearse una fruta exquisita, un manjar sabroso o una bebida deliciosa, también se puede paladear una lengua, sí, un idioma. Se ha constatado que a muchos euskaldunes les produce gran placer comunicarse con otros en euskera: disfrutan con cada palabra y con cada frase que pronuncian y con cada sonido que escuchan en euskera. Saborean su idioma como si fuese un manjar. El euskera es para ellos más que un idioma, es una sensación.
Salta a la vista la singularidad y belleza de este idioma, ya que muchas palabras son de gran originalidad, dando la sensación de que fueron creadas con el corazón. Cantidad de palabras vascas no se parecen en absoluto a ninguna palabra de cualquier otro idioma del mundo, y muchas tienen significados preciosos. Por ejemplo, la palabra «harresi» significa muralla y quiere decir la valla de piedra, o «eguzkilore», que significa girasol -la flor del sol. Significados de palabras en euskera, como «bihotz» (corazón – dos sonidos), «otsaila» (febrero – mes de los lobos), «maitemindua» (enamorado – herido por amor), ilargi (luna – luz de los muertos) nos conmueve el corazón. Palabras de agradable sonido para nuestros oídos que evocan suavidad como emaro, emakume, osasuna, muestran la belleza de un idioma antiguo que merece la pena conocerlo.
Pero, ¿por qué más de la mitad de la población vasca no habla euskera? Por la dificultad de su aprendizaje, por su complejidad. Su gramática es complicada. En un estudio realizado hace unos años por la Foreign Office británica, en el que participaron embajadores y diplomáticos británicos de 23 países diferentes, el euskera ostentaba el título de ser el idioma más difícil del mundo para aprenderlo. Tras el vasco, le seguían en dificultad el húngaro, el chino, el polaco y el japonés.
La gramática, ese conjunto de normas y reglas para hablar y escribir correctamente una lengua, es la culpable. Repasando nociones básicas de lingüística general, recordemos que un morfema es un fragmento mínimo capaz de expresar un significado, es decir, es la unidad más pequeña de la lengua que tiene significado gramatical y no puede dividirse en unidades significativas menores. Un morfema derivativo es aquel que añadido a una palabra sirve para formar palabras derivadas. Los afijos, prefijos y sufijos son morfemas derivativos. Por otra parte, un morfo es la expresión fónica de un morfema.
La lingüística nos dice que el euskera es una lengua aglutinante porque tiende a construir largas secuencias de morfemas o afijos, pudiendo de esa manera formar largas palabras. En las lenguas aglutinantes, las palabras se forman uniendo las partes más pequeñas de las palabras que tienen significado. Puede decirse que el vascoparlante se ejercita en la construcción de palabras: es un auténtico constructor de palabras. La mayoría de las palabras en euskera pueden ser segmentadas en morfos que realizan una única función. Los afijos deben ir en un lugar determinado, según el sentido que se le quiere añadir a la raíz. El afijo debe tener una posición determinada respecto a otros afijos y a la propia raíz, para así poder darle el sentido deseado a la palabra que compone. Es decir, una palabra puede tener dos sufijos, pero eso no significa que dicha palabra pueda escribirse con dos terminaciones diferentes; ambos sufijos deben estar en una posición clave, según el sentido que se le desea adjudicar a la palabra.
En cuanto al orden de los elementos dentro de la oración vasca, existe gran libertad a la hora de articularlos. Este orden suele estar condicionado por diferentes funciones y según el contexto y la longitud de la frase. La anteposición del elemento que por cualquier causa se estima como más importante es el medio normal para significar su mayor interés: se pone en primer lugar aquello que se quiere destacar, lo cual, en cualquier otro idioma, constituiría una alteración del orden natural de las palabras dentro de la oración.
Hay autores que niegan la existencia de una verdadera declinación en vasco, y ello por tres razones: a) porque el tema permanece inalterado, frente a lo que sucede en otras lenguas; b) porque la sobredeclinación hace teóricamente inacabable el proceso de la declinación conduciendo a lo que, desde la perspectiva de las lenguas flexivas, parece un monstruo sintáctico; c) porque a veces es difícil separar ciertos sufijos no declinativos de los que verdaderamente lo son. La sobredeclinación constituye una de las peculiaridades notables del vasco. En teoría se trata de que cualquier base nominal o verbal nominalizada puede recibir el afijo de locativo -ko (solo en bases inanimadas) o el de posesivo -en, sin menoscabo de que éstos sean incrementados a su vez por otros sufijos casuales (etxekoari, «al/a la de la casa», semearenari, «al/a la del hijo»). Además, también es posible que una base previamente declinada en cualquier caso, salvo en rogativo o en dativo sea incrementada posteriormente por -ko (gizonarentzako, «para el hombre»).
Es un tópico de la lingüística vasca el supuesto de la extrema complejidad de sus formas verbales. Sin embargo, lo verdaderamente complejo no es el sistema verbal en sí, sino el conjunto de sus manifestaciones morfológicas. Una lengua es su morfosintaxis (estudio de las palabras y de sus diferentes partes en el conjunto de una oración), en tanto que lo fónico y lo léxico cambian constantemente, sin que el sistema lingüístico pierda su especificidad.
Hay quien sostiene que el euskera es un idioma casi imposible de aprender. Una antigua leyenda dice que el diablo estuvo siete años entre nosotros y solo fue capaz de aprender las palabras Ez y Bai. ¿Merece la pena esforzarse en instalar en nuestro cerebro el programa del curso avanzado en euskera? Averígualo y no te arrepentirás.
Así como en el aurresku, el dantzari se eleva del suelo y por unos instantes flota en el aire, así también algunos euskaldunes, en medio de una conversación de alto contenido emocional, pudiera parecer que, en algún momento, llegan a levitar o flotar porque, sin saberlo, están recibiendo en su cerebro información de los receptores sensoriales que les causa placer o deleite (Patxi Aranguren).
Hablado en las regiones de Navarra y País Vasco, en el norte de España, y el suroeste de Francia, el euskera es un misterio. No tiene origen conocido ni relación con otro idioma, una anomalía que ha mantenido confundidos a los expertos en lingüística durante mucho tiempo.
No tiene origen conocido ni relación con otro idioma, una anomalía que ha mantenido confundidos a los expertos en lingüística durante mucho tiempo.
«Nadie puede decir de dónde viene», apunta Pello Salaburu, profesor y director del Instituto de Euskera en la Universidad del País Vasco en Bilbao. Sigue el misterio….
El origen autóctono, según el cual el euskera se habría desarrollado por milenios entre el norte de la península ibérica y el actual sur de Francia desde el paleolítico, sin que exista posibilidad de encontrar trazas de parentesco con otros grupos modernos de otras regiones.
Importantes lingüistas e historiadores defienden la creencia de que el euskera puede ser heredero directo de la lengua que hablaban, hace 15.000 años, los habitantes de las cuevas de Altamira, Ekain o Lascaux.
Desde luego, los orígenes del vasco se pierden en la noche de los tiempos. Es una lengua prelatina. Anterior a la llegada de los indoeuropeos a la península ibérica. El castellano, el gallego o el inglés tienen raíces lingüísticas indoeuropeas; lenguas tan alejadas de Europa como el sánscrito o el védico, también son indoeuropeas. Esto implica que remotamente existió una lengua indoeuropea primitiva que luego con las migraciones de estos pueblos hacia Europa se fue diversificando, como un árbol, en otras lenguas y dialectos (griego, latín, celta, lenguas eslavas etc). Pero el vasco pertenece a un mundo anterior a los legendarios «arios.» El vasco es más viejo que la historia. Sus testimonios escritos antiguos son escasos. Hay quien dice que el vasco tiene un gran parecido con las lenguas de los iberos. De hecho, Menéndez Pidal recomendaba estudiar una gramática vasca para desentrañar el ibero. Antonio Tovar era de una opinión parecida. Topónimos vascos existen por toda la geografía española, muy lejos de Euskadi y Navarra. Los nacionalistas españoles por motivos obvios defienden esta tesis del vasco-iberismo. Los vascos, los primeros «españoles.» Los nacionalistas vascos utilizan la remota antigüedad del vasco para presumir de «ser» una nación «milenaria.» Otros lingüistas dicen que el ibero y el vasco, aunque relacionadas, son lenguas distintas. Pero los parecidos son llamativos. Los iberos no eran indoeuropeos. Los vascos primitivos, tampoco. El vasco es una realidad muy antigua que hunde sus raíces en la prehistoria. Esto es innegable. El euskera actual tiene un 70% de palabras tomadas al castellano. Normal, porque el vasco, o los idiomas vascos, eran la lengua de comunidades rurales muy pequeñas y aisladas y su léxico reflejaba esa realidad, la suya, y no otra. El clima mental del vasco era muy primitivo porque lo hablaban pequeñas microsociedades rurales en la falda de los Pirineos. De todas formas, la supervivencia del vasco puede considerarse casi un milagro. Quizá por ese aislamiento. Es la decana de las lenguas europeas. Junto con el vasco, tampoco son lenguas indoeuropeas, me parece, el húngaro y el finés, pero son también más modernas.
http://www.terceracultura.net/tc/dejad-que-se-mueran/
Hace tiempo que dejé de hacer un caso literal o cuando menos excesivo a lo que escupen en Madrid y su centrifugadora los diputados de Navarra Suma. Salvo Íñigo Alli, que mostró un perfil mucho más calmado y centrado, tanto Salvador, como Adanero como Sayas –especialmente Salvador y Sayas, Adanero va con la marcha metida en el tema de la ETA y no sale de ahí– van de chorrada en chorrada y de boutade en boutade, en el caso de Salvador porque directamente era un ultra y en el de Sayas porque sin llegar aún a los niveles de Salvador sí que poco a poco lo está alcanzando. En Madrid te suele ir bien si sueltas según qué cosas de tu propia tierra, echando mierda que solo ves tú –bueno, no la ves del todo, la exageras para echarla, perjudicando la imagen de toda una comunidad– y tachando de poco menos que idiotas prestos a ser adoctrinados a quienes no son como tú. Comenta Sayas que con esto de que que se vea ETB3 –dibujos animados en euskera– en todo Navarra lo que se pretende es resetear cerebros y adoctrinar. Ha visto bastante poco la programación de ETB3, que viene de lujo para quienes educan a sus hijos en euskera, que es una lengua propia de la comunidad en la que nació Sayas. El problema que tienen muchos derechosos de estos es que les jode haber nacido en Navarra. Preferirían haber nacido en Ciudad Real. O en Valdemoro. Les molesta la diversidad, les molesta el euskera, les molesta la historia, que haya personas distintas a ellos y a sus amigotes, tienen el cerebro dividido en compartimentos estancos, no son capaces de gestionar lo diferente, ni de aceptarlo, ni de respetarlo. Tienen una idea en la cabeza de Navarra que no existe y la quieren imponer a todos los demás. Este es el reseteo que tendrían que hacer muchos y muchas, no las criaturas que ven Doraemon y a Nobita Nobi y que dentro de 6-8 años hablarán dos o tres idiomas más que el iletrado diputado.
¿Qué motivos podrían llevarnos a querer salvaguardar la diversidad cultural y lingüística cuando hablamos tanto sobre el ciudadano del mundo?
Vamos a viajar un poco con la mente. Ahora más que nunca apodemos afirmar que el Artículo 55 de la Carta de las Naciones Unidas, firmada hace 72 años, se redactó con mucha clarividencia. Al reconocer que la cooperación internacional en el orden cultural, así como el respeto universal a los derechos humanos sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión, son condiciones necesarias para el bienestar de todos y las relaciones amistosas entre las naciones, el Artículo sentó las bases para la diversidad cultural y lingüística.
Más recientemente, la meta 4.7 del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4, sobre educación inclusiva y equitativa de calidad, ha abordado la promoción del desarrollo sostenible en la educación para la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural. A medida que avancemos, será esencial poner en práctica las disposiciones del Artículo 55 y el ODS 4 para mantener la paz, mejorar la gobernanza, respetar los derechos humanos, apoyar el desarrollo sostenible y asegurar que nadie se quede atrás.
La lengua y la cultura son, de hecho, componentes clave de nuestras identidades y unen a comunidades y naciones. La Enciclopedia Británica define el idioma como un sistema de símbolos convencionales hablados, manuales o escritos por medio de los cuales los seres humanos, como miembros de un grupo social y participantes en su cultura, se expresan. Y añade que las funciones del lenguaje incluyen la comunicación, la expresión de la identidad, el juego, la expresión imaginativa y la liberación emocional.
La lengua y la cultura están íntimamente relacionadas y dependen la una de la otra, configuran las personalidades y sirven como repositorios de conocimiento. Influyen en el modo en que nos vemos a nosotros mismos y pueden determinar los grupos con los que nos identificamos.
Vivimos en un mundo en el que el 96% de los aproximadamente 6.909 idiomas registrados se habla solo por el 4% de la población mundial. Además, alrededor del 6% de los idiomas tienen más de 1 millón de hablantes y en conjunto representan más o menos el 94% ciento de la población mundial. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) calcula que más de la mitad de las lenguas del mundo corren el peligro de desaparecer.
Recientes acontecimientos han revelado una búsqueda renovada de la identidad: una búsqueda de pertenencia, ansiedad por la pérdida de identidad y persecución del significado en un entorno globalizado donde muchos se han quedado atrás.
Estas son cuestiones esenciales para nuestro tiempo y ciertamente para nuestro futuro, como se reconoce en el Artículo 55 y el ODS. Para que el desarrollo sea verdaderamente sostenible, se debe prestar la máxima atención a la lengua y la cultura a fin de afrontar estas ansiedades crecientes y buscar la pertenencia, ya que son elementos centrales de la sostenibilidad.
El enigma del origen (y otras curiosidades) del euskera, la singular lengua de los vascos
Estalla la guerra del vino entre Euskadi y La Rioja. El PNV retira a última hora su plan para diferenciar las bodegas alavesas de las de La Rioja tras arrancar del Gobierno central el compromiso de un debate «sereno»; mientras, Euskadi tramita ‘Viñedos de Álava’ y hace saltar las alarmas en la comunidad vecina.
Esto no va de nacionalismo, sino de negocio. El consejo regulador del Rioja permite trasladar los derechos de los viñedos de las zonas de mejor calidad (rioja alta y alavesa) a la zona más productiva (rioja baja). El resultado es que puedes comprar en el Mercadona un vino con etiqueta de Rioja tan malo que da vergüenza. Es lógico que los bodegueros de Álava quieran escaparse de esta trampa, pensando que tendrían un buen mercado para sus vinos en el país vasco si vendieran con una etiqueta diferenciada.
Así es. Viene de lejos, cuando en la transición la provincia de Logroño pasó a denominarse La Rioja, usurpo el nombre de una comarca que circunscribía parte de las provincias de Logroño y de Álava, para arrogárselo para si, lo q le permitió extender la posterior DOC Rioja a todo su territorio susceptible de producir vino, aunque nada tuvieran que ver con la calidad de las tierras que dieron fama al rioja, antes de la DOC, la rioja alta y la rioja alavesa y ese es el problema NO hay uniformidad en la calidad de DOC Rioja, nos venden vinos bajo el mismo paraguas que nada tienen que ver.
‘¡Hay que decir español y no castellano! El español es la lengua de todos. Se ha transformado en la lengua de España’, sentenciaba Manuel Fraga en una entrevista del año 1967. Era una época en que la consigna para no tener problemas con el régimen, en palabras del periodista Luis de Galinsoga, consistía en: ‘Pensar como Franco, sentir como Franco y hablar como Franco, que hablando en el idioma nacional, ha impuesto su victoria’.
Con ese triunfo, el catalán, el euskera y el gallego se convirtieron en lenguas acorraladas, en palabras silenciadas.
Las medidas coercitivas contra los hablantes de las lenguas ‘regionales’ fueron múltiples y diversas, pero compartían un único cometido: el olvido. Se las intentó reducir a mero folclore. El régimen no impedía anunciar en euskera sus ’25 bake urte’ (25 años de paz), pero sí impedía cantar a Serrat en catalán ante toda Europa.
La ridiculización es otra versión de la represión que puede sufrir una lengua. En Andalucía es habitual la identificación de una persona que habla andaluz con un gracioso o una persona de baja formación. Es otra de las huellas de la represión lingüística que se practicó en España cuando se impuso el castellano como la lengua de ‘la nación’.
‘Durante años, fueron prohibidas todas las manifestaciones escritas y oralmente públicas en idioma regional. Los institutos de cultura cerrados, la enseñanza del idioma proscrita, los rótulos comerciales traducidos y las ciudades y los pueblos llenos de impertinentes recomendaciones: ‘Hablad en español’, ‘hablad en el idioma del imperio’. El cuadro de las autoridades políticas y de los funcionarios, incluidos los maestros, fue sistemáticamente forastero’. Así describió Dionisio Ridruejo, que de responsable de propaganda de Falange pasó al desencanto y a simpatizar con la oposición, las consecuencias de la victoria franquista en Euskadi.
¿Cuántos votos costó a cada partido cada escaño en 2016?
https://www.lne.es/elecciones/generales/2019/04/28/vale-voto-provincia-14747027.html
Facebook no está midiendo bien sus fuerzas: si abandona Europa pierde mucho más, pero infinitamente más, la empresa que la ciudadanía del continente. Pocos echarán realmente de menos la red social que le dio nombre (aunque ahora se llame Meta). Lo de Instagram puede doler un poco más, sobre todo, a la gente más joven, pero este segmento se adaptará rápidamente a TikTok y Twitch. Incluso si no nos deja sin WhatsApp pasaremos a Telegram sin esfuerzo y hasta con mejoras. Por su parte Zuckerberg pierde su segundo mejor cliente después de los estadounidenses. Así que ya puede amenazar y tragar.
El tren de la España vaciada se convierte en chatarra. Las asociaciones de protección del patrimonio ferroviario e industrial denuncian la destrucción de las vías que caen en desuso y desaparecen para convertirse en una vía verde
https://www.eldiario.es/cultura/tren-espana-vaciada-convierte-chatarra_1_8803581.html
Alguien ya predijo la invasión rusa de Ucrania y a quien puede detener el derramamiento de sangre. El exministro de fiscalías afinadoras y kitchenes patrióticas, Jorge Fernández Díaz, le lleva dedicadas al asunto tres columnas en La Razón.
Según él, la virgen de Fátima ya anunció la revolución rusa, la segunda guerra mundial, el atentado a Juan Pablo II y la explosión de Chernobil. Lean: «Todo lo que la Virgen anunció ese año en Fátima se fue cumpliendo inexorablemente». La solución es rezar, como ha pedido el Papa Francisco: «Por cuanto remite a Fátima y a la petición allí realizada por la Virgen el 13 de julio de 1917, de consagrar Rusia a su Corazón Inmaculado por el Papa en comunión con todos los obispos del mundo».
Estamos perdiendo a Iñaki Oyarzabal como persona que puede aportar algo a la sociedad vasca. Su apuesta por lo irracional, por aplaudir pactos con Vox y por erigirse en el tótem contra todo lo que suene a vasco en la CAV, empieza a resultar preocupante. Pero no por Euskadi, donde el PP es un partido minoritario y aún en retroceso que ha decidido retirarse del posibilismo. Lo que resulta preocupante es que un político crea que es «de locos» que las y los niños ucranianos reciban clases especiales de euskera integrarse en las ikastolas o la escuela pública vasca en modelos elegidos por la mayoría de las amas y aitas.
En efecto, es un hecho: La mayoria de las «amas» y «aitas» eligen para sus hijos la lengua que ellos no hablan, o la que hablan peor. Si a las «amas» y «aitas» de los niños ucarnianos se les diera a elegir entre el euskera y el español, con sus 400 millones de hablantes en un porrón de paises….
Así lo entiendo yo. Me imagino que ese plan en euskera sería para familias que arraiguen en el País Vasco.
Leo una nueva defensa de la comisaria destituida por decir que a algunas mujeres «ya les gustaría que las violase un antidisturbios». Esta vez firma Rebeca Argudo en El Español: «¿Quién establece el límite entre lo decoroso y honrado y aquello inaceptable e indecente? ¿Dónde marcará la línea que delimite lo que podemos manifestar en voz alta y lo que no y basándose en qué razones? ¿Es posible hacer eso amparando la particular sensibilidad y tolerancia de todos y cada uno de nosotros?». La otra pregunta es si de verdad la columnista no es capaz de distinguir si las palabras de la comisario son decorosas y honradas o inaceptables e indecentes. No es más tonta esta mujer porque no se entrena.
El titular en Xataka es más que suficiente: » Un tercio de los NFT ya no vale nada. El desplome de las ventas augura el principio del fin de la burbuja». Sigo insistiendo en que la tecnología me parece útil: un mecanismo que permite acreditar que tú eres el propietario de un archivo digital. Pero el «boom» de las imágenes exclusivas que se vendían a miles de euros como si fueran a acabarse, y resulta que muchas de ellas carecían de valor creativo o eran compradas varias veces, lo que era un fraude, ya ha pasado. Quienes no se hicieron millonarios con bitcoin y esperaban hacerlo con los NFT han vuelto a fracasar: Meta les espera.
Medina y Luceño. Este es el modelo de “emprendedor”, “hombre hecho a sí mismo”, fruto de la “meritocracia” que propugnan los neoliberales: un vulgar estafador, un ladronzuelo, un tipejo sin escrúpulos que quiere comprarse el “coche más grande que haiga”. El modelo de Aguirre, Ayuso y Aznar. Un pijo que se cree más listo y con más derechos que “naide”. Eso es lo que han votado los madrileños. Bravo! Qué listos! Cuanta ‘libertad’(para los manguis)!!!
Alberto Luceño Cerón. Quédense con estos apellidos. Un ejemplo de emprendedor español. Una luminaria de la picaresca patria que está a la altura del betún comparado con las inmensas fortunas de los oligarcas rusos y ucranianos. Y no son, por desgracia, un caso único. Sangrante el caso porque dio la coincidencia que mientras los canallas mercadeaban inscribiendo empresas de consultorías e intermediaciones fantasmas en el registro, los primeros afectados por la pandemia del SARS-CoV-2 caían a docenas en los hospitales y las residencias.
Es de esperar que ejemplos como este se incorporen a los diseños curriculares en las escuelas de negocios del estado, haciendo hincapié en el emprendimiento negativo. Con urgencia absoluta.
Con los precios del combustible por las nubes, con el gasto en la cesta de la compra disparado, con la inflación escalando a los cuatro dígitos (con decimales), con el anuncio de que alojamiento y hostelería son más caros, con los efectos de esta guerra económica que amenaza con dejar nuestras finanzas en los huesos, con todo esto (o por todo esto) nos ponemos el futuro por montera y recibimos los días de Semana Santa como la oportunidad de exprimir la parte buena de la vida. La gente busca destinos, llena los vuelos y los analistas apuntan que, por término medio, estamos dispuestos a gastar en estos días un 47% más que el pasado año. Es la respuesta visceral a todo lo que nos está ocurriendo: Carpe diem. Mientras nuestro futuro lo escriban los poderes económicos y políticos (por este orden), la respuesta de quienes disponen de medios para hacerlo es vivir el momento, intentar disfrutar, no meter los problemas en el maletero y darse una tregua. Alguien replicará que no es lo más inteligente en esta tesitura y quizá tenga razón. Pero después de estos dramáticos dos años en los que se suceden las malas noticias nos merecemos darle una alegría al cuerpo. Y eso no tiene precio.
Todos estos años de dictadura china justificada internacionalmente con la mención al comunismo no han sido suficientes: la invasión rusa sobre Ucrania nos ha demostrado que algunos prefieren difundir propaganda de Putin que hacer caso a miles de periodistas de un montón de países sobre el terreno, solo porque sale del Kremlin. Del mismo modo: ¿qué nos creemos de China? Los confinamientos forzados con violencia policial, ¿responden a su estrategia de «covid cero»? ¿Tengo que fiarme de lo que comunique el partido único? Sin duda, hay dudas más razonables que otras.
A mí lo que no me cuadra es lo de Inteligencia. Lo de Centro Nacional es claro, en la medida en la que pusieron la cosa esa que tiene rango nacional justo en el centro de las Españas, como por otra parte el 99% de las cosas que hay con rango nacional, que el 99% están en el centro de las Españas para que solo el centro de las Españas se beneficie de lo que generan. Lo dicho: centro y nacional, ok. Pero, ¿inteligencia? Inteligentes serían si adivinasen lo que hablan unos y otros sin pinchar teléfonos o poner micrófonos y todo de manera ilegal, ¿no?
Antes por lo menos esto se llamaba CESID y la I mayúscula significaba Información, no había esta chulería de asignarse para sí una virtud tan poco medible como es la inteligencia, que no se sabe muy bien qué es. Lo que es obvio es lo que no es. Lo que no es, lógicamente, es saltarse todas las legislaciones, no ya solo en el caso de los políticos catalanes y vascos sino en muchos otros, para obtener la información. Eso con buena tecnología, cero escrúpulos y todo el poder de los aparatos del estado y de la judicatura haciendo la estatua detrás pues tiene un mérito muy relativo, por no decir que el ámbito de la inteligencia el mérito que eso llega a tener es el de ser capaces de cagarla lo menos posible para que esto al menos no se sepa a posteriori.
Pues se ha sabido. Se ha sabido y el Ministerio de Defensa, del que depende orgánicamente el CNI, no solo no hace al menos mutis por el foro sino que contrataca diciendo de boca de la ministra Robles que «¿qué va hacer un gobierno cuando le declaran la independencia?». ¿Actuar legalmente, para empezar? Pero en este país esto –y tantas cosas más– son mucho pedir. Aquí primero hay un objetivo, se diseña cómo llegar a él y luego se crean las leyes que legalizan ese camino. Y si no se ha sido lo suficientemente inteligente para hacer eso, te saltas tus propias leyes.
Lamento el marronazo para el club, pero entiendo que ya no sirve ponerse de perfil como hasta ahora. Urge que el Celta reaccione con o sin recurso de por medio a la sentencia de Santi Mina. Ya no hay excusas. Expulsión del club, no hay otra.
La legislatura HA CONCLUIDO. Vamos a elecciones anticipadas después o incluso durante el verano. SE ACABÓ.
LA MITAD DEL PSOE DESEA QUE ESTE GOBIERNO CAIGA DESDE EL INICIO DE LA LEGISLATURA.
Los Felipe González, Ibarra, Susana Diaz, Bono, etc etc LOS VIEJOS POPES Y LA VIEJA GUARDIA DEL PSOE JAMÁS HAN ADMITIDO LA COALICIÓN CON UNIDAS PODEMOS.
La mitad del PSOE PREFIERE PERDER EL GOBIERNO ANTES QUE SEGUIR GOBERNANDO JUNTO A PODEMOS Y DEPENDIENDO DE INDEPENDENTISTAS VASCOS Y BATASUNOS.
Eso es así. EL PSOE PREFIERE PERDER EL GOBIERNO Y SER OPOSICIÓN A GOBERNAR CON PODEMOS. Una fuerza política QUE NO LE DEBE UN CENTIMO A LOS BANCOS y que no está domada por el Régimen del 78.
El PSOE es un partido DE REGIMEN. No es un partido de izquierdas. EL PSOE ES UN PARTIDO DEL REGIMEN DEL 78. La función esencial del PSOE es MANTENER EN PIE EL RÉGIMEN BORBÓNICO IMPUESTO POR FRANCO. Y eso incluye no desafiar ni cuestionar a las élites empresariales y financieras que lo componen, cosa que PODEMOS hace constantemente PORQUE NO LES DEBE NADA.
EL PSOE NO. EL PSOE DEBE MUCHO A LOS BORBONES Y A LAS ELITES EMPRESARIALES Y FINANCIERAS QUE VIENEN DEL FRANQUISMO.
Todos los grandes líderes del pasado del PSOE SON AHORA MILLONARIOS O CONSEJEROS DE BANCOS Y EMPRESAS DEL IBEX.
El PSOE no puede desafiar ni aspirar a cambiar el Régimen del 78. Por eso LA MITAD DEL PSOE JAMÁS HA ASUMIDO QUE PUEDA GOBERNAR DEPENDIENDO DE PODEMOS.
El PSOE JAMÁS va a abrir una investigación que saque a la luz la inmensa PODREDUMBRE de las cloacas del Estado HEREDADAS DE FRANCO. Eso el PSOE NO LO PUEDE HACER.
Prefieren perder el gobierno antes de sacar a la luz pública LA INMENSA PODREDUMBRE DE ESTE REGIMEN BORBÓNICO FUNDADO EN LA IMPUNIDAD DEL FASCISMO.
Por eso, ante la retirada del apoyo IMPRESCINDIBLE de ERC para sacar adelante la legislatura, VAMOS A IR A ELECCIONES ANTICIPADAS DESPUÉS DEL VERANO.
La legislatura HA TERMINADO.
EL PSOE PREFIERE PERDER EL GOBIERNO ANTES QUE DEPURAR LAS CLOACAS DEL ESTADA HEREDADAS DE FRANCO.
Si el gobierno no debe saber lo que hace el CNI es porque le conviene admitir que hay un poder autónomo dentro del Estado que en la práctica nadie ni nada puede controlar porque lo judicial es un eufemismo de aúpa, y que actúa de manera autónoma decidiendo cuáles son los intereses del Estado. ¡Caramba! Mucho decidir es eso, ¿no? ¿Y el Gobierno qué recibe, el estropicio emplatado? ¡Gastronomía sorpresa! Solo sé que, visto desde lejos, esa es una forma de amparar crímenes de Estado que caen de inmediato bajo el sello del secreto.
El no enterarse es una de las características de nuestra época. No se entera o dar por enterado el de arriba y no nos enteramos de las mitades los de abajo o solo nos enteramos de lo que ellos piensan que nos conviene, y más a ellos, que nos enteremos. Parece un trabalenguas, pero no lo es. La prensa seria echa una buena mano en estos negocios, incluso cuando le dan una presa para arrojarla a los leones, como ahora mismo. Lo digo porque ya es curioso que asuntos que estaban en el candelero hace cuatro y más años, estallan ahora como una bomba japonesa de cotillón que, en vez de confetis, echa al aire de manera generosa jiña de primera que a todos nos salpica. España, cuídate de tu propia España!, escribía el poeta César Vallejo en 1937 e invitaba cuidarse tanto de los muy patriotas como de los que se encogían de hombros. Cuídate de tus gobernantes, sí, sí, de acuerdo, ¿pero cómo?
Lo nuestro es votar, aplaudir, hacer masa, berrear cuando toque e ir a lo nuestro en la medida que podamos o nos dejen. Todo suena a película Metrópolis, a ya sabido, a ya anunciado en novelas de ciencia ficción que entre máquinas, ovejas o aparatos curiosos han dado en la actual Teoría General del Estado a desarrollar a la carrera. Pistonudo. Y esto solo es el principio del famoso mundo que viene, que ya estaba aquí, incubándose, en el engorde preventivo.
Nada va a ser como antes, era una frase del comienzo de la pandemia, de cuando los aplausos a los sanitarios, aquellos que dieron en los caceroleos y en el bandereo patriótico y rojigualdo, y han terminado en las agresiones. El himno a la alegría, aquel que decía que todos íbamos a ser hermanos y demás, dio en rebuzno, en enconos y en saqueo sin contemplaciones por cuenta de la calamidad que mató a unos y enriqueció a otros. ¡Demagogo! Sí, ¿qué pasa? Íbamos a salir mejores de la inesperada pandemia, ya, y un cuerno. A la vista está. De la guerra actual, lo mismo. Los frentes de batalla estarán lejos, pero a día de hoy estamos todos implicados con una avalancha de refugiados que es preciso ayudar, con un baile de millones que crece de manera imparable, con envíos cada día más masivos de armas por cuenta de las arcas públicas tan remisas hace nada a costear servicios públicos de primera necesidad.
El escritor alemán (siempre controvertido) Ernst Jünger sostenía en su ensayo El Emboscado que en estas condiciones de manipulación grosera del individuo, la única salida posible era la emboscadura, el refugiarse en un bosque casi a la manera de los fuera de la ley de la época de Robin Hood. Solo que, como he sostenido en un ensayo fragmentario reciente, Emboscaduras y resistencias, la teoría está muy bien, es lírica y corajuda, pero falla la práctica, esto es el cómo emboscarse, el cómo protegerse de esta avalancha de jiña, del deterioro del sistema democrático, de los falsarios que mienten sin recato en sede parlamentaria o a las puertas de Moncloas propias y ajenas. No lo sé. Lo que para mí vale, para otro resulta impracticable o inútil y bastante tiene con sobrevivir en condiciones que ignoramos: el dogal de miseria que rodea y mina las ciudades.
Los tiempos han cambiado de manera súbita, que es barbaridad, y vamos a tener ardor guerrero para rato, en el escenario de allá lejos y en las trastiendas, de las que no creo que vayamos a enterarnos más que con el tiempo. Mientras tanto nos toca emocionarnos con el drama humano, espantarnos de los horrores de la guerra, indignarnos, condenar, repartir diplomas de héroes y de villanos, hacer augurios sobre desastres futuros, repicar noticias falsas como si fueran verdaderas y viceversa, pedir cabezas… y todo a ciegas, o a tuertas, pero esto con mucha suerte.
«La Policía y las Fuerzas Armadas cierran filas en su defensa del CNI», clama a todo trapo La Razón en su primera. Es el banderín de enganche de una operación entre detergente y politiquera que pretende dar lustre a los husmeadores de móviles ajenos y salvar la cabeza de su directora. En las páginas interiores, la pieza se complementa con un ramillete de subtítulos a cada cual más lisérgico: «Rebelión por la crisis del espionaje. Moncloa necesita probar «fallos» serios en las escuchas al presidente para justificar el cese a Paz Esteban. «O lo venden bien o será una cesión del Estado»». No busque un nombre que justifique esas afirmaciones. Simplemente, «fuentes». Y a correr.
Es triste, pero si pensamos en el futuro, está claro que la tendencia es que la mayoría de los 7.000 idiomas que hoy en día se hablan en el mundo vayan diluyéndose y queden sólo un puñado de grandes lenguas mestizas como el spanglish.
Es duro, pero el futuro del euskera no es muy halagüeño y ya el presente deja mucho que desear.
A la fuerza con la que se extienden por todas partes las lenguas hegemónicas hay que sumar la oposición frontal de las gentes de la derecha y las eternas dudas existenciales de muchos sectores de la izquierda. ¿Cómo explicarle a toda esta gente que, por ejemplo, por darle el rango de lengua oficial en Navarra, no se va a producir ningún tsunami? Como mucho se enseñaría algo de euskera en las escuelas donde ahora ni lo huelen. Y en cuanto a la exigencia de euskera para trabajar en la Administración, tampoco sería pasar del 2% en el que estamos ahora al 100%, como piensan algunos. Una cosa es tener dos lenguas oficiales y otra actuar con sentido común, y no están reñidas. Tranquilos, que no se va a hacer como con el hebreo en Israel, que pasó casi de la nada a ser la lengua nacional. Para eso hace falta mucho dinero y los bilingües no somos, precisamente, los más ricos de por aquí.
Y ¿por qué empeñarnos en mantener viva esta lengua contra viento y marea? Pues porque es una de las batallas que nos toca vivir, como el feminismo, o la lucha contra la homofobia, la desigualdad social o la destrucción del medioambiente. Podríamos pasar de todo y dedicarnos a cuidarnos y a darle a nuestro cuerpecito todo lo que le apetece, sin más, pero esa inacción es lo que hace que el mundo se esté convirtiendo en un mero terreno de juego para unos cuantos poderosos multimillonarios.
Hace poco murió una periodista de 53 años que hace unos cuantos fundó una revista llamada Jot Down Magazine. Las veces que leo Jot Down siempre me queda una gran sensación: buenas entrevistas, extensas, extensísimas incluso, y buenas columnas. Pero no me interesa ahora tanto la revista como su creadora. Y más que su creadora el hecho de que su creadora sea una gran desconocida y que ni una sola imagen suya haya traspasado la línea que separa lo privado de lo público. A estas alturas de la vida, es casi un milagro que nadie y menos con un cierto nombre en algún ámbito no tenga aunque sea una foto enana flotando en el inmenso magma de internet.
Las primeras 70 páginas de la tesis de Daniel Lacalle están copiadas de otros autores. El primer capítulo de la tesis es un refrito de artículos de siete economistas extranjeros a los que Lacalle traduce con errores y cita de forma irregular.
Otro como Casado. Sospecho que el tribunal del cum laude ni leyó el asunto. O bien lo leyó y no le sonó de nada lo escrito. No sé qué será peor.
A mí no me extraña en absoluto. Daniel Lacalle es el pijo listillo neoliberal que quitaría todo lo público. Además tuvo a su admirado padre espiritual, Antonio Escohotado -el de las drogas- con quien compartía comidas y tertulias, y de él aprendió a copiar y hacer el corta-pega descarado sin aportar nada nuevo. Así son los libros de Daniel Lacalle y del fallecido Escohotado.
Nada sorprendente. A este caballero se le veía a la milla, solo por su militancia indisimulada para con la escuela de Chicago.
Lo vergonzoso es dar un repaso a los años pasados en la Sexta, y mas concretamente cuando se involucraba a Juan Torres en una especié de “duelo” en igualdad de opinión con el susodicho. Remarcó lo de “en igualdad de opinión” que es la clave para desenmascarar la forja constante de una equidistancia que nos lleva a poner en primera línea política a tontos del culo (véase IDA) en instituciones a repugnantes oportunistas (véase Canto), corruptos como estandarte del centro democrático (véase el Gallego) y en el resto de púlpitos a un sinfín de personajes más.
A los medios, opinadores y muñidores mediáticos: gracias por vuestra miseria.
A mí no me extraña nada. La Universidad Católica de Valencia, privada, está situada en el último lugar de las universidades españolas, es decir, la más mala. Allí todos los profesores están enchufados -incluso hay alguno que fue expulsado de la universidad pública. El alumnado son hijos pijos ricos que no superaron la nota de corte en la universidad pública.
Qué timo las universidades privadas que tanto promocionó y creó Aznar.
Otro Cum Fraude. Daniel LaStoneFace. Herramientas para elaborar tesis fraudulentas: Libros originales que fusilar sacados de la biblioteca de «la Uni», google translate, corrector ortográfico del Word de Windows 95, escáner para copiar los gráficos, paquete de folios, sobre lleno con billetes de 500. Resultado: un desastre académico con premio curricular del que chulear y acceder a chiringuitos populares con paguita, saraos de economistas neocon y tertulias pseudo-políticas para hacer promos.
Los partidos de la oligarquía nos han traicionado a la hora de construir un modelo basado en derechos y nos estamos adentrando en otro basado en privilegios, que es la tabla de salvación que necesita una oligarquía inmensamente rica y reacia a redistribuir la riqueza, de ahí que el asalto a lo público y los derechos es algo más que reducir costes de producción y de oportunidad, significa librarse de los ajustes de cuentas de la ilustración.
Lo que la izquierda real puede ofrecer a los españoles es nada más y nada menos que un modelo basado en derechos universales frente a la deriva neoliberal de un modelo basado en privilegios.
Las alertas por fenómenos climáticos son como los aparatos que usan en la Fórmula 1, que señalan el minuto y el segundo exacto en el que van a caer cuatro gotas en la curva número 5. Así que cuando anuncian una ola de calor ya puedes aparcar el coche a la sombra porque expuesto al sol corres el riesgo de sufrir quemaduras de primer grado en las manos al tocar el volante o que en el interior te encuentres con la atmósfera de una sauna a pleno rendimiento. Lo del coche es un asunto de justicia poética: una herramienta contaminante, con la que contribuimos en primera persona a dañar al planeta con sus emisiones de CO2, nos tortura también a su manera. Conectas el aire acondicionado y te ahuyenta el sofoco y los miedos. Pero el problema sigue ahí fuera.
Ya digo que nadie dio pie a la conversación en el ascensor, teníamos bastante con respirar, así que tampoco escuchamos el tópico de «p’a calor, la de antes». Y evitamos el debate. Porque para calor el de ahora y el que viene en adelante como consecuencia del cambio climático. Cada nueva ola lleva el apellido de histórica: desde que se registran datos venimos pasando por episodios de temperaturas máximas que superan las conocidas en esa época del año, periodos más largos, más extremos y más fuertes de temperaturas extremas. Dicen los expertos que es lo que viene, de forma irreversible.
En esencia es muy sencillo: si quienes más tienen renuncian, por ejemplo, a hacer derrapes en la Luna con todoterrenos, el planeta sería un sitio mejor, con menos contaminación y más recursos para repartir a quienes menos tienen, reduciendo esa diferencia. No estoy exagerando: «General Motors y Lockheed Martin no solo están diseñando vehículos lunares para la NASA, sino que quieren fabricar y vender nuevos modelos para usuarios privados» (El Confidencial). Los primeros en la lista de clientes privados, por supuesto, serán Jeff Bezos y Elon Musk, pero no los únicos. Y estamos hablando de 2025.
Cuando en las redes sociales lees que a mengano o a mengana les han pillado en un vídeo de contenido sexual y que el vídeo está circulando por todas partes rara vez piensas en que mengano o mengana son unos seres humanos como tú, sino que son esos que salen en la televisión, que son actores o cantantes o actrices: famosos. No son personas del todo. Por tanto, como no lo son, tampoco te pones a pensar mucho en las consecuencias que puede tener que tú veas ese vídeo o que lo reenvíes o que colabores en su difusión. Aunque si somos sinceros, tampoco cuando el afectado o la afectada no son famosos te planteas mucho el asunto: se trata de un riesgo de la vida y de algo que lleva circulando desde que se inventó Internet. Es carnaza para las fieras que somos al otro lado de la pantalla, mientras que quien ha visto su intimidad ultrajada afronta posiblemente los peores días de su vida, a veces con consecuencias trágicas. Ahora le ha tocado el turno a Santi Millán, pero la lista es inmensa y seguirá creciendo. El actor ha manifestado algo que es profundamente cierto y lo único que realmente hay que decir ante algo así: esto es un delito. Es la única realidad, todas las valoraciones morales añadidas son irrelevantes y solo incumben a los implicados.
Con los precios de alimentos básicos y de la electricidad escalando, en economías domésticas acostumbradas ya a un control férreo del gasto, cualquier sobresalto en esta primera mitad de 2022 ha descuajaringado por completo el presupuesto. Una factura de la luz que llega sin el bono social precisamente el mes que se cuadruplica el importe, una operación de cataratas que obliga a comprar unas gafas nuevas, pruebas médicas que obligan a desplazarse en coche semanalmente al hospital más cercano. La cesta no les ha salido más cara, se ha quedado más vacía. Porque su opción no es pagar más sino consumir menos.
Nunca se puede saber qué te va a deparar el mañana. Ahora mismo, hoy, estamos mucho más cerca que hace seis meses y que hace un año de ser nosotros, ricos europeos, los que bajemos hacia la frontera con Melilla y la saltemos para adentrarnos en África y así alejarnos de una posible guerra letal entre Rusia y Europa. ¿Hay opciones reales de una guerra nuclear o no nuclear pero convencional y devastadora que genere una importante migración hacia continentes del planeta aparentemente más seguros? No tengo ni idea, pero de lo que sí tengo idea es de que si el lugar en el que vivo ahora se convierte en un lugar en el que me espera o una muerte casi segura o una vida mucho peor o directamente la imposibilidad de vivirla con dignidad habría que escaparse y buscar, donde fuera, como fuera, lo que fuera.
Malos tiempos o cuando menos equivocados tiempos como para por tanto sentirse muy muy alejados de esos africanos que la semana pasada fallecían en masa en la frontera entre Marruecos y España. Por suerte para nosotros, vivimos por ahora en el lado de los buenos, puros y sanos de la historia, pero no hay una ley que nos asegure que esto vaya a ser siempre así. Sí parece haberla para ellos, que siguen siendo los malos por huir de la miseria, el horror, las guerras y la falta total de futuro: mientras las fronteras de medio mundo se han abierto –justamente– para quienes huyen de la invasión de Ucrania, a menos de 50 metros de distancia de la pluscuamperfecta Europa caen como moscas ciudadanos del planeta que apenas merecen un oh, qué pena o vaya masacre. Tenemos el estomago hecho a su color, vemos su color, su cartera, el dibujo mental que forman en nuestros cerebros y, como ya lo tenemos instalado en nuestro adn, el revolcón, si lo hay, nos dura lo que nos dura. No es una patada general de duración prolongada que nos mueva a obligar un cambio: es una más de muchas.
Iñaki Azkoaga, sociólogo y escritor, ha publicado un ensayo titulado ‘Baskonia. Una solución al problema del nombre del país de los baskos’, donde defiende el uso de esta denominación.
https://www.noticiasdenavarra.com/politica/2022/07/04/nombre-pais-vasco-5772204.html
-¿A que no hay huevos para poner ese título?
-Sujetarme el cubata.
Fue en Ermua, el pasado domingo, durante el recuerdo por Miguel Ángel Blanco. Pedro Sánchez dijo que, 25 años después, “Euskadi y España son dos países libres y en paz”, y las plumas cavernarias salieron a degüello. Según tituló a todo trapo El Español en su portada digital, el presidente obró con mala intención: “Sánchez calienta el debate al igualar ante el Rey a Euskadi y España como países en paz”.
Cristian Campos, mano derecha de Pedro J. Ramírez en el mismo medio, hundía más el dedo en la llaga: “Una paz ejemplar, efectivamente, la del País Vasco. La misma que reinará en el Donbás cuando Rusia logre asesinar o expulsar a todos los ucranianos de la región que no acepten la usurpación de su tierra por las tropas del Kremlin”.
Nuestra sociedad está llena de debates de carácter aparentemente inédito, pero la mayoría de esas controversias tienen su origen en la larga historia de las ideas, incluidos el análisis de la condición humana (antiespecismo), de los límites de la naturaleza (ecología), de la determinación sexual (género) o de la herencia del pasado (anticolonialismo).
Busquen a la ETA de los incendios y no pregunten por el cambio climático. Para que no se hable de su responsabilidad, Mañueco se inventa una trama misteriosa que quiere “quemar Castilla y León”, un truco que ya empleó Feijóo en Galicia hace años. La ventaja: no necesitas presentar pruebas.
El verdadero problema es que tenemos instalada en nuestra sociedad la cultura de echarle la culpa a otro, no importa a quien, la cosa es que yo no fui.
Y es que todos los días lo vemos en los políticos, periodistas, funcionarios etc. y al final se convierte en algo que nuestro cerebro asimila como algo natural, pues no, me niego hay que empezar a pedir responsabilidades y también a asumirlas sobre todo con lo que votamos.
Incompetencia y dejadez. Estos están a hacerse ricos en el cargo.
¿Tan tontos seremos los ciudadanos que aguantamos, ¡elegimos!, a dirigentes capaces de decir tantas sandeces, tantas mentiras? ¿No hay ningún organismo que vele por defendernos de las mentiras de esos dirigentes que además cobran su sueldo de nuestros impuestos?
¿O será verdad que «Cada pueblo tiene el gobierno que se merece», o que «Si hay un idiota en el poder es porque quienes lo eligieron están bien representados?
Mientras estén esta gente de PP no creo, han demostrado su incapacidad de sobra de solucionar nuestros problemas, es más, los agravan. La mayoría de estos problemas es no querer hacer las cosas, no entiendo qué problema tienen en contratar brigadas todo el año (no subcontratar) que mantengan los montes en buen estado y que tengan medios en verano para apagar los incendios. ¿No tienen dinero?: que suban los impuestos a grandes empresas y bancos, que graven las transacciones económicas de la bolsa, que hagan algo, están ahí para administrar el país y no hacen nada, ni siquiera ya cumplen sus propias leyes (Doñana sin agua por regadíos ilegales que no persiguen), es todo un desastre y es por su culpa en gran medida. ¿Por qué les seguimos votando?.
Esto ya harto, consume, agota; la irresponsabilidad de esta gente es manifiesta, flagrante, es pura incompetencia, ineptos, son unos inútiles, Mañueco, Quiñones, ese mierda de García-Gallardo, todos… Vaya mierda de gobernantes autonómicos que nos (han) hemos dado. ¿No habrá ninguna reflexión por la ciudadanía para enderezar todo esto?. La responsabilidad es propia, de todos, es como darle las llaves del coche a tu amigo borracho para que te lleve a casa, no acabará bien. No es un problema de colores (que si, que también un poco), la evidencias científicas no son una elección, son hechos, datos. No querer verlos es ponerse una venda en los ojos y querer seguir corriendo. Sus disculpas, trucos de mal gobernante, pero llevamos muchos años así, no solo en CyL, es general, global.
El sistema que nos hemos dado se ha agotado y es preciso cambiarlo, esto lo ve cualquiera que reflexione sobre el futuro de nuestros hijos o los hijos de nuestros amigos, no se trata solo de que no verán los Sabinares del Arlanza, trescientos o cuatrocientos años para ver un enebro bien formado, o los bosques de Sierra Culebra, o tantos bosques que no disfrutaremos, se trata de la pura supervivencia, esto no es sostenible. La espiral de crecimiento económico en la que estamos montados no es sostenible y, como generación, la estamos viendo reventar- ¿Es que no vamos a hacer nada?
Estos días hemos escuchado algunos comentarios, entre otros, los realizados el pasado lunes por el consejero de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León de que los ecologistas son los responsables de los incendios, ya que se oponen a la limpieza de los montes. Sin duda, con sus declaraciones, el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio ha intentado desviar la atención de su pésima gestión forestal y abandono de cualquier tipo de política de prevención de incendios desde hace tres décadas, que ha llevado en lo que va de verano a que hayan ardido miles de hectáreas y se hayan producido en esa comunidad los tres mayores incendios –dos en Zamora y uno en Ávila– de las últimas décadas.
No es broma lo que nos viene. Si los melocotones ya están a cinco euros el kilo y a más de euro el litro de leche buena igual terminamos pagando el litro de agua a doblón entre mayores gastos en su tratamiento y carestía del recurso, sujetos a tarifas variables como las de la Bolsa en función de la oferta y la demanda, o penalizando al que más gasta. Nos acodaremos de que un grifo abierto gasta de 5 a 10 litros por minuto, que utilizando la ducha en lugar del baño podemos ahorrar al mes 4.500 litros, que poner la lavadora y el lavavajillas a plena carga reduce hasta 50 litros por programa y que un grifo que gotea gasta 1.500 litros al mes. También que es una buena idea regar las plantas con el agua que sobre de las comidas en jarras y botellas y aprovechar el agua del lavado de las verduras. Y repasaremos los aspersores del jardín y las cisternas de WC con tecnologías ahorradoras.
En Sanxenxo, Pontevedra, se han cerrado los lavapies en la playa, en Ripoll (Girona) ya no riegan los jardines públicos, y la Generalitat ha limitado en 150 municipios el consumo a 200 litros por persona al día (se estima que una persona gasta de media 130 litros). Recuerden estas cifras porque habrá que ducharse rapidito.
EL inefable Alfonso Ussía ha quedado fuera en la última renovación de Euskaltzaindia, pero a poco se esfuerce, conseguirá entrar en la próxima. Sus conocimientos parduscos no pueden pasar desapercibidos. Prepárense para el sonrojo, y lean esta tesina: “Los vascos son mucho más inteligentes que los catalanes. Saben que su difícil idioma nace en Vizcaya y muere en San Juan de Luz, donde se compra y se come, y se bebe en francés y en español. Se ha extendido el uso del «batúa», el nuevo idioma vascuence repleto de raíces españolas, y que ha sustituido a los siete dialectos eusquéricos. Se habla el «batúa» en los caseríos y muchos hogares, pero de puertas afuera, se entienden en español, que es, entre otras cosas, más turístico y comercial”.
La historia del animal introducido durante el franquismo que está causando “graves problemas” en el Teide. El muflón, una oveja exótica liberada hace 50 años con fines cinegéticos en el parque nacional del pico más alto de España, no ha parado de alimentarse de la vegetación endémica de Tenerife, alterando el ecosistema y provocando que científicos pidan su erradicación.
A ver si nos aclaramos. Los bosques están llenos de maleza y cuando hay un incendio no hay quien lo pare. Se introducen cabras para que dejen el suelo limpio y lo consiguen comiéndose la maleza. Y cuando tenemos el bosque limpio matamos las cabras porque se comen unas florecitas. Pues prefiero ver las alegres y trotonas cabras de risco en risco alegrando la montaña.
Que devuelvan al Teide su espacio natural biológico de haces de 1971, y los cazadores que de dediquen a tirar al carajo.
Sobre los conejos lo mismo, limitar su crecimiento y fuera cazadores de escopeta de Canarias, perros y hurones de momento.
Los cazadores no suelen servir para controlar poblaciones. Matan a los machos mejor dotados, degeneran la genética de la población, y los machos sobrevivientes fecundan a todas las hembras. Los cazadores no sirven para nada.
Las fiestas siempre han sido ese espacio en el que ha imperado el divertimiento y el buen rollo y como consecuencia de lo anterior se dan situaciones propicias para afianzar amistades y, faltaría más, para el ligoteo. Nada de esto ha cambiado salvo que en los últimos años, antes de que se prenda el cohete anunciador de las fiestas patronales, es inevitable difundir una campaña de seguridad preventiva basada principalmente en el número de policías que van a patrullar por las calles. De esta forma, cualquier municipio un pelín poblado se ve en la obligación de promocionar el despliegue policial preparado tanto o más que el programa festivo. Y no da precisamente seguridad la insistencia en estos dispositivos, que por desgracia son imprescindibles para poner coto a los sinvergüenzas que pululan en este tipo de mogollones, pero que al mismo tiempo ponen de manifiesto que en la necesidad de organizarlos reside nuestra propia inseguridad. Prueba de ello es que ahí seguimos, con más policías pero también con más denuncias incluidas ahora las de los incomprensibles pinchazos. ¿Tan enfermos estamos?
Los análisis publicados con ocasión del 40 aniversario del Estatuto de Navarra, apodado “Amejoramiento” han vuelto a poner sobre la mesa, además del lodazal indecente de odios e inquinas de sus protagonistas, el sabotaje, que ya se conocía contra el euskara. Se trató de un sabotaje antidemocrático, vergonzoso y perjudicial para las navarras y navarros, que debe ser reparado.
Digo lo de “apodado”, porque desde el punto de vista técnico-jurídico la Ley Orgánica de la Autonomía de Navarra es del mismo rango que las demás leyes orgánicas de las demás autonomías. No puede ser más que un estatuto, según la propia previsión de la tantas veces ensalzada –y por lo visto nunca leída– Disposición Adicional Primera de la Constitución. Y, sobre todo, tal como lo ha entendido decenas y decenas de veces el órgano político, que es el Tribunal Constitucional, al meter su mano-tijera en las competencias de Navarra. Todo eso de procedimiento foral especial y la fraseología consiguiente fueron y son puras zarandajas, que sirvieron para esquivar el referéndum, que es el pecado original del sistema. Referéndum que fue evitado, no por razones jurídicas, ni históricas, ni políticas, sino porque tenían miedo a perderlo, igual que perdieron el de la OTAN.
Para los que conocen poco el tema, les hago un resumen: 1) Los negociadores navarros desobedecieron el mandato expreso del Parlamento Foral de Navarra de establecer la cooficialidad del euskara en toda Navarra. 2) Fueron precisamente los negociadores navarros, –tanto el trilero oficioso, como los incompetentes negociadores “oficiales”–, los que inventaron y propusieron el desaguisado de la “zonificación”. No fue Madrid ni el supuesto “centralismo” el que impuso tal desastre. 3) Aquel sabotaje político constituye una división de Navarra, una discriminación de las navarras y navarros y una regulación lingüística, que además de ridícula, es perjudicial económica, laboral y socialmente para la ciudadanía navarra.
La conclusión es que: A) El euskara fue sojuzgado durante siglos y perseguido con saña durante la dictadura franquista. B) La Constitución del 78, en vez de promover una reparación de la injusticia anterior, proclamó una desigualdad injusta, estableciendo la oficialidad y la obligación de una sola de las lenguas del estado, limitando su previsión a que se establezca en los respectivos estatutos. C) El Amejoramiento del 82 empeoró la previsión constitucional por el sabotaje, que establece la zonificación. D) La Ley Foral del Euskara 86 volvió a empeorar la regulación del Amejoramiento, sobre todo al dejar fuera de la zona vascófona a la capital: Iruña, que es el municipio con mayor número de vascoparlantes, y que además es donde desarrollan su vida social, cultural y académica todas las navarras y navarros de la zona vascófona, con el insatisfactorio invento de la “zona mixta”. En todas las demás autonomías bilingües, la capital no está excluida de la regulación bilingüe.
La constante y falaz propaganda contra el euskara desarrollada desde el 82 tiene una contestación rigurosa y pormenorizada en cada una de los imputaciones que se suelen emplear, y que en un artículo solo cabe sino mencionar. La imposición suele ser la primera, con la derivada de un presunto perjuicio en el acceso a la función pública; pues bien, la imposición siempre ha penalizado a quienes ven mermada su libertad de lengua, y la mención de la desigualdad en el acceso a la función pública resulta ofensiva en boca de maestrillos, que defienden el “dictado en castellano y en inglés”. ¿Es que alguien ha notado una imposición cuando ha viajado a Donostia o Gasteiz? ¿Es que no es evidente que son los jueces, con sus aciertos y errores, quienes marcan las políticas de acceso a la función pública, con consecuencias en ocasiones tan lamentables como la euskarafobia generalizada de la Ertzaintza en la CAV o la valoración del inglés y francés y no del euskara en partes de la CFN?
Ya está la derecha montando revuelos artificiales por el traslado de los residuales presos etarras a cárceles vascas. La dignidad de las víctimas está en entredicho etc etc. La verdad es que no cabe una utilización más torticera y falaz de un terrorismo por fortuna desaparecido para pretender seguir haciendo caja electoral. En realidad, los menos de 200 etarras presos son una nota a pie de página. Me parece bien que los facturen cerca de sus familiares por algunas razones: porque esta guerra se terminó hace años y conviene una cierta clemencia; porque los etarras seguirán presos hasta que así lo decidan los jueces; porque los presos tienen derecho a volver a la sociedad una vez cumplidas sus penas y piden y deben acogerse a medidas de reinserción, de progresión de grado etc; porque de nada vale tener a unas docenas de ex terroristas que llevan muchos años entre rejas a 2000 kilómetros de sus familias; porque la venganza nunca es buena y redunda en el sempiterno victimismo de esta gente; porque al estar en casa y con un régimen penitenciario menos duro se facilita que vayan entendiendo el enorme error que cometieron matando; y porque las víctimas no pueden resucitar, pero sus verdugos, al menos algunos, pueden empezar a entender que nada se consigue en democracia poniendo bombas, lo que es la mayor victoria del Estado sobre esta gente. Todo dentro de la ley, pero sin ensañarse. Viendo la reacción de la jauría aplaudo la decisión del gobierno.
Tener a los presos alejados de sus familias es una irregularidad total a nivel jurídico. Dejad ya de usar ETA políticamente, es vomitivo.
La política de dispersión de presos de ETA fue implantada en 1989 por el Gobierno de Felipe González como herramienta para romper los lazos que se pudieran crear con ETA y que el encierro individual provocara en los presos que se interesaran en las políticas de reinserción.
ETA se disolvió en mayo de 2018. Ahora mismo no tiene sentido el mantenimiento de la dispersión porque ya no hay que romper ninguna conexión con ETA y el hecho de que aún haya presos en cárceles españolas con distancias superiores a los 500 kilómetros respecto a sus hogares es un castigo añadido al que impuso el juez en su sentencia. En realidad, es un castigo aplicado a las familias que tienen que viajar miles de kilómetros al año para poder visitarlos.
Quienes hoy día son partidarios de mantener la política de dispersión no desean que se cumpla la ley, solo desean satisfacer sus ansias de venganza.
EXCARCELACIÓN DE ETARRAS:
– Durante el periodo de gobierno del PP se produjeron 311 excarcelaciones de etarras. De ellas, 64 correspondieron a terroristas condenados por asesinatos múltiples a penas superiores a veinte años (en algún caso superiores a doscientos y aún a trescientos años).
– Un caso especialmente significativo, es el del etarra Iñaki Bilbao, condenado a 52 años de prisión, que quedaron reducidos a 30 por efecto de la acumulación de penas, y de los que efectivamente cumplió 17. Iñaki Bilbao salió de la cárcel el 28 de septiembre de 2000, siendo Ángel Acebes ministro de Justicia y Mariano Rajoy ministro del Interior. El 21 de marzo de 2002, Bilbao asesinó al concejal socialista de la localidad de Orio Juan Priede.
Exacto wanza. Iñaki Bilbao es uno de los contados etarras excarcelados que volvió a asesinar. Lo volvieron a detener y de nuevo a la cárcel. Este Iñaki es el que amenazaba a los jueces de la Audiencia Nacional desde la pecera: ven aquí que te voy a pegar cuatro tiros, decía el hombre, desaforado. Al final, ETA lo expulsó de sus filas por extremista (!!!). Iñaki Bilbao seguramente es un psicópata, que se obsesionó con la independentzia vasca como podría haberlo hecho con los ovnis. Lleva en la cárcel unos 35 años.
Con el recién aprobado acercamiento de trece presos de ETA, la política de dispersión, largamente criticada como contrasentido de forma que la legislación penitenciaria no debiera aplicarse según ejes políticos sino en base a criterios de aplicación universal, solo quedan ya en prisiones españolas otra treintena atendiendo a la expectativa cumplida en la aplicación de la legislación penitenciaria. Independientemente de los nombres y el historial sangriento de los acercados, entre ellos, Javier García Gaztelu y Henri Parot se hace necesario insistir en que este paulatino proceso de acercamiento supone un vuelco en el mapa de la dispersión que solo ha responder al cumplimiento de la ley penitenciaria junto a la aplicación de la doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, según la cual las personas internas tienen derecho a cumplir condena cerca de su domicilio o el Convenio Europeo de Derechos Humanos.
La también largamente aplicada política penitenciaria, basada en la dispersión y el alejamiento mantuvo la perversa teoría de que el cumplimiento de la normativa, independientemente del historial sangriento, o en este caso de autores de asesinatos que marcaron un hito, como el de Miguel Ángel Blanco, vayan en detrimento de las propias víctimas de ETA. Ni siquiera debilita la acción del Gobierno de Madrid sino que la refuerza como cumplidor de la ley una vez que ETA lleva más de una década desaparecida y le sitúa en colaboración con la convivencia de una sociedad que padeció durante décadas un sufrimiento injusto.
Su utilización política por parte de los ciertos sectores, dibujando concesiones en lo que es el cumplimiento íntegro de la ley o relacionando torticeramente la actual política penitenciaria con la gestión vasca de las Prisiones a punto de cumplir un año y con una firme apuesta por las políticas de reinserción mediante progresiones de grado o procesos de justicia restaurativa según los casos, no hacen sino desviar la atención sobre el fin de una estrategia pasada que solo socializaba el castigo hacia el entorno social y familiar de los presos y presas. El último acercamiento a cárceles vascas, después de tres décadas de dispersión y de excepcionalidad, debe sin embargo mantener la exigencia de reconocimiento por parte de los reclusos al daño causado. Sería el paso definitivo para restañar las heridas y cerrar el círculo hacia una convivencia sin rehenes del pasado.
Era de cajón. El acercamiento a cárceles vascas de Txapote, Parot y otros 11 presos de ETA con abundante sangre derramada ha incendiado la caverna. Tal y como lo cuentan los ultramontanos, se diría que los traslados son vacaciones de lujo. «Se disponen a disfrutar de unas excelentes condiciones en unas prisiones vascas que también el Gobierno de Sánchez ha cedido al gobierno vasco del PNV. De modo que lo que les espera a estos terroristas no son los rigores carcelarios, sino una relajada estancia en unas instalaciones regidas por sus mentores ideológicos», se adorna Pablo Planas en Libertad Digital.
El editorialista del mismo chiringo carpetovetónico añadía más glamur a los macos del terruño: «Allí residen en módulos llamados de respeto vedados a los funcionarios, con habitaciones individuales y sueldos a cargo del erario público por labores como la de atender economatos. Y a un paso de permisos de fin de semana, salidas habituales de las instalaciones penitenciarias con cualquier excusa y terceros grados».
«Cuando Txapote y Parot tienen premio», titulaba el editorialista de El Mundo, abundando en la patraña del resort de lujo: «No tardarán los dos monstruos más sanguinarios de ETA en disfrutar de las especiales condiciones penitenciarias que disponga para ellos el nacionalismo en el poder». Al día siguiente, en la página anterior del mismo diario, Federico Jiménez Losantos rebautizaba al ministro de Interior como «Marlasqueta» sin derrochar en gastos dialécticos a la hora de faltarle al respeto lo glosaba así: «Nadie, y menos con sus antecedentes, ha ayudado tanto a los terroristas como este Marlasca que un día se dejó la k como se deja ese liquen, a modo de barba».
La dispersión y el alejamiento, en cualquier caso, son una broma comparadas con la cadena perpetua a la que se les habría condenado en Francia.
Un detalle: en Francia la cadena perpetua se revisa creo que cada 22 o 24 años; no es definitiva. Aunque en principio el reo podría no salir más de la cárcel, esta posibilidad es rara. Existen varios etarras condenados en Francia a cadena perpetua: Jon Parot (el hermano de Henri), Esnal y Haramboure. Estos cuatro constituían el infame comando Argala, responsable de decenas de atentados en España entre 1978 y 1990. Pues bien: Jon Parot, Henri Parot y Jakes Esnal siguen presos (32 años ya). A Haramboure, pese a estar condenado a cadena perpetua en Francia, le pusieron en libertad condicional no hace mucho por motivos de salud (con pulsera telemática en su casa). Y es posible que los otros dos encarcelados en Francia salgan en septiembre. En cambio, Henri Parot, en prisión española, estará entre rejas hasta 2039. Otro etarra condenado a cadena perpetua en Francia es Mikel Karrera Sarobe (cumplimiento mínimo de 22 años). Pese al tópico, en España las penas de prisión son largas y duras. Por supuesto, los asesinos etarras las merecen (y quizá todavía más).
Desde que Josep Borrell, vicepresidente de la Comisión Europea, sugirió el pasado invierno aquello de que habría que bajar la calefacción para frenar la invasión de Putin en Ucrania, no había escuchado otra propuesta tan insólita para combatir los efectos de las restricciones y la subida del precio del gas. Ha sido la ministra de Medio Ambiente de Suiza, Simonetta Sommaruga, la que ha lanzado una nueva idea: ducharse juntos para reducir el consumo de energía. No aclara si el bienintencionado consejo de compartir el chorro de agua que sale de la alcachofa va dirigido solo a parejas convivientes, familias al completo o grupos que quieran reunirse expresamente para frotarse la espalda unos a otras –o a quienes quieran compartir ese momento sin reparar en géneros u orientaciones sexuales–.
Digo yo que cuanto más gente, mayor es el ahorro y más grande el daño causado a Putin. Lo de Borrell sonó a chiste en pleno bombardeo de misiles y matanza de civiles, pero el tiempo ha venido a dar la razón al exministro socialista. ¿Tendrá el mismo éxito la idea de Sommaruga? Desde ahora digo que yo estoy dispuesto a sacrificarme. Todo sea por ahorrar…, aunque al final el intento acabe en una ducha fría.
Leo un informe sobre la percepción del público del cambio climático: más de la mitad de la gente quiere que los medios de comunicación se posicionen a favor de actuar contra el calentamiento más claramente y que se centren en exigir que los gobiernos y empresas actúen cuanto antes. En otros estudios demográficos la preocupación se percibe en más de tres cuartas partes de la población. La voz de la ciencia se valora como más fiable, pero se reconoce que no es escuchada por quienes deben hacer las políticas públicas. Cuando se habla de estas encuestas, sin embargo, se suele vender que la preocupación, altísima en España, es algo inespecífico. Como si no fuera más que un postureo sin capacidad de proponer cambios o acciones relevantes. Es falso: podríamos rebelarnos, exigir asambleas climáticas, demandar políticas que expongan la clara responsabilidad de las empresas que contaminan y los gobiernos que lo permiten y no toman cartas en el asunto. Dejémonos de monsergas a la responsabilidad individual, esa cortina de humo que nos pone mal cuerpo mientras esconde a los responsables.
Los expertos en el tema no creen que podamos mantenernos dentro del grado y medio de calentamiento y es probable que pasemos de los 3 a finales de siglo. Para entonces habremos cruzado irremediables puntos de no retorno y nos enfrentamos de verdad a un colapso social y ecológico. La ciencia se está comprometiendo para hablar claro y aunque hasta las Naciones Unidas nos advierten de que nos dirigimos a un suicidio colectivo aquí sigue sin pasar nada. Se habla de transición energética o de nuevos modelos como si hubiera que hacerlos dentro de medio siglo. Pero había que haber empezado ayer a decrecer y encarar el tema. Hay que hablar claro, y exigir respuestas claras.
Cuatro años de interinidad del presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, han finalizado con una dimisión que deja las cosas prácticamente como estaban. El aparente puñetazo en la mesa de Lesmes llega amortiguado por el largo tiempo en el que se ha plegado a la estrategia de bloqueo alimentada por el Partido Popular y su negativa a perder la mayoría ideológicamente afín que dejó blindada cuando perdió el Gobierno.
La responsabilidad del descrédito dentro y fuera del sector judicial que ha producido esta situación prolongada en los últimos años tiene una clara vis política pero acaba por trascenderla y reclama una sincera reflexión del propio colectivo afectado activa y pasivamente por ella. La tentación de fortalecer un modelo de elección meramente corporativista –de los propios jueces por y para sí mismos– ha acabado jugando un papel justificador del obstruccionismo político y de la propia mayoría conservadora en el CGPJ.
Una dimisión en tiempo y forma de los jueces interinos es un factor cuyas consecuencias podrían o no haber precipitado un desbloqueo de la renovación de los máximos órganos y tribunales, pero habría enfocado toda la presión sobre los partidos políticos. No se ha contemplado y no se contempla aún hoy. Lesmes puede irse a casa sin que el Poder Judicial se sienta impelido a forzar su renovación, lo que resulta indicativo de la actitud de sus miembros.
La reforma del sistema de elección es una patata caliente que planea desde hace años. La presunción de implementar un modelo de renovación asentado exclusivamente en las asociaciones de jueces y magistrados pudo tener un viso de independencia pero se ha malogrado con el constante alineamiento ideológico y político de sus miembros.
Es legítimo cuestionarse que haya mayor independencia del poder judicial a partir de una elección endogámica de esas asociaciones en tanto resulta tan fácil reconocer a cada una de ellas en opciones políticas vigentes. Sin resolver este extremo, la ruptura del vínculo con la representación legislativa –que obliga ahora al consenso entre sensibilidades políticas divergentes para acordar la composición del CGPJ– no aporta mucho más que el siempre peligroso distanciamiento de las sensibilidades judiciales del sentir social equilibradamente representado y legitimado en el legislativo.
Bob Dylan actúa esta noche en Amsterdam. Llegó a Europa a finales de septiembre para iniciar su gira europea –la primera desde 2019– en Oslo y estará hasta primeros de noviembre, cuando finalizará su tanda de casi 30 conciertos en Dublín. El pasado día 6, en Berlín, en mitad de una canción, paró de cantar y le explicó al público que estaba prohibido grabar con móviles y que “mientras la gente esté grabando vídeos no vamos a tocar”. Luego llegó seguridad, Dylan señaló a quien estaba grabando, le retiraron el móvil y siguió. 81 años y medio, 60 en el negocio, ganador del Nobel, del Grammy, del Pulitzer, del Oscar, de la inmortalidad y con las pelotas bien puestas: si no eres capaz de venir a mis conciertos a oírnos tocar y cantar y dejar tu puto móvil en casa o en la puerta, no vengas.
Bueno, creo que todos somos capaces de darnos cuenta de que la adicción al móvil es la adicción del siglo XXI y de que la adicción a fotografiar o grabar todo es de una incontestable gravedad, al punto de que ya hay –como en el caso de Dylan– artistas o espectáculos que prohíben la entrada a conciertos con teléfonos móviles, que no solo suponen un martirio para los artistas sino también para el resto de espectadores. Quien más quién menos ha estado en un concierto y ha tenido que aguantar alguien delante haciendo contorsiones para sacar su maldita foto, por no hablar de que quien parece estar más interesado en inmortalizar o grabar algo corre el grave riesgo de perderse ese algo.
Pero, bueno, ese es su problema, aquí lo básico es que quien organiza el sarao tiene la potestad de poner sus normas y protegerse y de paso proteger, con lo cual yo al menos estoy muy de acuerdo con El Maestro, que ya paró un concierto en Viena en 2019 hasta que dejaron de sacar fotos. Móviles fuera y asunto solucionado. Es una tiranía y un turre. Ojalá cunda el ejemplo y se extienda más y más.
Se cae durante dos horas WhatsApp, la gente entra en pánico y pienso cuántas de esas comunicaciones que han quedado bloqueadas podrían haberse entablado por vía telefónica. Pero todos, los más jóvenes y hasta los de más edad, nos hemos acostumbrado a poner voz a las teclas del móvil aunque ello suponga cierta descoordinación en el ritmo del diálogo y pierda la calidad que supone captar en la otra persona las ironías o percibir su estado de ánimo. Para eso están los emoticonos. O las videoconferencias.
WhatsApp ha revolucionado la comunicación pero en algunos casos se ha convertido en un entretenimiento anodino cuando no en algo por completo insustancial y en ocasiones hasta molesto. Pero todo tiene sus pros y sus contras; y algo tan simple como saber el minuto de la última conexión procura una información sustancial sobre la persona que buscamos. Muchos padres y madres saben a lo que me refiero.
Esas caídas en el servicio sirven, por un lado, para darnos cuenta de lo supeditados que estamos al dispositivo y, por otro, a la empresa propietaria le permite evaluar de primera mano el enorme poder que maneja y el valor económico del negocio.
WhatsApp nos ha cambiado la vida. Unos 2.000 millones de personas lo usan en todo el planeta. Meta, la compañía de Mark Zuckerberg, que engloba a Instagram y WhatsApp, obtuvo el pasado año un beneficio de 39.370 millones de dólares. Es algo imprescindible ya en el día a día. ¿Se imaginan que decidan cobrar por su uso?
Los cementerios, los planificados con gusto, los cuidados o los que se cuidaron mientras estuvieron en funcionamiento tienen eso que puede llamarse poesía del tiempo y que la mayor parte de las veces no es más que una combinación de silencio y liquen sobre las lápidas. Esferas blanquecinas, ocres o verdosas se superponen y cifran el tiempo que pasó desde que se colocó la piedra que hoy se grabaría con otro tipo de letra, con otro mensaje, con otras proporciones.
Va para largo, pero seguramente los cementerios desaparecerán como lugar de cita común y definitiva. Antes en las ciudades que en los pueblos, cuestión de espacio, también de precio, pero no solo. De hecho, ya no lo son. Quien más quien menos ha participado en un acto de despedida alternativo o lo conoce de manera cercana. Cenizas que se esparcen en el monte o se echan al mar o al río, que se llevan a casa para colocarlas en un lugar solemne y presidencial o íntimo o que se recogen para que no les afecte el desorden de la vida o para que no se añadan a él.
Atrás quedaron las mesas de firmas con sus paños gruesos y pesados que aparecían en los portales cuando alguien moría y los recordatorios con borde negro. Hoy es posible convertir las cenizas de un ser querido en una joya y se publicita la posibilidad de mezclarlas con pigmentos para pintar cuadros o con barro para hacer esculturas. Si la cremación y la desaparición del pesado ajuar tradicional desmaterializan la muerte, le restan espacio real, estos nuevos objetos y costumbres crean vínculos de difícil definición y gestión. ¿Y si el cuadro o la escultura no tienen un pase y no hay rincón suficientemente oscuro para ponerlos? ¿Hay que conservarlos siempre, generación tras generación?
Solo quedan tres días para la 27ª Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que deberá ir más allá de constatar las amenazas de un calentamiento global que ya está acreditado e insistir en las medidas para contenerlo. Entre el 6 y el 18 de noviembre próximos, Egipto acogerá la cita que identificará el grado de cumplimiento –insuficiente– de los acuerdos anteriores y la necesidad de ser aún más ambiciosos. Las grandes apuestas de las citas en Kioto y París pasaban por desarrollos posteriores que no se han alcanzado. En el caso de la cumbre francesa, donde se decidió la revisión del mercado de emisiones, no se ha materializado. El sur padece los efectos más brutales de la climatología extrema pero sigue atado a la necesidad de crecer para salir del pozo de la pobreza.
Los países del sur han sido quienes menos responsabilidad tienen en este panorama pero quienes más la padecen. Si de Glasgow salió un compromiso para incrementar los fondos para políticas ambientales globales, hoy ya es imperioso superar el paradigma del derecho al desarrollo como freno a la lucha contra el cambio climático. Para empezar porque quienes lo esgrimen son grandes contaminadores –China, Rusia, Brasil o India– con modelos de crecimiento insostenibles. Los fondos que se anunciaron para sustentar la estrategia global de recorte de emisiones deben ser efectivos y alcanzar los objetivos demandados, ligados a la sostenibilidad ambiental pero también humana. La última cita del FMI y el Banco Mundial no se tradujo en procedimientos para dotar esas cantidades.
Tengo el convencimiento de que todas las noticias que se suceden una a otra alrededor del tiempo, me refiero al climático no al biológico, y de sus consecuencias en la vida humana, animal y vegetal del planeta tienen un sentido lineal. Unas derivan de otras anteriores y estas originan otras nuevas. Ya no es solo la emergencia climática evidente. Es también el deterioro progresivo del sistema de consumo y desarrollo que hemos conocido en nuestros años de ir pasando el día a día de las hojas del calendario.
Muy de acuerdo. Europa sufre el calentamiento progresivo que los seres humanos estamos impulsando en la Tierra con mayor fuerza y rapidez que el resto del mundo. De hecho, los niveles del aumento de la temperatura en Europa duplican la media del resto del planeta. Al mismo tiempo, la Unesco advierte que los glaciares del Pirineo –los pocos que ya quedan–, de centroeuropa, África o EEUU, áreas de alto valor ecológico, paisajístico y cultural, no existirán ya a mediados de este siglo independientemente incluso del nivel de calentamiento que se alcance. Están ya condenadas por las causas que les han llevado a esa situación y las consecuencias son irreversibles.
Esta sequía y altas temperaturas actual no es buen tiempo en nuestras latitudes, es cambio climático, sin más.
Parece que hay más urgencia en destruir la Tierra, hoy es el negocio, que en detener este proceso de destrucción. Quizá el tiempo se acaba más deprisa de lo que pensamos.
Uno de mis personajes públicos favoritos de los últimos tiempos es António Guterres, secretario general de la ONU, una voz clara y tajante a la hora de calificar el desastre que se nos viene encima. El otro día, antes de irse para Egipto a la COP27, pidió a los ricos más fondos para salvar millones de vidas condenadas por la carnicería climática. No se corta este ingeniero al sostener que esta crisis mundial se debe a la actitud chulesca de ese capitalismo que sigue intentando rebañar beneficios cuando el plato ya está vacío y quebrado. Va a durar poco, me temo, porque ni la reunión que comienza a desarrollarse esta semana va a conseguir revertir la tendencia ni siquiera algunos de los principales responsables de que todo vaya a peor van a estar allí, dejando el papel a otros que mentirán y se pondrán medallitas verdes. Es que hay una total desvergüenza, la misma de la que nos hablan los beneficios ultramillonarios de quienes más provocan el problema y cada vez se enriquecen más.
Ayer Guterres hacía la crónica de ese caos climático que es una señal de socorro del planeta, mientras la Organización Meteorológica Mundial presentaba las pruebas: los últimos ocho años han sido los más calurosos de la historia y esto ya no podemos pararlo. Desde luego nada de esperar que con las medidas prometidas pararemos antes de que la temperatura suba ese grado y medio que ya nadie cree realmente porque será mucho más. Y el hambre derivada de la producción cada vez menos eficiente de alimentos y las migraciones climáticas, ese escenario donde el mundo ya pobre sufrirá además las peores consecuencias. Estos temas deberían llenar la agenda pública cada día, forzar políticas que mitiguen y permitan adaptarnos rápidamente, pero eso no lo veremos. Aunque Guterres nos invite a ello.
Cuando aún no se ha cumplido ni un mes desde su toma de posesión, la ultraderechista primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha tenido su primera crisis con un país europeo como Francia a cuenta de sus políticas sobre inmigración. La inhumana e ilegal negativa por parte de Italia a desembarcar a 237 inmigrantes –57 de ellos niños– rescatados en el mar por el buque Ocean Viking de la organización SOS Méditerranée ha provocado la airada reacción gala, encabezada por el propio presidente, Emmanuel Macron, que ha derivado en una escalada dialéctica de acusaciones y, finalmente, en el desembarco en la base naval de Tolon de las personas a bordo del barco que posteriormente serán acogidas en nueve países europeos tras un acuerdo alcanzado por París. Esta actitud antimigración de Meloni no es nueva. Fue la política habitual durante el mandato del también ultraderechista Matteo Salvini como ministro del Interior, luego suprimida durante los gobiernos de Mario Draghi.
Hasta hace unos años lo único que marcaba el color del último viernes de noviembre era el tono del cielo, casi siempre plomizo y grisáceo por estas fechas. Ahora más que gris es negro, un auténtico Black Friday, porque así nos lo han pintado en una sociedad cada vez más volcada en el consumo desmedido. Las ofertas de estos días superan en muchos casos las rebajas y cada vez más gente aprovecha para adelantar las compras navideñas. Es comprensible. Y fácil caer, pero quizás deberíamos mirar qué hay detrás de esas ofertas.
Pensar en la cadena de negocio y tratar de ver quién se beneficia del descuento y quién sale más perjudicado, que casi siempre es el pequeño comercio. Esa tienda cercana que da vida a la ciudad y que en muchos casos, por decisión propia, no se suma a este tipo de días abogando por impulsar una manera de consumo sostenible y más responsable. Comprar lo que realmente necesitamos, no solo lo que queremos. Eso quien pueda permitírselo. Comprar menos y mejor.
187-156. Marcador final inapelable. El espíritu de la moción, reforzado. La oposición, abatida. Pedro Sánchez, exultante. Feijóo, empedrado. Un superjueves horribilis para la derecha. Todo en un pleno estresante. Agitado y tensionado dentro y fuera. Maratoniano, cansino y embrollado, pero de luces largas para un futuro político condenado a subsistir bajo dos bloques enfermizamente encastillados. Un corolario ideológico. En caso de duda, que pregunten a energéticas, bancos y grandes fortunas. Ya nada será igual desde esta madrugada. Claro está, seguirá atronando el ruido ensordecedor desde el estrado y desde varios micrófonos y, por supuesto, siempre quedarán los regueros de estiércol verbal, generalmente en el lado perdedor. El lado vergonzante de esta legislatura tan atormentada.
Se volvió a obrar el milagro. Un partido gobernante con menos de un tercio de los 350 escaños del Congreso corona colmado sus terceros y últimos Presupuestos consecutivos para abatimiento de una alternativa atónita y aguerrida por desesperada. Solo un prestidigitador sin escrúpulo ideológico alguno puede alambicar semejante pócima. Solo un presidente temerario, fiado a una indomable baraka, puede hilvanar las complicidades de una mayoría parlamentaria envuelta en sus cruzadas contradicciones, aunque favorecida por el marco de una política líquida. Solo desde el orgullo de abanderar desde el poder siquiera el primer trazo grueso de un nuevo modelo de Estado y, al tiempo, saciar su infinita vanidad se podría entender sin esfuerzo la asombrosa metamorfosis resultante entre aquellas propuestas del Sánchez candidato electoral y las osadas concesiones del Sánchez presidente y caudillo socialista.
Y solo una oposición ultramontana y negacionista puede causar semejante desafecto a los demás para cavar su propio aislamiento retorciendo arteramente el pasado, como si viviera resentida. Solo la debilidad numérica gobernante puede facilitar tan fáciles réditos a quienes le sostienen de despeñarse al vacío. Bajo estos vectores se ventiló entre interminables horas de tuits, abucheos, insultos, gritos soeces, provocaciones y alguna falsedad la aprobación de unos Presupuestos expansivos que no se cumplirán, la polémica abolición de una arcaica sedición jurídica y un populista impuestazo de muy corto recorrido finalista a quienes más dinero ganan.
Al grano: a un año de las generales, pendientes todavía de la suerte de las elecciones locales y de la resonancia de la presidencia europea de España, el PSOE recupera con fuerza el aliento cuando decenas de dirigentes y afiliados temían por su futuro; se desinfla el primaveral globo ilusionante de Feijóo; y la ultraderecha entre disensiones internas aúlla desde el monte provocando el escalofrío de la sensatez. Y todo ha virado en cuestión de mes y medio. Por eso, en días como ayer, el CIS de Tezanos se hace presente de cuerpo y alma. No es de extrañar, a cambio, que en las próximas horas otra macroencuesta aparezca para levantar el ánimo en Génova.
Con la sedición de por medio, los Presupuestos se han politizado al infinito. Bien es cierto que tradicionalmente se asemeja a un mercado persa al margen del color del Gobierno. En este caso, ERC ha inflamado el escenario con su reivindicación estrella. Ese cambio de cromos de los republicanos independentistas, consentido por Sánchez, enerva al sentido patrio. En un Estado español tan hambriento del debate territorial solo hay sitio para defender su unidad. Tampoco el gesto pirómano de conceder a EH Bildu la gracia de arrancar la concesión de las transferencias de Tráfico en Nafarroa, años atrás concedidas también al PNV, apacigua las soflamas derechistas. Peor aún: propicia alegatos fatuos como el de un desmemoriado García Adaro o manipulaciones intencionadas de tertulianos que así avivan las llamas del incendio. Demasiada bilis.
Así las cosas, flota en el aire de la cordura si el PP ha entendido la profundidad de esta cascada de derrotas. Su pasmosa orfandad y el quietismo de su discurso reiterativo cultivan el desaliento cuando se trata de analizar las expectativas reales de recuperar el poder. Hace unas semanas creían haber tocado el cielo. Ahora, al caer a la cruda realidad en un demoledor jueves plenario, les escuece la herida por el mensaje que encierra este nuevo sopapo. Están solos. Además, si en su reconquista necesitan del apoyo de voces como las escuchadas estos días a diputad@s de Vox deberían hacérselo mirar, sobre todo por el bien de la libertad y la convivencia.
Como cada año, el pasado viernes se celebró el Día contra la Violencia Machista. Es un día de esos que el calendario anual dedica a poner en el foco político, mediático e institucional en una situación de alerta. Y más allá de las estadísticas y los duros datos que aportan, más allá de los repetitivos tópicos comunes que envuelven la realidad de la violencia contra las mujeres en un mundo de frases hechas, tanto en el lenguaje como en las escenificaciones públicas o en los mensajes institucionales, lo cierto es que los avances que se han ido logrando en la lucha contra el machismo en todas sus expresiones no están asegurados. La violencia contra las mujeres existe, tiene responsables y en gran medida es estructural en la sociedad. No vale engañarse.
Así es. Pensar que vivimos en una sociedad mejor de lo que en realidad somos. Nos autoengañamos con facilidad, esa es la verdad. Y nos cuesta desengañarnos luego. Creernos mejores de lo que somos es lo fácil. Hay que ser realistas y admitir que hay una regresión en el día a día en esa batalla contra el machismo y el reguero de muerte y sufrimiento que le acompaña. Se puede visualizar también en las actitudes y modos de muchos adolescentes, tanto hombres como mujeres. También en los micromachismos instalados en la cotidianidad. Resulta incomprensible, pero es real.
Al mismo tiempo, hay un discurso en auge que cuestiona la validez de los valores de una convivencia integral y tolerante. Que blanquea la violencia machista y señala a los diferentes sean cuales sean sus diferencias. Una agresiva campaña social y política de corte negacionista por parte de sectores de la derecha y, sobre todo, por la ultraderecha espoleada por su blanqueamiento institucional y mediático. Hechos graves que están siendo consentidos y alimentados desde medios de comunicación y que están poniendo en riesgo los consensos y derechos básicos alcanzados y, en el caso del neomachismo en alza, amenaza con eliminar algunas de las medidas de protección a las mujeres, de prevención de la violencia, asistencia a las víctimas y penalización de los agresores.
Se utilizan el antifeminismo, las migraciones o el rechazo racista, religioso o sexual para una naturalización política de la violencia contra las mujeres. No hay un solo machismo. No sólo en el hecho de la violencia en sí, que se ejerce de muchas formas. Hay un machismo político, un machismo mediático, un machismo religioso, un machismo judicial, un machismo publicitario… Áreas desde la que se impulsa lo que esos sectores reaccionarios denominan la batalla cultural y que no es sino una constante manipulación del lenguaje cambiando el significado de las palabras –lo que ya describió Orwell en su distopía de 1984–, para evitar que los progresos para frenar la miseria machista se consoliden. Un machismo que se presenta disfrazado bajo diferentes apariencias, pero que busca lo mismo de siempre: el sometimiento de la mujer.
Este 25-N, como cada 8 de marzo, hemos vuelto a ver ejemplos de actuaciones públicas cuestionando, mofándose o criticando las políticas de igualdad entre mujeres y hombres. Se oponen a los derechos de la mujer los mismos que se oponen también a los derechos sociales, a los derechos laborales, a los derechos humanos y a los valores fundamentales de la democracia. Nada esta garantizado.
De la fascinación al miedo: nuestra percepción de la inteligencia artificial ha ido cambiando conforme vamos conociendo nuevos avances. Ayer descubrí un nuevo juguetito en Twitter, el famoso chatbot GPT de OpenAI, que ha superado el millón de usuarios en sus primeros cinco días en abierto y gratis. No sé si llegaremos a ver modelos de inteligencia artificial que igualen o superen a la del ser humano pero todo indica que muchas de estas nuevas herramientas serán claves en un futuro para profesionales de la programación, abogacía, periodistas o para estudiantes. Máquinas perfectas capaces de mantener una conversación con su clientela, redactar trabajos universitarios, escribir guiones o redactar noticias a partir de los datos que se introducen.
Yo también lo he descubierto. Sus propiedades son increíbles. Al programa en cuestión se le introducen millones y millones de parámetros (pueden vomitar datos de cualquier disciplina) de manera que el asistente se convierte en tu profesor particular de chino o de física termodinámica (en Youtube el influencer Carlos Santana le pide al programa en plan vacile que le cuente la historia de una tostadora que quiere ser astronauta y el resultado es increíble). Máquinas que entrenan duro y succionan tanta información (sólo posible con multinacionales como la del controvertido Elon Musk) que pueden ordenarla a demanda de manera instantánea y generar textos cuasi perfectos o resolver todo tipo de tareas. El cambio de paradigma es brutal y abre un mundo infinito de posibilidades.
¿Una nueva revolución industrial o una nueva disrupción en el empleo? Al igual que internet y las redes sociales supusieron un avance en el periodismo tradicional confiamos en que estos modelos no sean utilizados para manipular y crear contenidos falsos, contaminar internet o sustituir a los periodistas. Que sean herramientas de apoyo que nos faciliten el trabajo y permitan dedicar más tiempo al elemento humano, el de buscar noticias, acercarlas a la ciudadanía y vertebrar una sociedad mejor. Y, lo importante, que no nos roben el curro.
De nuevo, ha sido una semana política en la que la algarabía mediática, la corrupción, el descrédito judicial y la política del insulto han copado la actualidad. Sobre todo, la actualidad que se diseña y marca desde Madrid. El Pleno del Congreso aprobó el jueves con una amplia mayoría de votos la reforma de los delitos de malversación y sedición y también el sistema de elección de los jueces después de que fracasara el primer intento del PP de impedirlo apelando a un pronunciamiento previo del Tribunal Constitucional. No sé si hablar de golpe judicial contra el poder legislativo del Congreso es una exageración o no, pero se parece mucho a lo que estuvo a punto de ocurrir el jueves y aún puede suceder mañana lunes.
Si se lleva finalmente a cabo aprovechando el voto de dos magistrados del Constitucional con su tiempo ya caducado, pero aferrados ilegítimamente al sillón como si no hubiera un mañana, el último resquicio de la separación de poderes en la decadente democracia española desaparecería y la deriva hacia el autoritarismo sería completa. En realidad, el golpe judicial no comienza este jueves, lleva activo desde hace más de cuatro años con magistrados con el mandato caducado negándose a ser sustituidos y con el control previo de todos los altos organismos del poder judicial –Constitucional, Supremo, Poder Judicial y Audiencia Nacional–, con jueces y fiscales afines políticamente al PP. La decisión que pudo tomar el Constitucional el jueves y aplazó a mañana no solo es ilegitima, sino que sería inaudita, muy grave desde el punto de vista antidemocrático y muy posiblemente también ilegal.
Es cierto que espectáculos y escenificaciones como los vividos una vez más esta semana en Madrid se han hecho tan habituales que los ciudadanos y ciudadanas ya ni siquiera se inmutan. Pero muestran una devaluación de la política que comienza a rozar límites entre bochornosos e inasumibles. De hecho, han ido a más conforme se ha normalizado y blanqueado las estrategias política y los discursos mediáticos en los que amenazas, insultos y broncas son los principales argumentos. Si no hay golpe de estado como tal, es evidente que hay un golpismo mediático, judicial, político, militar, empresarial y financiero contra la actual mayoría democrática en el Estado. Esa metodología de exagerar la realidad manipulando los hechos y agitando a la opinión pública ha movido la política hacia posiciones extremistas e intransigentes.
Estas algaradas forman parte de una estrategia política que lleva meses en marcha en el Estado español y que comienza con el discurso político y parlamentario que expande la idea –también a través de pronunciamientos judiciales de fondo político–, de que el actual Gobierno de Sánchez y sus apoyos, elegido libre y democráticamente, es ilegítimo, primero, y totalitario, después. En realidad, la imposición de que solo ellos pueden gobernar su idea de España. Entienden la democracia, como un accidente y un incordio que sólo tiene valor en cuanto les sirve para perpetuarse en el poder. Si la voluntad democrática no coincide con sus intereses, hay que derrocar a la democracia por activa o por pasiva, un camino donde lo simbólico se impone a los valores, la toxicidad a la verdad y lo individual al bien común. Todo lo contrario a lo que representan las sociedades democráticas libres.
Es el regalo del año, sin duda. Un tesoro al que ha costado llegar pero que merece la pena haberlo descubierto porque con él, el euskera, nuestra lengua, ha dado un paso más en su larga historia de pasado, presente y futuro. Sorioneku, Zorioneko es ya la palabra del año para Euskaltzaindia y UZEI. Por su importancia histórica, pero también por lo que está suponiendo ya su uso en los medios y las redes. Es para sentirse dichosos y afortunados, protegidos por la sombra de esa mano que durante siglos ha estado oculta y que ahora podemos ver, como un símbolo más de una lengua que nos une y que tiene sus raíces muy profundas en estas tierras. Sorioneku, en cualquiera de sus formatos, será uno de los regalos estrella de este Olentzero, para tratar de llevar esa dicha a quienes queremos.
La mano de bronce, hallada en el yacimiento de Irulegi de Aranguren que lleva a cabo la Sociedad de Ciencias Aranzadi, con el escrito del testimonio más antiguo en lengua vascónica ha colocado el euskera en Navarra en el lugar que se merece. Pero no solo de pasado vive una lengua, el euskera necesita su uso en el presente para fortalecerse en Navarra. Palabra y euskera se dieron la mano de nuevo en Iruña en la final del campeonato de bertsolaris, una cita histórica seguida por miles de personas en el Navarra Arena. El euskera tiene pasado y no le falta futuro.
Los llaman “nepo-babies” y los denuncian en TikTok, pero me temo que, una vez más, el descubrimiento que la nueva generación de jóvenes cree haber hecho no es tal: si se hubieran fijado en qué ha pasado antes sabrían que los más viejos compartimos su indignación. Según publican en El Confidencial, la chavalada se ha dado cuenta de que “las hijas de” y “los hijos de” lo tienen más fácil, y de que ocupan los puestos de privilegio que la mayoría nunca alcanzará, igual que nuestra generación y las anteriores tampoco alcanzamos.
La elección de la palabra del año es una de las curiosidades que nos brindan los nuevos tiempos, analistas hasta de las voces que nos interpelan, nos jalean o nos hacen callar. La palabra del año, según quién y dónde y porqué.
“Gaslighting”, en inglés, luz de gas en su traducción, es el término que “define el tipo de maltrato psicológico que manipula la percepción de la realidad de otra persona”, fue elegida como la palabra del año en Estados Unidos.
“Zorioneko”, la inscripción en la mano de Irulegi, es para Euskaltzaindia la palabra del año en euskera. Incuestionable.
El euskera no es pasado, aunque la Mano de Irulegi haya puesto en evidencia la historia de una Navarra que algunos sectores han tratado siempre de ocultar o minusvalorar. Los idiomas, las lenguas y entre ellas el euskera como lengua propia, son un futuro que necesita construirse en un presente plural y abierto a los cambios. Adaptarse a los nuevos tiempos. El bilingüismo no es solo un gesto en carteles, tuits, saludos o programas. Es un derecho que debe contar con garantías jurídicas, presupuestarias y materiales, que se basa también en la voluntad individual y colectiva.
Al Gore prefirió dejar gobernar antes de poner en tela de juicio el sistema democrático estadounidense. Después de aquella derrota electoral que siempre quedará en el alero, se ha dedicado en cuerpo y alma a denunciar las atrocidades que estamos haciendo contra nuestro planeta. Y ahora que el cambio climático le da la razón con empeño, el ex vicepresidente se muestra más impetuoso que nunca cuando denuncia, como esta misma semana, que ningún líder mundial está actuando a la altura de lo que demanda la crisis ambiental, que se acerca a un “cataclismo global”. Yo también creo que no es alarmismo, que es la realidad.
Después de batir el récord sideral de chaqueteos y cargos públicos de nula utilidad y alta remuneración, Toni Cantó se ha reconvertido en monologuista de una tele digital de ultraderecha. Una de sus penúltimas pretendidas gracias ha sido sobre las lenguas. En la pantomima, después de decir que el bable es un idioma inventado -hay que ser muy bruto-, no podía evitar soltar la melonada de rigor sobre el euskera: “Los vascos son más prácticos. Como solo tenían un puñado de palabras, cogen españolas, le añaden un terminación de las suyas y ya estaría. ¿Radiografía? Erradiografia. ¿Ligar? Ligatu. ¿Color? Kolore”. Y, con un par, remataba: “Y la que me cayó a mí por lo de la Oficina del español. Que lo mío, al menos, era un idioma de verdad”.
El teléfono móvil se ha convertido en una de las mayores revoluciones tecnológicas y sociales de la última década. Empezó como un elemento de movilidad y disponibilidad permanente pero ya se ha convertido en un terminal para mensajear, jugar, ver cine y vídeos, contemplar la televisión y oír la radio en cualquier lugar, disfrutar de eventos deportivos, realizar compras y transferencias u otras operaciones bancarias, etc. Es ya un apéndice más de nuestro cuerpo pegado a la mano.
No hay más que echar un vistazo a nuestro alrededor en la calle, casa o cualquier establecimiento para comprobarlo. Las estadísticas son demoledoras: lo miramos de media 142 veces al día y lo utilizamos 18 horas por semana. Nos hemos convertido en esclavos del móvil y las nuevas generaciones sufren una adicción insana a los smartphone que les hacen estar constantemente y de manera compulsiva consultándolo, mensajeando, chateando… ajenos a la realidad que no sea virtual. Y paradójicamente ha perdido su funcionalidad original, hablar con otras personas.
Ahora lo que impera es el mensaje, el WhastApp, la nota de voz o el postureo en las redes sociales. Nos comunicamos con monosílabos, frases cortas y enigmáticas renunciando a la palabra. Nos da pereza hablar y desgana el descolgar para comunicarnos de viva voz. Malos síntomas para los nuevos tiempos. Si esto es la evolución y el progreso no sé dónde acabaremos.
¡El núcleo de la Tierra se ha parado y además gira en sentido contrario! Esta semana hemos descubierto a través de los medios de comunicación un nuevo posible apocalipsis. Y parece que no nos guste nada más que imaginar una forma de acabar con el planeta y de paso con sus habitantes: este provocaría cambios de la duración del día y las mareas, hasta la Luna podría escaparse. Tiene su gracia porque de hecho ya estamos consiguiendo complicar nuestra presencia en él camino de una catástrofe ecológica y social, pero esta, la amenaza real, no nos preocupa. Desarrollamos una atracción fatal más hacia aquello que puede convertirse en una película de catástrofes de las de Hollywood.
Piensen en olas gigantescas destrozando las costas, provocadas por un volcán en La Palma: esto fue hace poco, el volcán digo, lo demás no. O una pandemia más eficiente y letal: viniendo de la pandemia que venimos casi es comprensible que en cuanto se nombró Kraken a una subvariante todo el mundo se puso a elucubrar con una nueva ola, quizá la peor, aunque nada de eso era cierto. Era esa atracción por pensar que aún se puede estar un poco peor. Paradójicamente, en pleno alboroto con lo del núcleo, que evidentemente no se ha parado para nada ni tales carneros, pasó despistadamente un asteroide camino de impactarnos, uno de esos que en otras ocasiones habrían dicho “rozando la Tierra”. Lo cierto es que 2023 BU, que es como se ha matriculado la piedra de unos metros de lado, pasó a menos de 10.000 km de nuestra superficie, mucho más cerca que donde orbitan los satélites meteorológicos. No sé si esta sociedad solamente puede viralizar un fin del mundo por semana, de manera que este sufrió lo más triste que le puede pasar a un Armagedón: pasar desapercibido. De la invasión alien, hablamos otro día. Jajaja.
Desde el día del ingreso en prisión del futbolista Dani Alves como presunto autor de una violación en una discoteca de Barcelona en la pasada nochevieja, un buen puñado de medios vienen contando al segundo sus andanzas en la trena. Al principio, se nos informaba de su tristeza y su falta de apetito, casi como si tuviéramos que sentir pena por un tipo que, siendo todo lo presunto inocente que se quiera, acumulaba quintales de indicios sobre una actuación, digámoslo muy suavemente, nada presentable. No parece que fuera caprichosa la decisión de la juez que dictó su encarcelamiento, después de escuchar a los responsables de la seguridad del local nocturno, que obraron de un modo impecable. Las imágenes y las declaraciones de un buen número de testigos presenciales apuntaban en la misma dirección. Para colmo y vergüenza de nuestro sistema legal (¿Solo sí es sí?), la denunciante tuvo que renunciar a la indemnización que se estableciera si se probaran los hechos para dar más credibilidad a su acusación. Una indecencia estratosférica.
Pero eso, a quién le importa. No faltaron tertulistos con hedor a abrótano macho que porfiaron sobre el juicio paralelo al pelotero por su condición de famoso y millonario. La idea que se deslizaba era que un tío al que le bastaba silbar para tener miles de hembras que se le abrieran de piernas no tenía ninguna necesidad de forzar a una tía estrecha que le negara acceso carnal. Todo eso mientras las pruebas acumuladas y los testimonios de quienes estaban en el lugar de autos la noche fatídica no dejaban de apuntar a una agresión sexual cometida, además, con altas dosis de desprecio y violencia. Y a pesar de ello, determinadas cabeceras, insistían en presentar al presunto culpable como una pobrecita víctima que lo estaba pasando fatal durmiendo en un camastro y viendo no sé qué partido de fútbol en una tele cutre.
El paso siguiente era, inevitablemente, dar pábulo, casi aplaudiendo, a la versión de la carísima defensa de que las imágenes grabadas muestran algo “muy diferente” a lo que ha contado la denunciante. A base de insinuaciones y medias palabras con tufo a puñetera trola, se pretende desacreditar a la víctima, con el añadido perverso de que esta no tiene capacidad de desmentir la versión si no es a costa de exponerse públicamente. Que haya medios (y no pocos) sirviendo de altavoz al minuto a esta estrategia me provoca una vergüenza y un asco indecibles. Por desgracia, ninguna sorpresa.
Apuntes a la ley del ‘Sólo sí es sí’
https://www.noticiasdenavarra.com/opinion/tribunas/2023/02/03/apuntes-ley-6398714.html
El año comienza a ser soportable cuando empieza a anochecer más tarde de las seis y ha arrancado el ciclismo. Antes de que esto suceda, en noviembre y diciembre y la mitad de enero o por ahí, es una especie de camino de púas que acabas atravesando porque no te queda otro remedio y para poder llegar más o menos a donde estás ahora, esos días en los que ves que el sol sube algo alto y se pone un poquito después que ayer en el horizonte y que vienen con el regalo incorporado de poder contemplar ciclistas encima de sus locos cacharros en varias partes del mundo, carreras que puedes seguir gracias a que la televisión se mete ahora en casi todas esas pruebas, mientras los primeros rayos de sol en muchos meses visitan tu pequeño balcón, a oscuras y frío desde no se sabe cuándo, y en alguno de los árboles del parque consigues vislumbrar señales de un pequeño brote.
Muy melancólico, Bastián. El frío sigue siendo compañero de viaje, pero si hace sol, como estos días pasados, febrero es un mes amigo, que viene con la promesa de ser el último antes de la llegada de la primavera y de las temperaturas más amables. Amables también para los bolsillos, que en esta racha de frío han visto con crudeza a qué velocidad es capaz de bajar la temperatura de una casa si no tienes puesto el termostato para activarse a determinados grados.
La sociedad se está modificando a través de estos medios que nos espían y nos controlan. Compramos lo que nos dicen, hacemos lo que nos dicen… Estamos muy domesticados, teledirigidos. Cada uno es muy libre de hacer lo que quiera, pero estoy convencido de que nos llevan hacia donde quieren. Hay una docilidad que me asombra.
Así es. Me quedo asombrada con lo que está pasando. Siempre ha habido tendencias, pero antes cambiaban cada ciertos años y ahora van muy deprisa. Las personas van uniformadas y no es que nadie se lo ordene, se uniforman solas porque es lo que se lleva. Me choca muchísimo que no haya una necesidad de buscar las cosas con las que tú te sientas bien. Hay muchas cosas que no entiendo, pero, bueno, es normal, ya soy muy mayor. Por ejemplo, no veo por ninguna parte la actitud contestataria que se presupone a la juventud.
Twitter está que echa fuego a cuenta del trato que se le da a la cultura vasca y a lo vasco, en general, en el programa Akelarre de ETB 2. Se trata de un talk show (o programa de entrevistas que diríamos los del siglo pasado) presentado por Valeria Ros. Es una producción de El Terrat, la productora creada por Buenafuente, y que se quiere parecer a otro producto de esa casa, ‘La resistencia’ de David Broncano. Una de las ideas de la que parte es que Valeria no sabe qué invitados van a venir al programa. Así se crea un juego en el que el que son claves la gracia y la capacidad de improvisación de la presentadora y que da pie a situaciones, en teoría, muy divertidas.
Hasta ahí bien, pero lo que muestra Valeria en este programa es que además de no conocer a los entrevistados, tampoco sabe colocarlos en un contexto socio-cultural adecuado, sencillamente porque no conoce la sociedad a la que se está dirigiendo, aunque naciera en Getxo. Los deportes rurales y la pelota se le hacen raros, a un escritor de la talla de Unai Elorriaga, ganador del Premio Nacional de Literatura, ni lo conoce, le parece chocante que la gente emigrara a América para trabajar de pastor, el euskera le es totalmente ajeno, todos los referentes culturales le vienen de Madrid y de los medios nacionales y repite los mismos tópicos viejunos de siempre.
Ella no es la culpable, sino quienes han decidido que este es el enfoque que hay que priorizar en ETB 2, la televisión vasca financiada con el dinero de la ciudadanía. Esto sí que es realmente un chiste muy malo porque a nadie le gusta que le traten de exótico o de tribu indígena en su propia tierra y eso es lo que está sintiendo una buena parte de la sociedad.
Ver esto da vergüenza ajena:
El último gran bulo del ultramonte es que la Ley de Bienestar animal impulsada por el ministerio que dirige Ione Belarra promueve la zoofilia. Así lo farfullaba en ABC Juan Carlos Girauta: «La zoofilia estará permitida, y hasta bien vista, si no hay maltrato; lo ideal sería certificar el consentimiento, pero este punto plantea dificultades. Algunas ideas estarán prohibidas, y su expresión penada». Una semicorchea más arriba, Miquel Giménez se guaseaba en Vozpópuli: «Y uno se pregunta por qué no hay puntos morados en los gallineros, establos o dependencias en las que la zoofilia pueda practicarse. ¿Dónde queda el derecho a la sexualidad plena del animal? ¿Puede una gallina llegar sola y borracha a su casa sin que nadie le tire los tejos?».
No me causa sorpresa, pero me indigna y repugna porque es puro odio antidemocrático, que esa diputada ultra pretendiera la estupidez de que el adoctrinamiento (¿cuál? anda a otro perro con ese hueso) está haciendo que más niñas, niños o niñes descubran que su género o su expresión no es la normativa. Ella no lo dijo así, hablaba de “casos” como si fuera un suceso anómalo y dañino, porque en el lenguaje casposo de la ultraderecha no hay matices y todo es en blanco y negro como en el NoDo, ya recuerdan lo de los niños y las niñas con sus penes y sus vulvas. En el imaginario de la derecha lgtbfóbica el mundo es tan simple como injusto, porque condena a que quienes no caemos en sus cajas tan ordenadas y tan de siempre a ser mirados como algo extraño, acaso enfermo, sin duda sospechoso. El mismo partido, por cierto, se negaba luego a reconocer que exista el antigitanismo. Y es que no es raro: cuando uno tiene un mito, como el del español cabal y la española mujer mujer, de misa diaria y voto de ultraderecha, complaciente con el franquismo y racista, machista, aporofóbico y lgtbfóbico, todo lo que se aparta es obra del demonio socialcomunista que dirían los del PP.
La cuestión es cuánto daño pueden hacer antes de que desaparezcan en el pasado oscuro de la historia de la desigualdad y la injusticia, cuánto espacio público se les permite ocupar a esos discursos antiguos y odiosos, que han conseguido que tanta gente haya sufrido y siga siendo discriminada o señalada. La ley trans puede conseguir, como lo están haciendo otras leyes igualitarias, un entorno social más amable para muchas personas, pero si no denunciamos a la vez el lenguaje y los mitos que mantienen esa discriminación (como pasa en el fútbol, por ejemplo, aunque esto sería otra historia) no conseguiremos avanzar demasiado.
Twitter funciona cada vez peor, quien lo use a diario y no sea la o el típico flipado que adore a Elon Musk lo sabe. Es imposible que funcione cada vez mejor si trabaja menos gente, el talento ha huido y el poco que queda está siendo machacado y despreciado: Esther Crawford, una de las trabajadoras con más responsabilidad que quedaban en la empresa y que se hizo famosa por tuitear una foto en la que se le veía dormir en la oficina como forma de sumisión a la tiranía de Musk, también ha sido despedida. La cosa pinta tan mal que la cuenta que ha difundido la noticia es “Best of Dying Twiter” (“lo mejor del Twitter agonizante”).